Cerrar sites icon close
Search form

Search for the country site.

Country profile

Country website

Coronavirus: No es el momento de olvidar a Afganistán y sus países vecinos

Notas de prensa

Coronavirus: No es el momento de olvidar a Afganistán y sus países vecinos

14 April 2020
Una camioneta con altavoces circula por las afueras de Kabul para informar a los residentes sobre las medidas preventivas contra la pandemia de Covid-19. Se están llevando a cabo campañas de sensibilización similares en todo Afganistán.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, pide con urgencia que se preste un mayor apoyo a Afganistán, Pakistán e Irán ante el contexto de la pandemia de COVID-19, y advierte de que relegar dejar atrás a la población afgana y a sus comunidades de acogida tendría un impacto negativo a largo plazo sobre los esfuerzos globales para combatir el virus.

El coronavirus representa una gran amenaza para los países en desarrollo. Si se produjera un brote, los sistemas de atención sanitaria, ya de por sí frágiles, tendrían que soportar una carga extraordinaria que probablemente desembocaría en sufrimiento y fallecimientos que podrían haberse evitado.  

Mientras que el mundo continúa en una carrera contrarreloj, ACNUR insta a la comunidad internacional a reforzar la solidaridad con estos tres países en este momento crítico para prevenir un brote de coronavirus a mayor escala entre las comunidades más vulnerables.

Aunque los riesgos y la inseguridad son constantes, la población afgana continúa regresando tanto desde Irán como desde Pakistán. Decenas de miles de ciudadanos afganos han cruzado a Afganistán desde Pakistán desde la reapertura temporal de las fronteras la semana pasada. Desde Irán, el número de afganos que retornaron en el mes de marzo ascendió hasta los 60.000, y actualmente están regresando unas 1.500 personas al día.

Afganistán se enfrenta a la posibilidad de un colapso de los servicios sociales y sanitarios ante un aumento dramático de los afganos que regresan a sus hogares, con cientos de miles de personas viviendo en campamentos para desplazados y con unos niveles de pobreza crecientes.

Pakistán e Irán, que acogen a cerca del 90% de los 2,7 millones de personas afganas refugiadas, están soportando una presión inmensa tanto sobre sus sistemas sanitarios como sobre sus economías. Las medidas de confinamiento y la fuerte bajada de la actividad económica han llevado a muchas personas afganas a encontrarse en una situación en la que les resulta imposible satisfacer sus necesidades más básicas.

Para las personas refugiadas afganas en Irán y en Pakistán, el impacto del COVID-19 va más allá de las cuestiones relacionadas con la salud. En ambos países, quienes cuentan con un empleo, generalmente tienen contratos como jornaleros.  

Ante los distintos grados de confinamiento adoptados en la región, este tipo de trabajo ha cesado de forma abrupta y tanto las personas refugiadas sin ingresos como quienes las acogen se encuentran ahora con grandes dificultades económicas para sobrevivir.

Los afganos que se encuentran en Irán y en Pakistán cuentan que tienen dificultades para hacer frente a los gastos sanitarios y cubrir los gastos básicos de alimentación y alojamiento, por lo que muchos se ven obligados a pedir préstamos.

En el último mes, la Organización Estatal de Protección Social iraní registró un fuerte aumento en el número de solicitudes de apoyo psicosocial relacionadas con el COVID-19 en entornos domésticos, una tendencia crítica que se está observando en otros países afectados por el COVID-19.

Los gobiernos de los tres países están llevando a cabo esfuerzos conjuntos encomiables para incluir a las personas desplazadas en los planes y respuestas nacionales, pero necesitan recibir apoyo internacional de manera urgente.  

El gobierno de la República Islámica de Irán, epicentro de la pandemia en Asia sudoccidental, de manera ejemplar ha incluido en la respuesta a la crisis a la población afgana presente en su territorio. ACNUR celebra la reciente noticia de que los tests y los tratamientos contra el COVID-19 serán gratuitos para todas las personas en Irán, incluidas las personas refugiadas. Además, la cobertura pública sanitaria universal se ha extendido de forma automática a todas las personas refugiadas y nacionales iraníes, lo que garantiza el acceso continuado a la sanidad para todos los refugiados.

En Pakistán, se ha dado instrucciones a los departamentos competentes para que incluyan a refugiados y desplazados internos en las medidas de respuesta y asistencia.

En los tres países, ACNUR está adaptando constantemente sus operaciones a las circunstancias actuales.

ACNUR ha suspendido de forma temporal el apoyo a los retornos voluntarios de personas refugiadas desde Irán y Pakistán con el fin de tratar de limitar el riesgo para refugiados y trabajadores de contraer el virus.

En Afganistán, ACNUR está apoyando los esfuerzos gubernamentales para la prevención a través de actividades de sensibilización entre las comunidades más vulnerables y las áreas de retorno prioritarias. Por las calles de pueblos y ciudades circulan automóviles y camiones con altavoces para difundir información veraz y precisa que puede salvar vidas.

ACNUR también está colaborando con el gobierno para una mejor gestión del flujo de personas que llegan a Afganistán. Para ello, se han ampliado los equipos desplegados en la frontera y se han mejorado las instalaciones de recepción, que ahora cuentan con más espacio. ACNUR ha repartido mascarillas, geles desinfectantes y otros materiales de protección para los funcionarios gubernamentales que trabajan en la frontera y en las comunidades para protegerse ante la propagación del coronavirus.

ACNUR ha puesto en marcha un proceso de adquisición de más paquetes de higiene para su distribución entre los retornados y comunidades desplazadas, así como entre el personal del gobierno y las contrapartes que trabajan en primera línea. ACNUR también está impulsando la construcción de infraestructuras de agua y saneamiento y reforzando su presencia en la frontera para reforzar el seguimiento de las personas retornadas en Afganistán.

En Irán, ACNUR ha llevado medicamentos esenciales, material médico y equipos de protección personal vía puente aéreo para reforzar los servicios sanitarios nacionales. Además, para responder ante la carencia de productos de higiene, ACNUR también ha distribuido jabón y pañuelos de papel desechables a más de 7.500 familias refugiadas que viven en campamentos de refugiados por todo el país, y cuyas condiciones de vida en situación de gran proximidad, les hacen más vulnerables ante el COVID-19. Se espera que lleguen más envíos por puente aéreo en las próximas semanas.

ACNUR ha incrementado su capacidad en la frontera de Afganistán con Irán para poder prestar un mejor apoyo en el seguimiento y localización de contactos recientes. Los servicios de apoyo psicosocial siguen funcionando por vía telefónica.

En Pakistán se ha puesto un nuevo énfasis en proyectos de agua y saneamiento. ACNUR ha provisto de 10 ambulancias totalmente equipadas y 28 unidades grandes de alojamiento a los departamentos de salud provinciales y a las autoridades encargadas de la gestión de desastres en Baluchistán, Khyber Pakhtunkhwa y el Punjab. También se están distribuyendo equipos médicos y productos sanitarios entre los centros de salud rurales para asistir a las personas refugiadas y a sus comunidades de acogida.

Afganistán, Irán y Pakistán necesitan de manera urgente más ayuda en el marco de los esfuerzos globales para combatir la pandemia del COVID-19 en todo el mundo. A pesar del trabajo que se está realizando en esta parte de la región, el riesgo de que la pandemia sea imposible de gestionar, en estos momentos, es alto.

El llamamiento por valor de 315 millones de dólares presentado por ACNUR para afrontar la situación en Afganistán apenas ha recibido el 17% de la financiación necesaria.

 

Para más información, contacte con:

Donar