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ACNUR monitorea los movimientos migratorios al sur de México

Historias

ACNUR monitorea los movimientos migratorios al sur de México

En una reciente misión de monitoreo al sur de México, la oficina del ACNUR en Tapachula recibió información sobre un aumento del 30% en el flujo migratorio al inicio de 2013.
12 March 2013
Adolescentes centroamericanas viajando a un costado de"la Bestia", el tren de carga que utilizan los migrantes para transportarse hacia el norte de México.

TAPACHULA, Chiapas, México, 12 de marzo (ACNUR) – Durante la más reciente misión de monitoreo en tres estados al sur de México, la oficina de terreno del ACNUR en Tapachula recibió información sobre un aumento del 30% en el flujo migratorio al inicio de 2013.

Funcionarios del ACNUR realizan visitas de monitoreo en tres estados del sur de México de manera periódica, complementando su trabajo de protección basado en la ciudad fronteriza de Tapachula, frontera con Guatemala y punto de entrada para decenas de miles de migrantes de Centro y Sudamérica, pero también de personas procedentes de regiones más lejanas como Medio Oriente, el sureste asiático y países africanos.

En la primera misión de monitoreo de este año, tanto autoridades como representantes de la sociedad civil con quienes ACNUR conversó, resaltaron un aumento en el flujo migratorio y un deterioro de la seguridad en la ruta del tren.

Durante el recorrido de más de 2.000 kilómetros entre los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, los funcionarios del ACNUR visitaron los albergues que se encuentran en las cercanías de la vía del tren de carga conocido como "La Bestia", el cual es utilizado por la población migrante, principalmente centroamericana, para desplazarse a través de México hacia el norte. Los albergues para migrantes a lo largo del trayecto representan espacios seguros para miles de personas que utilizan esa ruta. En varios puntos de la ruta del tren, funcionarios del ACNUR pudieron constatar la presencia de cientos de personas que se movilizan en las cubiertas de los vagones, arriesgándose a caer a las vías del tren en movimiento, y sufrir amputaciones o la muerte.

Funcionarios del ACNUR conversan con el Padre Solalinde durante la última misión de monitoreo en Oaxaca.

Uno de los albergues visitados fue "Hermanos en el Camino", en Ixtepec, en el estado de Oaxaca, dirigido por el Padre Alejandro Solalinde, quién ha dedicado su vida a la protección de las miles de personas que transitan por el territorio mexicano y que en diciembre de 2012 fue galardonado con el Premio Nacional de Derechos Humanos.

Durante el recorrido, los funcionarios del ACNUR se encontraron con personas que huyen de la violencia por parte de pandillas del crimen organizado en Centroamérica, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala. Una de ellas es Cristina*, una joven de 17 años que afirma haber salido de Tegucigalpa, en Honduras porque en el barrio donde vivía la violencia le quitó la esperanza de un futuro. Relata cómo a inicio de este año más de 20 jóvenes fueron cruelmente asesinados muy cerca de donde ella vivía. Sin saber explicar por qué sucedió, tampoco se lo pregunta, "porque el miedo me enseñó a observar y callar", recuerda. Cristina no quiere morir y tampoco quiere ser obligada a ser la "compañera" de uno de los integrantes de las maras (pandillas); por eso ha salido en busca de un futuro mejor. Al mismo tiempo que huye de la violencia, Cristina anhela alcanzar el "sueño americano" como miles de migrantes mexicanos y centroamericanos.

Como Cristina, otras personas compartieron sus historias en las que se mezclan sus anhelos de días mejores lejos de la violencia y las necesidades económicas que viven en sus países. Muchos de ellos han encontrado en la idea del "sueño americano" una puerta de escape a la violencia generada por el crimen organizado, pero en su paso por México encuentran un país en donde restablecer sus vidas. En los últimos años, las solicitudes de asilo de personas de países centroamericanos en México se han incrementado significativamente. En 2012, 68.6% de las personas que fueron reconocidas como refugiadas por el Gobierno de México procedían de El Salvador, Honduras y Guatemala. Muchos de ellos comparten historias como la de Cristina.

Las misiones de monitoreo del ACNUR permiten a la agencia seguir de cerca la complejidad del flujo migratorio y fortalecen las redes de protección con instancias gubernamentales y de la sociedad civil para que las personas que necesitan protección internacional, puedan ser canalizadas al procedimiento de la condición de refugiado y otras formas de protección complementaria desarrolladas en la avanzada legislación mexicana en este tema.

Por Rafael Zavala y Mariana Echandi en Tapachula y México D.F., México

* Su nombre verdadero fue cambiado por razones de seguridad.