"Juntos, ayudamos a la comunidad a conocer sus derechos"

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“Hay cosas muy lindas de este trabajo. Por ejemplo, salir y llegar hasta la comunidad, a zonas donde nadie va”, cuenta Alexander, uno de los defensores de los derechos humanos en el oriente de Colombia. Alexander y sus compañeros forman parte de la “Red de Protección de Personerías de Frontera”, un proyecto de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, apoyado por la Unión Europea.

A través de este proyecto, ACNUR ha logrado aumentar la contratación de defensores para asistir a las personas que han tenido que huir de sus hogares por las amenazas y el conflicto armado cerca de la frontera.

Los defensores juegan un papel esencial en preservar los derechos de las personas obligadas a salir de sus entornos, desplazándose a las zonas más lejanas para conversar con familias y líderes comunitarios sobre sus necesidades de protección para que sean atendidas.

“Como defensor de los derechos, tengo muchas funciones. Cuando inicié con mis compañeros a atender a las comunidades, no sabían que nosotros existíamos. Ahora, muchos conocen nuestro trabajo”, señala Alexander.

“Gracias al apoyo de la cooperación internacional podemos llegar a otros lugares, y atender a más gente. Es muy bonito cuando me dicen, por ejemplo: gracias a usted estoy vivo”, comenta Juan Carlos, otro de los defensores de los derechos humanos. 

A continuación, Alexander y sus compañeros cuentan su día a día.

Mi nombre es Alexander Rivera, y todas las mañanas me despierto para servir y velar por la protección de mi comunidad, especialmente aquellas personas que han tenido que desplazarse a otras partes del país por la seguridad de sus familias. Algunas familias tuvieron que huir varias veces por razones de seguridad.

© ACNUR

Somos defensores de los derechos de las personas y trabajamos en las zonas de frontera de nuestro país. Nosotros vamos de casa en casa para asegurar que todas las personas tengan acceso a servicios de educación, salud y documentación incluyendo a aquellas personas que viven en zonas de difícil acceso, como la región oriental de Colombia, fronteriza con Venezuela.

© ACNUR

Una parte fundamental de mi trabajo es asesorar a las comunidades indígenas que tuvieron que huir con sus familias por los conflictos armados. Converso con madres y padres y les asesoro sobre cómo y dónde pueden acceder a servicios de educación o salud para sus hijas e hijos. También acompañamos a personas que viven en las fronteras y que han sido testigos del conflicto armado para que no se vean forzadas a huir.

© ACNUR

Juntos, atendemos a personas con enfoque inclusivo de edad, género y diversidad, sin discriminación por ningún motivo. También trabajamos con madres para que puedan acceder a servicios para sus bebés recién nacidos.

© ACNUR

Nosotros nos reunimos con los residentes de la comunidad y junto a ellos compartimos y dialogamos para entender cuáles son sus necesidades.

© ACNUR

Junto a otros defensores de derechos, registramos a personas que han huido de sus hogares por el conflicto armado. Gracias a la red de defensores de derechos – un proyecto de ACNUR en Colombia con el apoyo de la Unión Europea – contamos con mayor capacidad para llegar a más ciudadanos.

© ACNUR