El Alto Comisionado Filippo Grandi insta a aumentar el apoyo para las miles de personas que huyen diariamente de Sudán

YUBA – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, concluyó una visita de cuatro días a Sudán del Sur con un llamamiento urgente para que se brinde más apoyo a las personas que huyen de la crisis en el vecino Sudán.

Los cuatro meses de conflicto en Sudán han desencadenado una enorme oleada de desplazamientos en circunstancias difíciles. Más de 240.000 personas refugiadas sursudanesas, anteriormente acogidas por Sudán, así como refugiados procedentes de Sudán, han cruzado a Sudán del Sur en los últimos meses. Forman parte del millón de personas que han llegado a los países vecinos en busca de protección.

Las personas refugiadas y la población sursudanesa retornada llegan a las zonas fronterizas en condiciones cada vez más precarias, donde el acceso deficiente, la falta de servicios y el retraso de las infraestructuras dificultan enormemente la respuesta humanitaria. Los servicios de salud, alojamiento, agua y saneamiento son limitados para los retornados, los refugiados y la población de acogida.

Debido al gran número de llegadas y a las dificultades a las que se enfrentan las personas para alejarse de las zonas fronterizas, las condiciones se han deteriorado, alimentadas por la congestión y la continua temporada de lluvias. La prioridad sigue siendo facilitar el transporte de las personas recién llegadas lejos de la frontera. Sin embargo, la financiación para ello también se está agotando, con el riesgo de que se produzcan nuevos retrasos.

Sudán del Sur se enfrenta ya a una grave crisis humanitaria, alimentada por los devastadores efectos del cambio climático, la grave inseguridad alimentaria y la violencia entre comunidades. Además de la urgente necesidad de ayuda vital, las personas recién llegadas también necesitarán ayuda para reintegrarse en las comunidades de retorno, a su vez frágiles y necesitadas de apoyo.

El Alto Comisionado se reunió con el Presidente Salva Kiir y elogió a Sudán del Sur por mantener abiertas las fronteras y apoyar a los refugiados de Sudán. “Es necesario que el gobierno asuma un liderazgo fuerte y haga suya la respuesta a la nueva emergencia. Hay que intensificar los esfuerzos para crear las condiciones que permitan retornos sostenibles”, señaló Grandi.

Durante los dos últimos años, ACNUR y sus socios han estado apoyando a las zonas del país a las que los refugiados sursudaneses regresaban por sus propios medios. La crisis en Sudán exige que se aceleren las soluciones en Sudán del Sur, aprovechando el trabajo ya realizado en el país para apoyar a las poblaciones desplazadas.

Aunque se necesita apoyo adicional para brindar asistencia de emergencia a quienes llegan, la inversión en infraestructuras y servicios básicos en las zonas de retorno, incluso por parte de los actores del desarrollo, será crucial para hacer sostenibles estos retornos no planificados y evitar nuevos desplazamientos.

“Las personas van a necesitar apoyo para reconstruir sus vidas. No podemos permitirnos defraudarles”, subrayó Grandi.

Durante su visita, el Alto Comisionado visitó el asentamiento de refugiados de Wedwil, en Uwail, donde observó los retos que plantea satisfacer las necesidades humanitarias, al tiempo que fue testigo de las oportunidades y los pasos iniciales fundamentales para la inclusión. Las comunidades de acogida han recibido a la población refugiada, y el Gobierno ha optado por un enfoque de asentamiento para el lugar, que permite a los refugiados acceder a los servicios locales y a pequeñas parcelas de tierra para cultivar. Sin embargo, los servicios son insuficientes y es muy necesario aumentar el apoyo tanto a las personas refugiadas como a las comunidades que las acogen.

Sin que se vislumbre el final del conflicto en Sudán, ACNUR está coordinando con las agencias de ayuda la revisión del Plan Regional de Respuesta a los Refugiados. Se espera que las necesidades globales de financiación para brindar ayuda de emergencia que salve vidas, incluidos alimentos, alojamiento, atención médica, educación y servicios de protección, asciendan a más de 1.000 millones de dólares (USD) para ayudar a más de 1,8 millones de personas que, de acuerdo con las estimaciones, buscarán seguridad en los países vecinos de Sudán para finales de 2023.

Sudán del Sur acoge a más de 323.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo, principalmente de Sudán, además de a más de 2,3 millones de personas desplazadas internas. Sudán del Sur sigue siendo la mayor crisis de refugiados de África, con 2,2 millones de sursudaneses refugiados en países vecinos.

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