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Casi 100 refugiados paquistaníes son liberados de un centro de detención en Bangkok

Historias

Casi 100 refugiados paquistaníes son liberados de un centro de detención en Bangkok

UNHCR welcomes mass release of Ahmadi refugees, and urges an end to arrest and detention of refugees simply for being refugees. [for translation]
6 June 2011
Funcionarios de inmigración tailandeses conducen a los refugiados paquistaníes a la zona de espera de autobuses tras la liberación de los 94 refugiados que han estado detenidos seis meses.

BANGKOK, Tailandia, 6 de junio (ACNUR) – Pese a que tiene 35 años, el lunes Tahir Mehmood, un refugiado paquistaní, se sintió como si fuera el primer día de su vida. Había sido liberado tras pasar seis meses en un centro de detención para inmigrantes en la capital tailandesa junto con otros 93 refugiados, encerrados por el mero hecho de ser refugiados.

"Me siento como un bebé recién nacido", dijo el antes líder religioso ahmadí y miembro de una minoría religiosa habitualmente perseguida en Pakistán. "Me siento como un pájaro que ha sido liberado de su jaula y vuela libre. No tengo palabras suficientes para expresar nuestros sentimientos. Sólo tienes que verlos en nuestras caras".

Sonriendo, un poco aturdidos o llorando de alivio, los 94 refugiados ahmadíes y dos solicitantes de asilo – detenidos en redadas policiales entre el pasado mes de diciembre y febrero de este año – fueron puestos en libertad tras el pago de la fianza por parte de un grupo de defensa de los refugiados en Tailandia. En el grupo se encontraban 34 niños menores de 12 años, uno de los cuales había nacido durante el periodo de detención.

La liberación, bajo el paraguas de la Red de Derechos de los Refugiados de Asia Pacífico, estuvo encabezada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Tailandia y el Comité tailandés para los Refugiados.

"La Agencia de la ONU para los Refugiados cree que ningún refugiado debería ser encerrado por el mero hecho de serlo, así que aplaudimos cualquier medida que permita a los refugiados salir de las cárceles" dijo James Lynch, Representante de ACNUR en Tailandia. "Al mismo tiempo, seguimos trabajando con el gobierno tailandés para evitar que los refugiados sean detenidos arbitrariamente y enviados a centros de detención".

Mehmood dijo que se arrepentía del daño que había causado a su familia el estar tanto tiempo tras las rejas. Sus dos hijos mayores, de ocho y seis años, estuvieron con él y otros 100 hombres en una celda, mientras que su hijo pequeño, de apenas dos años, permaneció con su mujer en una celda llena con 300 mujeres. Podían reunirse en familia sólo una o dos veces al mes.

Pese a las dificultades, él mantuvo una sorprendente actitud optimista, agradeciendo a ACNUR y a otras agencias la asistencia sanitaria y la educación esporádica que habían podido recibir sus hijos.

"¿Qué puedo decir? Sólo "gracias", dijo escuetamente antes de su liberación. También mencionó a Allah, a su fe y a la paciencia de los refugiados por haberse mantenido de buen humor durante su cautiverio.

"Amor para todo el mundo, odio hacia nadie, eso es lo que enseña nuestra religión", dijo.

"Independientemente de la situación, siempre deberíamos agarrarnos a nuestra ética y obedecer a los funcionarios donde quiera que estemos. Eso es lo que nosotros intentamos dentro del centro de detención".

Mehmood también agradeció a ACNUR la rapidez al tramitar las solicitudes de reasentamiento del grupo. El reasentamiento es una de las formas en que refugiados reconocidos pueden ser liberados de los centros de detención para inmigrantes en Tailandia.

La Agencia de la ONU para los Refugiados ha presentado los casos de los 94 de refugiados para el reasentamiento en terceros países, en el marco de uno de los programas de reasentamiento más importantes del mundo, que ha sido testigo de cómo desde el 2005 más de 70.000 personas han abandonado Tailandia para empezar una nueva vida.

Además de pagar una fianza, los detenidos (no sólo los refugiados) pueden ser liberados de la detención en Tailandia siendo deportados a sus países de origen o viajando a un tercer país, corriendo en estos casos con los gastos el propio detenido.

Lynch dio la bienvenida a la iniciativa de la sociedad civil tailandesa de proteger los derechos de los refugiados. "Estamos muy contentos de ver que la sociedad civil tailandesa se moviliza para proteger a los refugiados, los cuales – habiendo huido de la persecución en sus países – son algunas de las personas más vulnerables en este país", añadió.

Dado que Tailandia no tiene una ley nacional para los refugiados, todos los extranjeros que entran al país o viven en él sin la documentación adecuada pueden ser objeto de arresto, persecución, detención o deportación bajo las leyes de inmigración, incluso cuando han sido registrados por ACNUR como solicitantes de asilo o refugiados.

Por Kitty McKinsey en Bangkok, Tailandia