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Cate Blanchett urge al Consejo de Seguridad de la ONU a cubrir las "necesidades urgentes" de los refugiados rohingya

Historias

Cate Blanchett urge al Consejo de Seguridad de la ONU a cubrir las "necesidades urgentes" de los refugiados rohingya

Cumplido el primer año de la crisis, la Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR llamó a buscar "soluciones innovadoras" para ayudar a las más de 720.000 personas refugiadas en Bangladesh y a las comunidades que les dan acogida.
28 August 2018
Cate Blanchett, Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR, se dirige al Consejo de Seguridad de la ONU.

Un año después de que comenzara el más reciente éxodo de los refugiados rohingya, Cate Blanchett, Embajadora de Buena voluntad de ACNUR, realizó un llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que provea a Bangladesh de un apoyo muy necesario, y a que garantice que se den las condiciones en Myanmar para que los refugiados puedan volver.


“Es imperativo que gobiernos, agencias humanitarias, sector privado e individuos trabajen juntos para encontrar formas innovadoras para ayudar a los refugiados y sus comunidades de acogida en Bangladesh” afirmó Blanchett en su discurso, el 28 de agosto.

Durante el último año, más de 720.000 refugiados rohingya huyeron de la violencia y la vulneración de derechos humanos en el estado de Rakhine, en Myanmar, lo que constituye la crisis de refugiados que más rápidamente creciente en el mundo en las últimas décadas. La mayoría de refugiados que han llegado a Bangladesh son mujeres y niños, y más del 40% tiene menos de 12 años.

Blanchett, dedicada defensora de los derechos de los refugiados, compartió la historia de algunos de los refugiados rohingya que conoció durante su viaje a Bangladesh en marzo de 2018. Historias de terribles torturas, de mujeres brutalmente violadas y de aquellos que fueron testigos de la muerte de sus seres queridos.

“Nada podía haberme preparado para presenciar la magnitud del sufrimiento que vi.”

“Nada podía haberme preparado para presenciar la magnitud del sufrimiento que vi”, transmitió a los líderes políticos de la sala. “Soy madre y he visto a mis hijos en los ojos de cada niño refugiado que he conocido y me he visto a mí en cada uno de sus padres”.

Blanchett elogió  los esfuerzos de Bangladesh para responder a la crisis de los refugiados. El país generosamente acogió a más de 700.000 refugiados en tres meses. “Se trata de uno de los actos de humanidad más visibles y significativos de nuestro tiempo, añadió. “Pero las necesidades son enormes. El sufrimiento es muy grande.”

Más de 600.000 rohingya viven cerca de o en Kutapalong, el asentamiento de refugiados más grande del mundo con sus más de 13 kilómetros cuadrados, uno de los espacios más densamente poblados del planeta. La gran magnitud de las llegadas y las lluvias del monzón sometieron a las comunidades de acogida bangladeshíes a una gran presión en cuestión de instalaciones y servicios.

La Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR subrayó que, a pesar de las enormes necesidades existentes, sólo se ha financiado el 33% de la operación de emergencia para los refugiados rohingya, lo que supone menos de 70 céntimos por persona al día.

“Los rohingya no pueden volver a las mismas condiciones que les hicieron huir.”

“Los refugiados necesitan alimentar a sus familias” ha afirmado. “Necesitan agua potable e instalaciones adecuadas para lavar, cocinar, limpiar. Una casa adecuada para aguantar el calor y el monzón. Sus hijos necesitan una educación, y sus abuelos, cuidados”.

Pero los refugiados rohingya necesitan algo más que refugio, colegios o comida, añadió Blanchett. Necesitan albergar la esperanza de poder volver a sus hogares algún día. Hoy, eso no es posible. “Los rohingya no pueden volver para sufrir las mismas condiciones que les hicieron huir”, dijo, citando la historia de Gul Zahar, una mujer rohingya superviviente de tres oleadas de desplazamientos desde el estado de Rakhine.

Blanchett instó a los líderes políticos a romper con “el ciclo inquebrantable al que generaciones de rohingya se han enfrentado”, y a trabajar para despejar el camino hacia la plena ciudadanía de esta minoría musulmana apátrida de Myanmar.

“Esto no es un lujo” ha dicho. “No es un privilegio. Es un derecho fundamental del que todos disfrutamos. Un derecho que los rohingya no tienen”.

Blanchett pidió al Consejo de Seguridad que “respalde todos los esfuerzos realizados para hacer esto realidad” y que aliente “mayores esfuerzos internacionales que permitan cubrir las necesidades más urgentes y apremiantes” en Bangladesh.

“Ya fallamos a los rohingya en el pasado” ha dicho. “Por favor, no les fallemos otra vez.”

“Ya fallamos a los rohingya en el pasado” ha dicho. “Por favor, no les fallemos otra vez.”

En su discurso de apertura en el Consejo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, subrayó que “la respuesta a la crisis debe ser una respuesta global”. “Todavía no se cumplen las condiciones de seguridad necesarias para un regreso seguro, voluntario, digno y sostenible de los refugiados rohingya a sus lugares de origen” dijo Guterres, que instó a las autoridades de Myanmar a cooperar con las Naciones Unidas para asegurar “acceso inmediato, libre y efectivo” a sus Agencias y socios.

El acceso humanitario es esencial para dar respuesta a las enormes necesidades de los rohingya, afirmó el Secretario General de la ONU, y para “apaciguar los temores de los refugiados que desean regresar a sus hogares”. Asimismo, volvió a enfatizar la disposición de la ONU para desarrollar un plan que permita a los refugiados regresar a sus lugares de origen en “condiciones de seguridad y dignidad, dentro del marco de los derechos humanos”.

Antes de que pueda llevarse a cabo ningún retorno, señaló Guterres, es necesario garantizar las condiciones necesarias que aseguren una paz estable en Rakhine: “Asumir responsabilidades es fundamental para la reconciliación de todos los grupos étnicos, así como un prerrequisito para la seguridad y la estabilidad de la región.”