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Cinco datos importantes sobre la crisis en Sudán

Una mujer lleva sus pertenencias a un camión en el que personas refugiadas y retornadas cruzarán la frontera hacia Sudán del Sur
Historias

Cinco datos importantes sobre la crisis en Sudán

El impacto humanitario de los enfrentamientos en Sudán ha sido devastador dentro y fuera del país.
22 September 2023

Personas sudanesas refugiadas y personas sudsudanesas retornadas que huyeron del conflicto en camiones, en el punto fronterizo de Joda, cerca de Renk, Sudán del Sur.

Intensos enfrentamientos entre dos facciones militares estallaron en Khartoum, la capital de Sudán, el 15 de abril; estos se propagaron rápidamente por otras partes del país. A pesar de que en más de una ocasión se ha anunciado un alto al fuego, las hostilidades continúan.

A medida que la crisis climática hace aún más precaria la vida de quienes se ven forzados a huir, estamos cambiando la forma en la que brindamos protección y ofrecemos asistencia. Esto incluye el compromiso de reducir la huella de carbono de nuestros artículos de ayuda en un 20 por ciento para 2025. Para lograrlo, estamos buscando formas de hacer más sostenible toda nuestra cadena de suministro, al tiempo que apoyamos las economías locales y creamos oportunidades para la población refugiada y sus comunidades de acogida. Aquí explicamos cómo:

1. Rediseñar los artículos de ayuda de emergencia

Los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido se produjeron en un momento en que Sudán ya presentaba los niveles más altos de necesidades humanitarias en una década.

La remoción, en 2019, del líder autoritario Omar al-Bashir sugería que el gobierno del país volvería a manos civiles. Sin embargo, dos años después, un golpe militar disolvió el gobierno civil de transición, lo cual reavivó la agitación político-económica y revivió el conflicto intercomunitario en la región de Darfur, al oeste del país, y los estados de Kordofan y Nilo Azul.

Por otra parte, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático, como sequías e inundaciones, han afectado a cientos de miles de personas en todo el país, han destruido cosechas y ocasionado la pérdida de ganado, y han dificultado aún más la alimentación de las familias.

Una mujer llena recipientes con agua de un grifo en una aldea de Darfur Central.

Una mujer sudanesa recolecta agua en un pueblo para personas desplazadas internas en Darfur Central.

Emergencia en Sudán

Cientos de miles de personas necesitan ayuda urgentemente.

2. Utilizar empaques más sostenibles

Estamos reduciendo la cantidad de empaques siempre que es posible y sustituyendo los plásticos de un solo uso por materiales biodegradables. Por ejemplo, en lugar de colocar los utensilios de cocina en bolsas de plástico, los separamos y protegemos con papel de estraza. Otros artículos se empacan en recipientes que pueden utilizarse para otros fines. El cartón blanco utilizado para las cajas se ha sustituido por cartón de color natural. Incluso la tinta azul utilizada para imprimir el logotipo de ACNUR en las cajas se ha sustituido por tinta marrón y negra, un pequeño cambio que ha reducido significativamente las emisiones y los costos, de acuerdo con Safari. También estamos reconsiderando la forma en que transportamos los artículos. Tradicionalmente se han utilizado montacargas cuando respondemos a una emergencia, pero son muy contaminantes y caros. Estamos intentando reducir su uso creando más almacenes regionales y una mayor capacidad para trasladar artículos por tierra y por mar.

3. ACNUR estima que alrededor de 860.000 personas podrían huir de Sudán y dirigirse a países vecinos

Vista aérea de personas que hacen fila para recibir asistencia en Chad

Vista aérea de la distribución de artículos básicos de ayuda a las personas sudanesas refugiadas en el sitio de Madjigilta, en Chad.

ACNUR ya compra entre el 50 y el 60 por ciento de sus productos a proveedores locales para limitar las emisiones del transporte internacional y apoyar las economías locales. El reto ahora, señala Safari, es trabajar con esos proveedores para garantizar que los productos que les compramos se fabrican localmente y de forma sostenible. Consideraciones como el uso de materiales reciclados y fuentes de energía renovables forman parte ahora de nuestros criterios globales de selección y evaluación de proveedores. “Estamos cambiando nuestra forma de hacer negocios”, afirma Safari, y añade que también se está trabajando para calcular las emisiones de CO2 de cada artículo de ayuda que distribuimos, de modo que podamos medir con precisión las reducciones que nosotros y nuestros proveedores estamos logrando y establecer una base de referencia para ACNUR y otras organizaciones humanitarias.

Mapa de Sudán y países vecinos y proyecciones de llegadas: Egipto (350.000); Etiopía (192.000), Sudán del Sur (590.000); República Centroafricana (25.000); Chad (600.000).

Mapa de Sudán y países vecinos y proyecciones de llegadas: Egipto (350.000); Etiopía (192.000), Sudán del Sur (590.000); República Centroafricana (25.000); Chad (600.000).

4. Reducir residuos

Minimizar y manejar los residuos generados por los artículos de ayuda implica colaborar con los proveedores, el personal, otras agencias humanitarias y los propios refugiados. Muchas personas refugiadas ya participan en iniciativas de reciclaje, reparación y reutilización de estos artículos, y se está llevando a cabo una encuesta para conocer mejor qué hacen los refugiados con objetos como linternas solares y tiendas de campaña después de que se rompen o quedan inservibles. Safari cree que hay más oportunidades para que los refugiados y los miembros de las comunidades de acogida creen pequeñas plantas de reciclaje y talleres de reparación en los asentamientos y sus alrededores. Mientras tanto, parte de los esfuerzos de rediseño en curso incluyen hacer que los artículos sean más duraderos o fáciles de reparar para que duren más. Los artículos también se etiquetarán con un código QR que proporcione información sobre de qué están hechos y cómo pueden reciclarse.

Rodeada de su familia y sus pertenencias en un centro de tránsito en la frontera con Sudán del Sur, una niña sostiene bebé en sus brazos.

Una familia sudsudanesa refugiada que vuelve a su lugar de origen y que, mientras tanto, espera en un centro de tránsito de ACNUR, en el paso fronterizo de Joda, en Renk, Sudán del Sur.

Con la temporada de lluvias ahora en su momento álgido, la entrega de ayuda por carretera a las regiones fronterizas remotas y el traslado de los refugiados recién llegados a zonas más seguras se han convertido en tareas extremadamente difíciles.

Años y años de devastadoras sequías en Sudán del Sur han dañado los caminos, lo cual imposibilita que las personas refugiadas retornadas se trasladen de la frontera a su lugar de origen. Quienes logran llegar a sus hogares se encuentran con comunidades frágiles que aún tratan de recuperarse de años de conflicto o sumergidas por las aguas de las inundaciones.

5. Colaboración

La cadena de suministro de ACNUR forma parte de un sistema de ayuda humanitaria mucho más amplio. Esto significa que el trabajo para reducir nuestro impacto medioambiental no puede realizarse de forma aislada. Colaboramos con otros organismos de la ONU y ONG para llegar a un consenso sobre los mejores enfoques y establecer normas sectoriales. Estamos bien encaminados para alcanzar el objetivo de reducir las emisiones de CO2 relacionadas con nuestra cadena de suministro para 2025 y pretendemos actualizar ese objetivo a una reducción del 30 por ciento para 2030.

UNHCR staff members are surrounded by a crowd of Sudanese refugees in Chad.

Personal de ACNUR lleva a cabo el prerregistro de personas sudanesas refugiadas recién llegadas en el sitio de Koufroun, en la región de Ouaddaï, Chad.

En principio, ACNUR y sus socios calcularon que, en los meses siguientes, necesitarían $445 millones de dólares (USD) para responder a las necesidades de las personas que huyen de Sudán; sin embargo, esta cifra se ha duplicado a 1.000 millones de dólares (USD) para brindar ayuda y protección hasta finales de año. Aunque las necesidades han crecido exponencialmente, la financiación de los donantes no ha seguido el mismo ritmo.

En Sudán, los enfrentamientos en Darfur y Khartoum han impedido que ACNUR y otras agencias brinden asistencia. Además, los suministros de ayuda han sido saqueados. En zonas relativamente más tranquilas y seguras, ACNUR ha logrado visitar asentamientos de refugiados y está colaborando con la Comisión Sudanesa para Refugiados con el propósito de seguir brindando protección y asistencia. Aún hay acceso al agua y a atención médica esencial; además, el Programa Mundial de Alimentos ha logrado la distribución de asistencia alimentaria en los campamentos de refugiados al este del país y en el estado del Nilo Blanco.

ACNUR hace un llamado urgente para que la comunidad internacional ofrezca más financiación para responder a esta crisis.

“Las necesidades son enormes y los desafíos, innumerables”, señaló Raouf Mazou, Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones. “De continuar la crisis, la paz y la estabilidad de la región estarían en juego”.

A young woman holds her baby sister with her mother sitting beside them backed by shelters made from wooden sticks and blankets.

Nyauke Chianjiak, una sudsudanesa refugiada y retornada de 18 años, está sentada junto a su hermanita, de un año, y junto a su madre, Naya, en un centro de tránsito en Renk, Sudán del Sur.

Esta historia ha sido actualizada. La versión original se publicó el 12 de mayo de 2023.

Las necesidades son enormes y los desafíos, innumerables

Raouf Mazou, Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones