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Déjà vu para un anciano ucraniano desplazado por la guerra

Historias

Déjà vu para un anciano ucraniano desplazado por la guerra

Desde su cama en el hospital, un ucraniano le cuenta a ACNUR que su niñez comenzó en la guerra y, para su angustia, su vejez también está dominada por el conflicto.
18 December 2014
Victor Marchenko, de 77 años, un ucraniano herido en los combates recientes en el este del país, yace en una cama del Hospital Mechnikov Dnipropetrovsk mientras su mujer de 49 años, Marina, mira resignada. Desplazados por los combates, la pareja espera volver a casa a tiempo para celebrar su aniversario de bodas de oro el año que viene.

DNIPROPETROVSK, Ucrania, 17 de diciembre de 2014 (ACNUR) – Cuando era niño en la Segunda Guerra Mundial, Victor Dmitriyevich Marchenko se escondió de los soldados alemanes en los campos de maíz del centro de Ucrania. Nunca imaginó que a los 77 años tendría que volver a esconderse para salvar su vida mientras las granadas caían alrededor de él.

"Nunca pensé que algo así podía suceder, hermanos luchando entre sí, hermanos matándose entre sí" dice desde su cama de hospital, mientras cuida una herida enorme que tiene en su muslo izquierdo. "No puedo entenderlo. ¿Por qué mataría a una persona? ¿Por qué ellos me matarían a mí?".

Había salido de su casa, situada cerca del aeropuerto de Donetsk – el escenario de intensos combates entre el ejército regular ucraniano y las fuerzas antigubernamentales a fines de septiembre y octubre – para conseguir agua para su mujer, hija y nieta. Sin electricidad, no había agua potable en casa.

"Había fuego de morteros y escuché explosiones" dice el hombre de pelo gris, uno de los 542.000 desplazados dentro de Ucrania, incluidos 54.000 en la región de Dnipropetrovsk. "Había restos de distintas personas por todos lados. Vi sangre saliendo de mi cuerpo".

Su nieto de 20 años lo llevó al hospital local, donde los doctores le quitaron metralla de su mano derecha y le pusieron una escayola en la pierna. Luego el joven metió a Victor a empujones en el auto y – zigzagueando a través de los campos para evitar el bombardeo – condujo durante seis horas hasta la ciudad industrial de Dnipropetrovsk, en Ucrania oriental.

Los cirujanos del Hospital Mechnikov, una institución prestigiosa que data de 1798, dicen que con los combates que convulsionan la región desde abril se han hecho expertos en cirugía traumatológica y así están ayudando a soldados y civiles a recuperar su salud cuando parece no haber esperanza.

Yuri Skrebets, el doctor general adjunto, declara una tasa de supervivencia del 99% entre los soldados y civiles heridos, un logro que es "único para los hospitales ucranianos" según él.

Mientras su mujer Marina mira con resignación, Victor recuerda que cuando era niño durante la Segunda Guerra Mundial vivió cerca de una escuela que fue ocupada por tropas alemanas y que lo salvaron de quemarse vivo unos soldados en retirada.

A lo largo de su larga vida, que lo llevó de la guerra y la liberación soviética a través la caída de la Unión Soviética a la independencia ucraniana, Victor está sorprendido de verse enfrentado al conflicto otra vez.

"Hay muchas bombas y explosiones, pero ¿para qué?" dice. "¿Por qué merezco una guerra así a esta edad? ¿Para qué es esta guerra?" se pregunta.

ACNUR está ayudando a los desplazados como Victor y su esposa en toda Ucrania con ayuda en efectivo para casos de emergencia, reparaciones de centros colectivos, ropa de invierno, sábanas, alimentos y otros tipos de asistencia humanitaria.

Después de un mes en hospital, con la herida de su pierna todavía sanándose, Victor tiene la esperanza de volver a caminar normalmente y regresar a su propio hogar, libre de combates.

Él y Marina – que se mantiene firme a su lado – han estado casados durante 49 años. "Pronto celebraremos nuestras bodas de oro" dice él con una sonrisa. "Tenemos que celebrarlo en casa".

Por Kitty McKinsey en Dnipropetrovsk, Ucrania