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Derecho a reunificación elude a familias refugiadas en Europa

Historias

Derecho a reunificación elude a familias refugiadas en Europa

La guerra en Siria desgarró a la familia de Ensaf de 13 años. La burocracia en Europa entorpece su reencuentro.
12 August 2016
Desde un albergue en Grecia, Ensaf habla por teléfono con su madre que se encuentra en Alemania.

Ensaf de trece años puso el teléfono en su oreja, mientras descansaba en su litera en un campamento de refugiados en la isla griega de Leros. "Te extraño mamá," murmuró.


A 2.000 kilómetros de distancia, en un departamento en el pueblo tranquilo de Thalheim, en el este de Alemania, su mamá, Layali Radwan, no puede evitar que le salten las lágrimas por el sonido de la voz de su hija.

Hace más de ocho meses que no se ven, desde el momento en que Layali, 36, y el hermano de Ensaf de 15 años, Riyad, huyeran a Europa después de que su hogar en Siria fuera bombardeado a fines del año pasado.

El plan era que Ensaf y su padre, Bashar, los siguieran a Alemania en cuanto Bashar se recuperara del traumatismo craneal que sufrió en el bombardeo. Cuando el papá y su hija llegaron en Grecia en un bote de goma desde Turquía en la primavera, encontraron una situación muy distinta.

Las fronteras se cerraron, efectivamente cortando la ruta Balcanes al oeste y norte de Europa. Y con un nuevo acuerdo de la Unión Europea (UE) para devolver más migrantes y refugiados de Grecia a Turquía, muchas más personas permanecieron en los campamentos de refugiados y centros de recepción en las Islas Griegas, frecuentemente en condiciones difíciles. Ensaf y Bashar aterrizaron en Grecia el 20 de Marzo, día en que la UE empezó a implementar este acuerdo.

Casi cinco meses después, la familia sigue estando dividida en dos: un padre con un niño, unos en Alemania y otros en Grecia. Sus smartphones les dan una ventana virtual de sus vidas paralelas a través de un flujo constante de fotos, grabaciones de voz y llamadas de video.

Ellos están entre las decenas de miles de familias refugiadas en Europa, intentando sortear el laberinto legal y desafíos prácticos para lograr la reunificación con sus familias.

No tiene que ser así. En Europa, familias de refugiados y solicitantes de asilo separadas tienen el derecho a reunificación legal bajo el Convenio de Dublín de la UE. Esta ley también determina qué país es responsable por el procesamiento de la solicitud de asilo. Cuando un miembro de una familia llega a un país cubierto por el Convenio, en teoría puede aplicar por otro miembros directo de su familia para reunirse.

Pero en Grecia, y en el contexto de un sistema sobrecargado de solicitudes de asilo, el procesamiento de casos 'Dublín' --a menudo complejos-- ha sido lento y no ha sido priorizado. Incluso cuando las solicitudes de reunificación son aprobadas, pueden tardar muchos meses o hasta un año – o más – antes que la familia se reúna.

Ensaf, de 13 años, siente la espera como una eternidad. Y para una familia que sufrió tanto, es complicado estar sin el apoyo del otro.

"La guerra desgarró a mi familia", dijo Ensaf. "De un día para el otro me encontré en una crisis – bombas, bombas de petróleo – y mi familia me fue arrebatada . . . Pero gracias a Dios estamos bien, pero me sentiría mejor si estuviera con mi mamá. Ahora tengo miedo de no ver nunca más a mi mamá y mi hermano".

"Ahora tengo miedo que no ver na más a mi mamá y mi hermano"

En Siria, Bashar era profesor, enseñaba odontología en la Universidad de Alepo. Layali cuidaba su hogar y los niños.

El año pasado, su pueblo en Alepo, al norte de Siria, fue sumido por la lucha. Grupos armados instalaron controles en el área. Ensaf y Riyad todavía iban a la escuela, Bashar seguía enseñando, incluso cuando el bombardeo aumentaba. Su ajustada situación financiera y el deseo de mantener unida a su familia los mantuvo en Siria. Sus vecinos se escapaban en hordas.

Luego, en noviembre, una bomba rompió el techo de la sala de estar mientras la familia estaba sentada. Bashar recibió golpes por los escombros, y Riyad se desmayó del shock. Fueron llevados al hospital, donde los médicos cosieron la frente de Bashar.

Bashar todavía se encontraba en el hospital cuando él y Layali decidieron que ella y Riyad iban a huir hacia Europa. Como muchas familias que escapan de la guerra y conflictos, no pudieron salir todos juntos y se enfrentaron con un dilema devastador: ¿Quién va a ir primero, y quién se va a quedar?

Luego de unos días juntaron más de &euro3.000 que recolectaron de parientes y amigos para pagar a los traficantes.

"Le dije a mi mamá, 'si Dios quiere, vamos a llegar junto a ti de forma segura',"Ensaf dice sobre su último día juntos en su casa, antes que su madre y hermano salieran. "Y que la amo".

Layali y Riyad pasaron numerosos controles para salir de Siria y llegar a cruzar la frontera con Turquía para embarque en un bote a Grecia. De repente, la tragedia los golpeó.

El bote de Layali y Riyad se hundió cerca de la isla griega de Kos mientras cruzaban el Mar Egeo. "Huimos de la guerra y el miedo y la muerte para volver a enfrentar la muerte de nuevo", dijo Layali. "Era un camino duro, pero igual era mejor que quedarnos en nuestro país".

La guardia costera griega los rescató. Luego de recuperarse siguieron su difícil camino a través de los Balcanes, a menudo a pie así como también en tren. Layali y Riyad llegaron a Alemania a mediados de diciembre.

En marzo, cuando Bashar recuperó su salud, él y Ensaf se fueron de Siria, a pesar de los peligros conocidos, esperando reunirse con Layali y Riyad. Si bien la familia ahora vive en el mismo continente, sus vidas cotidianas son mundos aparte.

En Thalheim, hogar de casi 6.600 personas, Layali y Riyad viven en un pequeño departamento. Los dueños, una familia alemana, quienes reciben apoyo financiero del gobierno para alojar a refugiados, viven arriba. Los objetos domésticos son etiquetados con su nombre en alemán, para ayudar Layali y Riyad a desarrollar su vocabulario. Ellos asisten a unos cursos de alemán y regularmente practican hablando con su familia anfitriona.

A veces, en Facebook, Layali comparte fotos de sus niños uno al lado del otro "Que Dios nos reúna de nuevo," ella escribió recientemente.

Mientras en Leros, donde unos 700 refugiados y migrantes están actualmente albergándose, Ensaf y Bashar viven con cerca de 100 personas más en Pikpa, un hospital antiguo cerca del puerto de Lakki. Voluntarios de la red de solidaridad de Leros manejan Pikpa, con apoyo de las autoridades griegas y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Ensaf y Bashar duermen en literas en una habitación compartida con tres otras familias. Mantas grises térmicas cuelgan entre las camas por privacidad. Tres días a la semana, Ensaf asiste a clases gratuitas de inglés. Ella sueña con ser pediatra algún día – "para que pueda ayudar a la gente", dice.

Pikpa está llena de miembros de familias separadas, principalmente mujeres y niños quienes están intentando encontrar a sus maridos y padres en otras partes de Europa. Bashar y Ensaf son el único par padre-hija. También hay una mujer de 22 años que su marido tuvo que huir de Siria un mes antes del nacimiento de su hija. La bebé sonriente solamente conoce a su padre vía WhatsApp.

Aunque Ensaf y Bashar están dentro de la UE, los retrasos administrativos en procedimiento de los casos 'Dublín' pueden significar que pasen meses antes que Ensaf y Bashar se puedan reunir con Layali y Riyad.

"La reunificación familiar mantiene a los seres queridos juntos, asegurando el derecho a la vida familiar. Es la oportunidad tan ansiada para que padre, hija, madre y hijo se puedan ver nuevamente, después de eventos devastadores. Pero debe funcionar mucho mejor y más rápido", dice Daphne Kapetanaki, oficial asociada de protección del ACNUR radicada en Atenas. "Casos de reunificación familiar tienen que ser priorizados, con más oficiales procesándolos", añadió. "La mejor forma para que las personas empiecen nuevamente sus vidas no es separándolas, sino estando juntos, como familia".

"La mejor forma para la gente de empezar nuevamente sus vidas no es separándolas, sino estando juntos, como familia"

Enfrentándose con largas demoras algunos refugiados en Gracia quienes están intentado reunirse con sus familiares ya están en Europa tomando el riesgo de volver de nuevo a los traficantes, y caminos clandestinos y peligrosos.

Desde hace mucho tiempo el ACNUR promueve los procedimientos de reunificación familiar rápidos y fluidos para prevenir penurias para familias quienes ya han sufrido muchas dificultades, durante y en camino a Europa. Esto significa que hay que dedicarle más recursos, incluyendo personal adicional, y priorización por parte de las autoridades a los casos de reunificación familiar.

Además, se requieren vías legales adicionales para llegar a Europa y que las personas no tengan que realizar caminos riesgosos en manos de traficantes despiadados. Adicionalmente, los Estados Europeos tienen numerosos desafíos en cuanto a las familias que se encuentran fuera de Europa, lo cual hace el procedimiento de reunificación familiar muy larga, engorroso y en algunos casos, casi imposible.

"Espero poder estar con mi mamá, mi hermano y mi papá", dice Ensaf "que tengamos una casa en Alemania, si Dios quiere, y que regresemos a Siria algún día si la situación mejora".

Ella termina cada día con un rezo: "Dios, déjame ver mi mamá pronto de nuevo".