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Mientras el intenso frío amenaza a los refugiados, ACNUR responde con su "Célula de Invierno"

Historias

Mientras el intenso frío amenaza a los refugiados, ACNUR responde con su "Célula de Invierno"

Conocido oficialmente como "Célula de Operaciones de Invierno", un pequeño equipo de seis personas se dedica a la más difícil de las tareas: hacer pronósticos.
22 enero 2016
El equipo de la Célula de Invierno de ACNUR trabaja para pronosticar las inclemencias del tiempo a las que se enfrentarán los refugiados que transitan por Europa.

GINEBRA, Suiza, 22 de enero de 2016 (ACNUR/UNHCR) – La denominan "Célula de Invierno" y es una pequeña sala de reuniones en las entrañas de la sede de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ginebra. No tiene ventanas, sino ordenadores y paredes en las que cuelgan pantallas y mapas con números escritos a mano que cambian constantemente.

Conocido oficialmente como "Célula de Operaciones de Invierno", un pequeño equipo de seis personas se dedica a la más difícil de las tareas: hacer pronósticos.

Para hacer frente al frío invernal potencialmente mortífero que se extiende por Europa y Oriente Medio, los integrantes del equipo identifican las tendencias, señalan los problemas y prevén los obstáculos.

"Nuestra unidad ha sido establecida para mitigar los efectos del invierno", dice Chris Earney, jefe de la "Célula de Invierno". "Tratamos de prever las situaciones que podrían ser causadas por el invierno y también examinamos las situaciones que ya existen y que podrían verse agravadas por los efectos del invierno".

La unidad coopera estrechamente con expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Oficina Meteorológica del Reino Unido y el Servicio Meteorológico de Europa Sudoriental a fin de evaluar los efectos de las condiciones atmosféricas en una gran diversidad de operaciones de respuesta inmediata y de acciones de planificación y mitigación a más largo plazo.

Hay un gran número de variables en juego, en particular teniendo en cuenta que la unidad cubre una franja amplia de territorio que se extiende desde el Círculo Polar hasta el mar Egeo. Este hecho plantea a los responsables de la adopción de decisiones estratégicas y a las personas que proporcionan directamente asistencia humanitaria una serie de desafíos excepcionales a nivel estratégico, operacional y táctico.

Al igual que las condiciones atmosféricas afectan a todos los aspectos de nuestra vida personal, también afectan a todos los aspectos de las operaciones humanitarias. El reto al que se enfrenta la Célula de Operaciones de Invierno es aprovechar un ingente volumen de información meteorológica para determinar qué beneficios pueden obtenerse en todo el espectro de las operaciones de ACNUR en Europa sudoriental.

Según explicó la Oficina Meteorológica en una declaración, se trata de un gran reto al que ahora se puede hacer frente gracias a los numerosos organismos meteorológicos que, con el apoyo de la Organización Mundial de Meteorología, están avanzando hacia lo que se denomina "Previsiones Basadas en los Efectos".

Este planteamiento sustituye el enfoque tradicional basado en el parte meteorológico diario por un servicio más orientado hacia el usuario, centrado en los efectos de la meteorología en las operaciones de un determinado usuario y que tiene por objeto prestar un servicio mucho más personalizado y, por lo tanto, mucho más beneficioso.

Probablemente, a finales de enero dicho enfoque tendrá que superar algunas pruebas difíciles, dado que en el oeste y el sur de la península balcánica, en Turquía, en el Mediterráneo oriental y en Oriente Medio se prevé un descenso de las temperaturas a niveles inferiores a los normales, con mínimas de entre -5 y -15 grados centígrados, acompañado de intensas nevadas.

En esta extensa región millones de refugiados – la mayoría procedentes de Siria e Irak – viven en campamentos y asentamientos y varios miles se están desplazando, muchos de ellos a pie o en embarcaciones endebles y sometidas a la intemperie.

"La Oficina Meteorológica es una contraparte formidable, tanto por la calidad de su personal como por los resultados obtenidos y por la velocidad a la que responden", añade Chris Earney.

El equipo también consulta las redes sociales y está en contacto con una persona encargada en la unidad de inteligencia del Organismo sueco para las Migraciones al objeto de mantenerse al tanto de los últimos movimientos de refugiados. Saber dónde se encuentran los refugiados en todo momento es crucial para la preparación para situaciones de emergencias, ya que, por ejemplo, una tormenta de nieve imprevista en una frontera congestionada sin apoyo material suficiente podría tener resultados desastrosos.

Desentrañar la interacción entre todas estas variables es un ejercicio que puede salvar vidas cuando empeoran las condiciones meteorológicas y ayudar al ACNUR a determinar dónde debe desplegar sus recursos.

"Estamos creando una serie de escenarios y situaciones y en todas ellas los refugiados ocupan una posición central", dice Earney. Dependiendo de la evaluación de los riesgos – calculados en términos de implicación frente a probabilidad – el equipo proporciona información o recomendaciones específicas directamente a las oficinas en los países o de manera general en sus informes diarios sobre la situación, que pueden consultarse en el portal de datos de ACNUR (Winter Operations Cell Daily Reports).

Una gran parte del trabajo se realiza en tiempo real. A medida que va llegando información de la Oficina Meteorológica, de los trabajadores de ACNUR sobre el terreno y del servicio sueco de inteligencia para las migraciones, los números que figuran en esos mapas colgados en las paredes sin ventanas de la "Célula de Invierno" van cambiando para mostrar la situación real sobre el terreno. Algunos de los mapas son esquemáticos, como el que está detrás de la puerta, que refleja las rutas que siguen los refugiados en su desplazamiento hacia el norte, y que, según Earney, para el equipo es comparable al mapa del metro de Londres.

La tarea de poner todos estos datos a disposición de los agentes externos recae en James Leon-Dufour, el miembro del equipo que se encarga de la gestión de la información. Arquitecto de formación, James Leon-Dufour intenta recopilar todos estos datos y "transmitirlos de manera inteligible", ayundando a diseñar el formato de presentación de la información, creando aplicaciones para visualizar las concentraciones de población a lo largo de las rutas y la situación en las fronteras.

Con una gran experiencia en el diseño de campamentos, es uno de los dos arquitectos de un equipo integrado por personas especializadas en diferentes ámbitos. Ruxandra Bujor, que posee cinco años de experiencia en la gestión de campamentos, es la encargada del seguimiento de los 70 emplazamientos en Europa en los que se concentran los refugiados, así como de la ayuda disponible y distribuida en los mismos.

Ruxandra Bujor dice que, con la llegada del invierno, los desplazamientos a través de las fronteras y dentro de los países resultan difíciles y a veces imposibles. La capacidad para superar materialmente los obstáculos a la circulación debe correr pareja con las iniciativas de sensibilización, a fin de garantizar que todos los países estén preparados para atender a todos aquellos que puedan quedar bloqueados.

Al igual que el resto de los miembros, Ruxandra Bujor está entusiasmada con el trabajo que está realizando el equipo. La unidad no empezó a funcionar hasta finales del pasado mes de octubre pero ya pueden apreciarse los resultados de su trabajo.

"A veces nos sentíamos sobrepasados, pero eso fue solo al principio. Ahora hemos centrado más nuestra labor de análisis y hemos identificado algunos de los principales factores que contribuyen a los cambios", dice Ruxandra Bujor.

ACNUR desea expresar su agradecimiento a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Oficina Meteorológica del Reino Unido y el Servicio Meteorológico de Europa Sudoriental por su ayuda y su respaldo en apoyo de las operaciones de la Célula de Operaciones de Invierno de ACNUR.