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Pakistán: La tragedia de las familias que respondieron tarde a las advertencias

Historias

Pakistán: La tragedia de las familias que respondieron tarde a las advertencias

Algunas de las familias que se refugian en el distrito de Sukkur en Pakistán después de huir de las inundaciones desean haber escuchado las advertencias de abandonar sus hogares amenazados antes.
1 September 2010
Una niña espera la provisión de agua para su familia en un campamento en el distrito de Sukkur.

SUKKUR, Pakistán, 1 de septiembre (ACNUR) – Imam y Ghulam se lamentan por haber ignorado las advertencias de inundación hasta el último minuto, con la vana esperanza de que las aguas arremolinadas dejarían su humilde casa en paz, ubicada al sur de Pakistán. No sólo les costó la pérdida de sus pertenencias sino la muerte de un hijo y la desaparición de otro.

Tras haber huido de otras zonas inundadas en la provincia de Sindh, los granjeros se encuentran entre las decenas de miles de personas más pobres que han buscado un refugio en el distrito de Sukkur. La mayoría de ellos ha perdido todo y enfrentan ahora una ardua lucha para reconstruir sus vidas, ya de por sí, difíciles. También, como Imam y Ghulam, algunos de ellos ignoraron las advertencias de mudarse a terrenos más altos.

"Estábamos durmiendo. Las aguas brotaron en medio de la noche. Podíamos ver y sentir el agua por todos lados", recuerda sollozando Imam, quien vivía con su marido Ghulam y sus siete hijos cerca del pueblo de Jacobabad, que quedó inundado por las correntadas que bajaban hacia el sur. "La inundación se llevó todo: mi casa, mi hijo de cinco años, y otro de 13 que está desaparecido y tal vez con vida", cuenta la mujer de 45 años al personal del ACNUR en el campamento de emergencia en Sukkur. Los sobrevivientes caminaron durante dos horas antes de subir a un camión que los llevó a un lugar seguro.

Si bien la familia no podría haber detenido las aguas, sí podría haber escapado antes y con algunas de sus pertenencias si hubieran prestado atención a las alertas. Imam había pedido hacer esto a su marido. "Algunas personas comenzaron a huir antes de la inundación, pero mi esposo se burlaba de mí porque su patrón le había dicho que las aguas no llegarían hasta allí", explica Imam. "Ahora mi marido se arrepiente por no haber huido a tiempo."

Hasta cierto punto, la familia fue una víctima de la cultura y tradiciones conservadoras de los granjeros de la región. Esto los inhibió a la hora de tener contacto con extraños e implica también el tener un exagerado respeto por la autoridad de sus patrones, lo que explica por qué esta familia – y otras – ignoraron los signos de peligro mientras otros huían a lugares más seguros.

Imam, Ghulam y los cinco hijos se encuentran ahora en un campamento establecido por la fuerza aérea de Pakistán, donde la Agencia de la ONU para los Refugiados ha distribuido suministros de emergencia a medida que iban llegando las personas, la mayoría de las cuales viene desde la zona de Jacobabad, al oeste del río Indus.

Imam y su familia han estado viviendo en una carpa en Sukkur durante tres semanas y donde afrontan muchos problemas, entre ellos, el calor insoportable, la falta de ropa y la escasez de agua potable. Hay sólo 25 letrinas para una población de 3.000 personas desplazadas.

Por otra parte, este es el mes de ayuno islámico del Ramadán, lo que significa que no pueden ingerirse alimentos hasta la puesta del sol. "Estos son los peores días de nuestras vidas", sentenció Imam.

Gula también perdió a sus familiares cuando golpearon las aguas en su casa en la comunidad de Jacobabad. "Gritábamos mientras las aguas arrastraban a mi hermana menor y a mi tía", contó Gula en el campamento de Sukkur. Los adultos tuvieron que atravesar las aguas hasta un lugar seguro, cargando a los niños en sus hombros. "Todo fue destruido y llegamos aquí sin más que lo puesto", agregó Gula. Su esposo, el granjero Imam Din, también ignoró la alerta temprana de inundación después de que su patrón le dijera que esa zona no sería afectada.

Al empezar a retroceder las aguas, ambas familias esperan poder regresar a sus hogares lo antes posible e Imam tiene aún esperanzas de encontrar a su hijo sano y salvo.

En Sindh, la agencia de los refugiados está distribuyendo provisiones de refugio, como así también asistencia técnica a los funcionarios locales en la coordinación y manejo de los campamentos. Hasta ahora, hay unos 2.400 campamentos o sitios espontáneos en Sindh donde las personas afectadas por la inundación buscan un lugar para refugiarse.

Por Qaiser Khan Afridi en Sukkur, Pakistán