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Partido de fútbol recauda comida para haitianos en Amazonia brasileña

Historias

Partido de fútbol recauda comida para haitianos en Amazonia brasileña

Haitians get a warm welcome and a helping hand at a football match in north-west Brazil's Amazonas region after leaving their homeland following January's quake. [for translation]
2 June 2010
Some of the Haitians in the grounds of the Divine Church of the Holy Spirit in Tabatinga. [for translation]

TABATINGA, Brasil, 3 de junio (ACNUR) – En las vísperas del inicio de la Copa del Mundo en Sudáfrica, un partido de fútbol entre Brasil y Haití en el corazón de la selva amazónica recaudó alimentos para los cerca de 60 haitianos que se encuentran en la ciudad brasileña de Tabatinga, en la tríplice frontera entre Brasil. Colombia y Perú.

El partido, que se realizó el pasado fin de semana en la cancha de arena del club "Bola Cheia", sirvió para recaudar cerca de 80 kilos de alimentos que serán consumidos en la próximas tres semanas por los haitianos albergados por la Pastoral de Movilidad Humana de Tabatinga. Los haitianos, que jugaron contra atletas lugareños, ganaron 9 a 8.

La afición reunió a brasileños, colombianos y peruanos que conviven en esta alejada ciudad fronteriza alas orillas del río Solimões, en la cuenca del río Amazonas. "Todos quedaron muy felices, especialmente los haitianos. Los alimentos recaudados son una muestra de la solidaridad de la población de Tabatinga, que ahora está más concienciada acerca de la presencia de los haitianos en la ciudad", afirmó Padre Gonzalo Franco, director de la Pastoral de Movilidad Humana.

Los hombres, mujeres y niños haitianos están alojados en la iglesia del Divino Espírito Santo y llegaron a Tabatinga en las últimas semanas, viniendo de Perú. Los haitianos empezaron a llegar a esta frontera amazónica en enero de 2010, después del terremoto que causó devastación en Haití. En Tabatinga son asistidos por la Pastoral de Movilidad Humana, entidad socia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la región. Además, recibieron apoyo por parte de la Defensa Civil y fueron visitados por las autoridades de salud.

Bajo la coordinación de la Pastoral, los haitianos comparten las instalaciones de la iglesia, preparan su propia comida y se encargan de la limpieza de los locales. Durante el día, mientras las mujeres se quedan con los niños, los hombres pasan el tiempo entre Tabatinga y Leticia, ciudad colombiana al otro lado de la frontera, una línea imaginaria que no es más que la continuación de la avenida principal de Tabatinga.

Muchos de los haitianos ya se encontraban fuera de su país antes del terremoto, sin embargo, otros salieron de Haití después de la Tragedia, como en el caso de Enel Romelus, de 32 años, que trabajaba en la construcción civil y daba clases de español en Puerto Príncipe. "Es imposible cuantificar la tragedia en mi país, la sensación es que todo acabó y que ya no tenemos para donde volver", afirmó Enel, que dejó Haití a finales de enero y llegó a Tabatinga a principios de abril.

Como la mayoría de los otros haitianos, Enel salió de su país rumbo a la República Dominicana, donde tomó un avión para Lima, capital de Perú. De allá se fue en autobús hasta Pucalpa y en barco a Iquitos y Santa Rosa, en la Amazonia peruana. Al final, tomó una pequeña embarcación de Santa Rosa a Tabatinga, cruzando del río Solimões: un trayecto de diez minutos.

En territorio brasileño los haitianos son asistidos por la Pastoral de Movilidad Humana, que ejecuta un proyecto del ACNUR para brindar asistencia humanitaria a los solicitantes de asilo procedentes de Colombia. Irónicamente, apenas cuatro ciudadanos colombianos solicitaron asilo en Tabatinga en lo que va del año, pero ya fueron 80 los haitianos que pasaron por esta frontera desde enero, sin contar el grupo que se encuentra actualmente en la ciudad.

Todos los haitianos están presentado solicitudes de asilo a las autoridades brasileñas, que las reciben en conformidad con los compromisos internacionales asumidos por el país, ya que Brasil ratificó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Con los documentos temporáneos que los identifican como solicitantes de asilo, salen de Tabatinga para Manaus, en un viaje en barco que puede durar hasta siete días.

En Manaus siguen recibiendo asistencia por parte del ACNUR y de sus socios, por lo tanto pueden iniciar un camino de integración en la sociedad local. Mientras tanto, muchos dejan de dar seguimiento a sus solicitudes de asilo y de contactar los funcionarios competentes, los asistentes sociales y también el ACNUR.

"En estos casos, es posible que hayan tomado la decisión de salir de Brasil para ir a otros países. Es un comportamiento atípico para los solicitantes de asilo y puede indicar que estas personas sólo estén en tránsito en Brasil", según consideró el representante del ACNUR en el país, Andrés Ramírez. "Sin embargo, por razones humanitarias, seguimos brindando asistencia temporánea de emergencia a los que llegan", dijo Ramírez.

En conformidad con las convenciones internacionales, la legislación brasileña no prevé el reconocimiento de la condición de refugiado para las víctimas de desastres naturales. A raíz de eso, las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos haitianos son remitidas por el Comité Nacional para los Refugiados (CONARE) el Consejo Nacional de Inmigración (CNIg), que podrá regularizar la permanencia en Brasil de estas personas por razones humanitarias. "Es una actitud inteligente la de las autoridades brasileñas, ya que preserva la institución del asilo y al mismo tiempo ampara a los haitianos que desean reconstruir sus vidas en Brasil", afirmó el representante del ACNUR.

La mayoría de los haitianos actualmente presentes en Tabatinga sólo habla creole o francés y Enel Romelus es uno de los pocos que habla español, por eso ha ayudado a la Pastoral de Movilidad Humana a comunicarse con los otros haitianos y a sus connacionales en las gestiones con las autoridades migratorias, en las entrevistas e incluso en el puesto telefónico. "Quiero encontrar un trabajo y ayudar a mi familia que se quedó en Haití", dijo Enel, refiriéndose al padre, la esposa y sus tres hijos.

Animado por los resultados alcanzados con el partido, el director de la Pastoral de Movilidad Humana elogió la comunidad local y anunció los próximos pasos de esta iniciativa: "Fue una demostración de solidaridad con los haitianos en este momento tan difícil para ellos. A la brevedad organizaremos otro partido con un equipo colombiano", dijo Padre Gonzalo Franco, que siempre trata de sacar lo mejor de esta particular zona de frontera.

Por Luiz Fernando Godinho, en Tabatinga