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Seis atletas integrarán el Equipo Paralímpico de Refugiados en los Juegos de Tokio

Historias

Seis atletas integrarán el Equipo Paralímpico de Refugiados en los Juegos de Tokio

Atletas que compiten en cuatro disciplinas, entre ellos la primera mujer en participar en los juegos paralímpicos, han logrado su puesto entre los mejores del mundo, a pesar de haberse visto obligados a huir de sus hogares.
30 June 2021
El refugiado burundés Parfait Hakizimana durante una sesión de entrenamiento de taekwondo en el estadio Amahoro de Kigali, la capital de Ruanda.

Seis atletas de natación, atletismo, canotaje y taekwondo han sido seleccionados para competir en el mayor escenario deportivo del mundo como integrantes del Equipo Paralímpico de Refugiados en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.


El equipo anunciado este miércoles por el Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés) está conformado por una mujer y cinco hombres que se han destacado en los deportes que practican. Algunos resultaron heridos en la guerra, y otros sufrieron lesiones o enfermedades que les cambiaron la vida mientras vivían en el exilio.

Entre ellos se encuentra la primera mujer refugiada paratleta y la más joven del equipo, Alia Issa, de 20 años, una refugiada siria que vive en Grecia y que competirá en Club throw, una prueba especializada para atletas que no pueden sostener la jabalina, la bala o el disco.

Alia contrajo viruela a los cuatro años, lo que le provocó daños cerebrales que la dejaron con deficiencias físicas e intelectuales. Tras perder a su padre a causa del cáncer, descubrió el deporte hace tres años en su escuela de Grecia, y ahora compite a nivel internacional, quedando recientemente en cuarto lugar en los Campeonatos Europeos de Para Atletismo de 2021.

Alia comentó que involucrarse en el deporte fue un momento importante para ella, debibo a que la hizo sentirse más fuerte y segura de sí misma. “Me gustaría decirle a la gente que, si tienen un hijo con discapacidad como yo, no lo tengan escondido en casa. Anímenlo a participar en el deporte”, expresó.

Abbas Karimi, uno de los dos nadadores del equipo, es un refugiado afgano que ahora vive en Fort Lauderdale, Estados Unidos, y que a principios de este año se convirtió en Colaborador de Alto Perfil de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. Nacido sin brazos, se enfrentó a la discriminación en su país debido a su discapacidad y origen étnico. Huyó a Turquía, donde vivió cuatro años como refugiado antes de ser reasentado en Estados Unidos.

Abbas ha ganado ocho medallas, incluida la de plata en los Campeonatos Mundiales de Natación de México 2017, y espera conseguir otra en Tokio. “Creo que tengo el potencial para subir al podio en los Juegos Paralímpicos y creo que es importante para todas las personas refugiadas y para nuestro legado que uno de nosotros, los atletas refugiados, suba al podio, ya que puede provocar un cambio para las personas refugiadas e inspirar y dar esperanza”, comentó.

Otro que aspira a la gloria en la piscina es Ibrahim al Hussein, originario de Siria, quien compitió en los Juegos Paralímpicos de Río en 2016 como miembro del primer Equipo Paralímpico Independiente, formado por dos personas refugiadas y solicitantes de asilo. Ibrahim, que ahora vive en Grecia, sufrió la amputación de su pierna derecha por debajo de la rodilla tras quedar atrapado en la explosión de una bomba mientras intentaba ayudar a un amigo herido en Siria.

Aficionado a la natación desde la infancia, describe la competencia en los Juegos Paralímpicos como un sueño hecho realidad. “Quiero que todas las personas refugiadas tengan oportunidades en el deporte. No puedo imaginar mi vida sin él”, compartió Ibrahim.

“No puedo imaginar mi vida sin el deporte”.

Su compañero sirio Anas Al Khalifa huyó a Alemania a través de Turquía en 2015, donde trabajó instalando paneles solares antes de que una lesión medular sufrida en una caída desde un edificio de dos plantas en 2018 le dejara con movimiento y sensibilidad limitados en sus extremidades inferiores.

Su fisioterapeuta lo introdujo en el Para canotaje hace algo más de un año. Gracias a su dedicación al entrenamiento y al apoyo de su entrenadora, una exmedallista olímpica, Anas ha hecho notables progresos. “Cuando voy a entrenar, el deporte me demuestra cómo puedes lograr tantas cosas y te olvidas de la discapacidad. Te hace sentir que ya no tienes ningún impedimento”, expresó Anas.

Shahrad Nasajpour, que fue el segundo miembro del Equipo Paralímpico Independiente en Río, volverá a competir en el lanzamiento de disco en Tokio. Nacido en Irán con parálisis cerebral, primero se dedicó al tenis de mesa antes de pasarse al paratletismo. Después de mudarse a Estados Unidos en 2015, se puso en contacto con el IPC sobre la idea de un Equipo de Refugiados para Río, y finalmente consiguió su lugar en los Juegos de Tokio.

Como uno de los pioneros del Equipo Paralímpico de Refugiados, Shahrad se siente animado por su ampliación a seis miembros para Tokio. “Cuando tienes un grupo, recibes más atención. Es estupendo ver a más atletas involucrados ahora. Espero que esto crezca más y más en los próximos años”, señaló.

“Es estupendo ver a más atletas involucrados ahora”.

El último miembro del equipo es Parfait Hakizimana, que viajará a Tokio desde el campamento de refugiados de Mahama, en Ruanda, donde vive desde que huyó del conflicto en Burundi. Después de perder su brazo a los 8 años durante un ataque en el que murió su madre, se dedicó al taekwondo y ahora compite a nivel internacional, a la vez que entrena a niñas y niños refugiados que viven en el campamento.

Parfait atribuye a los valores de respeto, amistad y competitividad que promueve el taekwondo el haberle ayudado a encontrar su propio lugar en un nuevo país. “Las personas refugiadas no tienen much, pero el deporte les ayuda a olvidar sus problemas”, explicó.

El Equipo Paralímpico de Refugiados fue anunciado a través de un vídeo por estrellas del mundo de la música, el deporte, la literatura, el teatro, el cine y la televisión, incluidos los Embajadores de Buena Voluntad de ACNUR. Los atletas competirán bajo la bandera del IPC en Tokio, y serán el primer equipo en entrar en el Estadio Nacional de Japón durante la ceremonia de apertura el 24 de agosto.

El equipo representará a más de 82 millones de personas en todo el mundo que se han visto obligadas a huir del conflicto, la persecución y la violación de los derechos humanos; de las cuales, 12 millones tienen alguna discapacidad y a menudo se enfrentan a mayores riesgos y barreras de acceso a asistencia y a oportunidades, incluida la participación en el deporte.

ACNUR está trabajando con el IPC para apoyar la participación del equipo en Tokio y, junto con los atletas, abogar por un mundo en el que todas las personas desplazadas por la fuerza – con o sin discapacidad – tengan el mismo acceso al deporte y a otras formas de inclusión.