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Nigeria: la inseguridad fronteriza dificulta el traslado de los refugiados a un campamento camerunés

Notas de prensa

Nigeria: la inseguridad fronteriza dificulta el traslado de los refugiados a un campamento camerunés

31 October 2014

ACNUR está muy preocupado por la creciente inseguridad en las zonas de la frontera entre Camerún y Nigeria, donde miles de refugiados nigerianos que huyen de los ataques insurgentes han buscado refugio en las últimas semanas.

En los últimos días, insurgentes nigerianos han lanzado repetidos ataques transfronterizos en el norte de Camerún desde ciudades de la frontera nigeriana, dificultando los esfuerzos para reubicar a los refugiados de la zona fronteriza inestable al campamento Minawao, ubicado a unos 120 kilómetros de la frontera.

El viernes pasado, los enfrentamientos entre los insurgentes y las fuerzas militares camerunesas estallaron en el pueblo de Koubougué, en el lado de Camerún, provocando la muerte de cinco civiles. Koubougué se encuentra a 4 kilómetros de la ciudad fronteriza de Fotokol, donde unos 1.000 refugiados están a la espera de ser trasladados al campamento Minawao.

Los civiles cameruneses viven aterrorizados debido a los frecuentes ataques por parte de insurgentes, situación que visto agravada por el hecho de que los insurgentes de Nigeria habrían comenzado a atacar a civiles en Camerún. Los refugiados nigerianos, que huyeron de los ataques anteriores por parte de insurgentes en el noreste de Nigeria, están pidiendo ser trasladados lejos de la zona fronteriza lo antes posible.

Los refugiados que han llegado recientemente dicen que el acceso a Camerún se está haciendo extremadamente difícil y peligroso, ya que los insurgentes han tomado el control de varias ciudades y pueblos de la frontera en el noreste de Nigeria, incluyendo Gwoza, Bama, Banki y en el estado de Borno, Bara en el estado de Yobe, y Michika, Madagali y Gulak en el estado de Adamawa. Por ello, los refugiados se vieron obligados a huir a pie a través del monte y cruzaron el río Elbeid antes de entrar en Camerún.

Los refugiados también han declarado al personal de ACNUR que están siendo perseguidos por los insurgentes y que han sido testigos del asesinato de sus seres queridos. Cuentan que los insurgentes entraron en sus aldeas y robaron todo antes de quemar sus casas. Muchos refugiados están traumatizados después de haber visto a sus familiares brutalmente asesinados.

Además, muchas familias también han quedado separadas después de huir de sus aldeas, dejando a muchas mujeres y niños en una situación extremadamente vulnerables.

Hace dos semanas, los enfrentamientos entre los insurgentes y el ejército camerunés en otra aldea, Zhelevet, obligaron al equipo de ACNUR a suspender las operaciones de reubicación de cerca de 600 refugiados a Minawao.

A pesar de la inseguridad constante en las zonas fronterizas, ACNUR sigue trabajando con las autoridades locales para acelerar el traslado de los refugiados. Siempre que las circunstancias de seguridad lo permitan, se realizarán más transferencias esta semana.

Actualmente Minawao acoge a 16.282 refugiados, con una población que casi ha triplicado su tamaño en los últimos dos meses. La capacidad actual del campamento se estima en 35.000 personas, aunque se están llevando a cabo trabajos de ampliación para poder acoger a los refugiados que se encuentran ya registrados para su traslado desde la frontera, así como a las posibles nuevas llegadas.

Con el apoyo de sus socios, ACNUR está redoblando de manera urgente sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida en el campo. A pesar de los esfuerzos urgentes para satisfacer las necesidades básicas, las instalaciones y servicios del campamento son todavía insuficientes.

Si bien ya se han puesto a disposición de los recién llegados 1.371 refugios familiares, unos 9.000 refugiados siguen viviendo en albergues comunitarios. El Gobierno de Camerún ha ofrecido una mayor extensión de tierra para aumentar la capacidad del campamento.

No obstante, la construcción de refugios familiares ha quedado suspendida temporalmente para permitir que las comunidades locales y de refugiados puedan terminar la cosecha antes de que el terreno sea utilizado para la construcción de refugios.

Asimismo se está trabajando para ampliar la capacidad de las instalaciones educativas en el campamento. Ya se han construido 31 aulas y se ha contratado a 26 maestros entre la comunidad de refugiados y la población local con el objetivo de responder al creciente número de niños refugiados que llegan al campamento.

Las infraestructuras y equipamiento escolar en la actualidad siguen siendo insuficientes para dar cabida a los 8.000 niños refugiados que ahora viven en Minawao, al tiempo que las aulas están saturadas.

Se necesitan 56 aulas más para asegurar que todos los niños refugiados puedan asistir a la escuela.

Paralelamente, ACNUR ha iniciado conversaciones con las autoridades locales para desarrollar un programa de alfabetización y formación profesional para los adolescentes que nunca han recibido una educación formal.

Con el crecimiento repentino de la población en un área con problemas endémicos de cólera, el acceso al agua potable y letrinas es un importante motivo de inquietud para ACNUR y sus socios. Además de los cuatro pozos existentes en el campo, se han construido 10 nuevos pozos, de los cuales 5 están plenamente operativos.

Los otros se pondrán en funcionamiento en los próximos días. Además, UNICEF está terminando la construcción de otros 8 pozos. En la actualidad, los 9 pozos están suministrando alrededor de 10 litros de agua por persona y día. Además, se han construido 96 nuevas letrinas, elevando el total a 165. No obstante, el número de letrinas en el campamento es todavía insuficiente, con sólo una letrina por cada 99 refugiados.

Los refugiados reciben raciones de alimentos del PMA de forma mensual y muchos refugiados también han empezado a cultivar en los terrenos disponibles en torno al campamento. Los niveles de desnutrición aguda severa han disminuido del 3,1% en septiembre al 2,3% actual.

En general, la situación de la salud también se está estabilizando. El último caso de cólera se se registró en septiembre, y desde entonces no se han identificado nuevos casos. Asimismo se han incorporado nuevos recursos médicos, se han ampliado infraestructuras y se han establecido mecanismos de derivación.

La respuesta operativa a la llegada de refugiados de Nigeria es coordinada por ACNUR en Yaundé a nivel institucional y en el terreno por la oficina de ACNUR en Maroua.