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ACNUR condena el retorno forzado de 1.700 ruandeses desde Uganda

Historias

ACNUR condena el retorno forzado de 1.700 ruandeses desde Uganda

UNHCR condemns the forced return of some 1,700 Rwandans from Uganda earlier this week. Two men died after jumping off trucks taking them to Rwanda. [for translation]
16 July 2010
Refugiados ruandeses regresan a la costa luego de pescar en Uganda. ACNUR condenó el retorno forzado de varios cientos de ruandeses.

GINEBRA, 16 de julio (ACNUR) – La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados condenó el viernes el retorno forzado de ruandeses desde Uganda ocurrido a principios de esta semana. El miércoles, la policía de este país montó una operación para aprehender y deportar cerca de 1.700 personas desde los centros para refugiados de Nakivale y Kyaka, ubicados al suroeste de Uganda.

En Ginebra, la vocera de ACNUR Melissa Fleming dijo a los periodistas: "los solicitantes de asilo y refugiados en el asentamiento de Nakivale fueron reunidos con el pretexto de ser informados sobre los resultados de sus solicitudes. La intervención policial causó pánico en el grupo, hubo disparos y las personas fueron forzadas a ingresar a los camiones y transportadas a Ruanda, donde llegaron a la mañana siguiente".

Fleming comentó que en el asentamiento de Kyaka la distribución de comida en un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA) se utilizó como pretexto para la aprehensión. "Una vez que el grupo se encontraba en el edificio, fue rodeado por hombres armados y por la policía. Quienes no lograron escapar fueron forzados a ingresar a los camiones; a muchos no se les permitió llevar su pertenencias".

Las operaciones dejaron como saldo la muerte de dos hombres que saltaron de los camiones en el camino a Ruanda. Algunos niños fueron separados de sus padres. Veinticinco personas que no se encontraban entre los deportados sufrieron heridas, algunos a consecuencia de los golpes recibidos por parte de la policía. Entre los heridos se encontraban seis mujeres embarazadas que fueron atendidas en un hospital local y luego dadas de altas. ACNUR está entrevistando a los heridos e intentando localizar a quienes fueron separados de sus familias durante la deportación.

Fleming comentó que si bien ACNUR conocía la existencia de un acuerdo entre Uganda y Ruanda para repatriar a los solicitantes de asilo no reconocidos, "No fuimos informados sobre cuándo y con qué modalidades se habría realizado la operación. Antes de los hechos, el personal de ACNUR fue invitado a abandonar la escena.

Aunque la operación estaba dirigida a los solicitantes de asilo no reconocidos como refugiados, ACNUR ha recibido desde entonces confirmación de que también refugiados reconocidos se encontraban entre los retornados. En Kyaka, por ejemplo, una mujer comentó al personal de la agencia para los refugiados que sus dos hijos formaban parte del grupo de los deportados, pese a que ella y su familia fueron reconocidos como refugiados. "También estamos intentando establecer si en la confusión fueron deportados refugiados de otras nacionalidades", dijo Fleming.

Continúa la preocupación de ACNUR con respecto a futuras deportaciones, tras recibir informes de refugiados que afirman que la policía amenazó con regresar a Nakivale y a Kyaka para deportar a todos los que escaparon.

El retorno de los refugiados o de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes de asilo no se hayan determinado de manera apropiada y definitiva, debe gestionarse únicamente de forma voluntaria y en condiciones de seguridad y dignidad. ACNUR, al enterarse de las acciones que se llevaban a cabo, reclamó a las autoridades de Uganda que suspendieran las operaciones.

Según palabras de Fleming, "hemos reiterado que este tipo de regreso, contrario a normas nacionales e internacionales del derecho de los refugiados, no debería continuar sucediendo. Destacamos que cualquier persona que merezca protección internacional debe contar con autorización para permanecer en Uganda".

Desde principios de este año, 3.320 ruandeses solicitaron asilo en Uganda; el 98 por ciento fue rechazado en los últimos seis meses. A ACNUR le preocupa que las solicitudes de asilo no se determinen de forma adecuada y equitativa, y continuará discutiendo el tema con las autoridades de Uganda.

En Ruanda, los deportados fueron llevados al centro transitorio Rukomo en la provincia de Byumba. Este centro, que no ha sido usado durante un año, cuenta con capacidad para un máximo de 500 personas y carece de agua y de espacios adecuados para dormir. Como consecuencia de esto, se informó que los deportados durmieron a la intemperie sin tener acceso a alimentos o a agua pura.

ACNUR no ha podido acceder a los deportados quienes, según lo informado, fueron llevados desde el centro transitorio a sus aldeas de origen. ACNUR intenta verificar esta información.