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Reconocido director de orquesta brasileño con historia de superación prepara nuevo coro de niños refugiados en San Pablo.

Historias

Reconocido director de orquesta brasileño con historia de superación prepara nuevo coro de niños refugiados en San Pablo.

João Carlos Martins abraza proyecto de enseñanza de música para niños y niñas sirios, africanos y colombianos que viven en San Pablo.
11 October 2016
El maestro João Carlos Martins pone en su regazo a un niño refugiado de Angola que vive en Brasil con sus padres y hermanos, parte de los más de 8.000 refugiados residentes en el país.

SAN PABLO, 11 de octubre de 2016 (ACNUR) – Entrando en la sede de la Fundación Bachiana, cerca de una semana atrás, el renombrado pianista y director de orquesta brasileño João Carlos Martins ha dado inicio a su nueva misión: formar en solo 3 meses un coro con 25 niños refugiados de diferentes nacionalidades, todos residentes en Brasil.

En el local, el niño sirio Lawand (12 años) y su hermano Laish (4 años) ya lo esperaban con ansiedad. La hermana más joven, Cimaf, de solo un año y medio, reposaba en el regazo de su madre, Fátima, empresaria que se vio forzada a dejar Siria y a buscar asilo en Brasil. Lawand saludó al músico con un formal apretón de manos y le regaló un dibujo en colores pastel de árboles, casa y pajaritos.

"Mi hermano rasgó un pedazo de papel, perdón", adelantó el niño al director. "¿Y usted ya habla portugués así tan bien?", preguntó Martins a Lawand, que cursa el 5º año de la enseñanza básica en una escuela pública de San Pablo. "Gracias a Dios", respondió el niño.

Lawand es uno de los integrantes del coro infanto-juvenil "Somos Iguales – Póngase en el Lugar" que reunirá niños refugiados provenientes de Siria, África y Colombia, entre otras regiones del mundo. Este será el segundo coro de niños refugiados en San Pablo, ciudad que alberga la mayoría de los más de 8.800 extranjeros reconocidos por el gobierno brasileño en esta condición. Una iniciativa similar es conducida por la organización no gubernamental IKMR, con su coro "Coração Jolie".

El coro ya nace bajo la presión del calendario. Cuatro presentaciones navideñas con la Orquesta Filarmónica Bachiana están previstas para este fin de año en la capital de San Pablo: del 16 al 18 de diciembre, en el Teatro Santander, y el 20 de diciembre en el auditorio de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp, por sus siglas en portugués). Así, no hay tiempo que perder: el primer ensayo bajo la conducción de Martins se llevará a cabo en una semana en la sede de la fundación, en el centro de San Pablo.

Reconocido por la crítica internacional como uno de los grandes intérpretes del compositor alemán Johann Sebastian Bach en el siglo XX, Martins asumió la responsabilidad de hacer posible este proyecto. Él actuará como voluntario en la preparación musical de los niños para el coro, buscando transformarlos en un futuro en músicos de orquesta.

De acuerdo con él, por medio de la música es posible sensibilizar a las autoridades públicas y la sociedad en general, para que adopten posiciones menos cómodas en relación con la crisis humanitaria en Siria y otros países y, en especial, con los refugiados que llegan a Brasil para reconstruir sus vidas.

"Esta causa es tan importante que quiero destacarla en nuestros conciertos navideños", afirmó Martins al ACNUR. "La música une generaciones, naciones, causas, comunidades y familias. En este momento, será el medio para que nos unamos a los refugiados", explicó.

Cinco canciones serán arregladas especialmente para las voces de los niños, los cuales tienen entre 3 y 16 años. El director seleccionó "Se Esta Rua Fosse Minha", del folclore brasileño, "Jesús Alegría de los Hombres", de Bach, una pieza del folclore sirio y otra de Angola (todavía no definidas) y el clásico navideño "Jingle Bells". Los ensayos se llevarán a cabo los sábados, bajo la batuta de una directora de orquesta especializada en canto de coro infantil, siempre en la sede de la Fundación Bachiana.

Refugiados de diferentes nacionalidades, el director de orquesta João Carlos Martins y voluntarias posan para una foto durante el primer ensayo del coro que se presentará en diciembre, en San Pablo.

Varios niños ya tuvieron contacto con la música, ya sea por iniciativa propia, por medio de clases en su país de origen o por los esfuerzos de iglesias y entidades brasileñas. La angoleña Quevina (9 años) y sus hermanos Doriana (13), Divina (11), y Josaphati (9) cantan los domingos en los servicios de una parroquia de la Asamblea de Dios, en la zona este de San Pablo, donde viven. El angoleño Emanuel Ebuvito, de 16 años, también estudia guitarra, mientras aguarda una beca de estudios para 2017 en un colegio privado, y canta en el coro de una iglesia presbiteriana en el barrio de la Penha.

"Mi madre siempre me ha puesto en escuela de música, desde chico. Yo tocaba la batería en Luanda", comentó Emanuel.

En su primer contacto con los niños, el maestro João Carlos Martins optó por evaluar la capacidad vocal del grupo. Se sentó al piano y ejecutó un simple ejercicio en Do Mayor. Los niños lo acompañaron con naturalidad. Se arriesgó a tocar la canción de cuna francesa "Frère Jacques". Los niños provenientes de la República Democrática del Congo y de Angola la reconocieron y cantaron. La curiosidad de los chicos llevó el maestro a invitarlos a tocar, sin miedo, las teclas del piano.

La empatía también es debida, en parte, a la fama global del director de orquesta brasileño. En Angola, por ejemplo, Quevina y su familia ya habían visto a un programa de televisión sobre la trayectoria de João Carlos Martins, quien tiene sus propias historias personales de superación y recomienzo. En 1965, ya siendo un respetado pianista, participó de un partido de fútbol en Nueva York, durante el cual se accidentó y perdió la movilidad de tres dedos de la mano izquierda. Muchos años después, fue víctima de un asalto en Bulgaria, durante el cual un golpe con una barra de hierro en su cabeza le dejó secuelas neurológicas que comprometieron su brazo derecho.

En medio de los diversos procedimientos quirúrgicos, Martins se desempeñó como empresario de músicos y fue secretario de Cultura de San Pablo. Sin recuperar completamente los movimientos de los dedos, emigró a la regencia a los 63 años de edad. En 2006, creó la Fundación Bachiana, cuyo enfoque central está en la preparación y conducción de la orquesta filarmónica y de un coro (ambos compuestos por jóvenes músicos), y en la enseñanza y difusión de la música. El nuevo coro de niños y adolescentes refugiados será integrado a esa iniciativa.

La proximidad de Martins con el tema de los refugiados se dio también en septiembre de este año, cuando el director condujo la ejecución del Himno Nacional Brasileño durante la ceremonia de apertura de los Juegos Paraolímpicos de 2016, en Río de Janeiro.

Dos refugiados han participado de estos Juegos, como integrantes de la Equipo Independiente del Comité Paraolímpico Internacional. El iraní Shahrad Nasajpour, que vive en los Estados Unidos, ha superado su marca en el lanzamiento de discos de la clase F37, para atletas con parálisis cerebral. El sirio Ibrahim Al-Hussein, refugiado en Grecia, disputó las pruebas de natación.