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Brasil: ONG y empresas apoyan inserción laboral de refugiados

Historias

Brasil: ONG y empresas apoyan inserción laboral de refugiados

En São Paulo ONG y empresas, con el apoyo del ACNUR y sus socios, ayudan a refugiados y solicitantes de asilo a inserirse en el mercado laboral brasileño.
10 Febrero 2012
Refugiadas africanas trabajan en La restauración de mosaicos en São Paulo, donde vive la mitad de la población de refugiados en Brasil. La generación de ingresos es un factor decisivo en la integración de los refugiados en una nueva sociedad.

SÃO PAULO, Brasil, 10 de febrero (ACNUR) – El liberiano Frank trabajaba como ingeniero de proyectos en el puerto de Monrovia, capital de Liberia, antes de huir de la larga guerra civil que azotó a su país durante más de una década. En 2000, buscando una vida más segura, decidió subirse a uno de los barcos que salían del puerto rumbo a Brasil, país que conocía por el fútbol. En São Paulo desde hace 12 años y después de un largo proceso de adaptación, Frank acaba de ser contratado a tiempo completo como profesor de inglés.

Hace un año, la congolesa Carla* fue obligada a abandonar su familia, con dos hijos pequeños, para salvar su vida. Ella trabajaba como enfermera en la República Democrática del Congo y llegó a Brasil con sólo la ropa que llevaba puesta, buscando recomenzar en São Paulo una nueva etapa de su vida. A pesar de tener todavía alguna dificultad con el portugués, consiguió recientemente un trabajo temporal en la construcción de un cuadro de mosaicos para una institución financiera de la ciudad.

Las oportunidades de empleo ofrecidas a Frank y Carla son fruto de iniciativas de ONG y empresas brasileñas que, con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiaos (ACNUR) y sus socios, están ayudando a los refugiados a inserirse en el mercado laboral nacional. En virtud de la legislación brasileña en materia de asilo, todos los refugiados y solicitantes de asilo en el país tienen derecho al carné de trabajo, al carné de contribuyente (CPF) y la cédula de identidad para extranjeros, por lo tanto, se encuentran en situación regular y pueden ser contratados por el sector privado como cualquier otro ciudadano nacional, con los mismos deberes y derechos.

En el sector privado, una de las iniciativas que ha ayudado a esta población a conseguir un empleo es el Programa de Apoyo para la Recolocación de los Refugiados (PARR), creado en 2011 de forma voluntaria por la empresa EMDOC, especializada en asesoría legal sobre inmigración y recursos humanos. El programa consiste en una basa de datos virtual que contiene los curricula de los refugiados y solicitantes de asilo a la cual pueden tener acceso todas las empresas interesadas.

A través del sitio web www.refugiadosnobrasil.com.br, el PARR permite que las empresas previamente suscritas consulten los curricula disponibles y empiecen el regular proceso de entrevista y contratación. Hasta la fecha, ocho empresas ya se suscribieron formalmente al PARR, que tiene más de cien curricula disponibles. El contacto con los refugiados se realiza por medio de la Cáritas Arquidiocesana de São Paulo, ONG socia del ACNUR en las principales ciudades de Brasil.

El liberiano Frank fue el primero a beneficiarse del programa PARR y fue contratado por la misma EMDOC. Otros curricula ya fueron seleccionados para las entrevistas por diferentes empresas. Creador del proyecto y director de la empresa, el empresario João Marques Fonseca dijo que no hesitó en contratar al refugiado para satisfacer la demanda de sus trabajadores, interesados en aprender inglés. "La contratación de Frank no fue una mera formalidad. Él está aquí por sus méritos. El cargo se abrió para contratar a alguien competente y por ello se realizó un proceso de selección", afirmó.

Con un trabajo más estable, Frank dará clases diarias a más de 70 alumnos y está bastante contento con esta oportunidad. "Me gusta dar clases de inglés, me gusta hablar inglés y estoy feliz por tener un trabajo fijo", dijo el refugiado.

Otra iniciativa exitosa en São Paulo fue realizada por el Instituto de Reintegración del Refugiado (ADUS), creado hace aproximadamente un año, con énfasis en la integración social, económica y profesional de los refugiados que viven en São Paulo. La ONG ya ayudó a más de 30 refugiados a conseguir empleo. Carla y otros nueve refugiados están entre los beneficiarios, en este caso gracias a la colaboración de ADUS con la empresa Taller de Mosaico, que los seleccionó para trabajos de restauración en un banco y un teatro en el centro de São Paulo.

Según las consultaciones periódicas realizadas por el ACNUR con los refugiados y solicitantes de asilo que viven en el país, la generación de ingresos es una de las mayores dificultades para la integración en el país. Por ello, la agencia de la ONU para los refugiados trabaja para facilitar el acceso al mercado laboral de la población dentro de su mandato, en colaboración con el sector privado, la sociedad civil y las instituciones públicas.

En este sentido, el ACNUR está promoviendo con el Ministerio del Trabajo una serie de talleres de capacitación para identificar oportunidades y proponer iniciativas para la inserción de refugiados y solicitantes de asilo en el mercado laboral brasileño. Ya se realizaron talleres en Rio de Janeiro y São Paulo, en los cuales se capacitaron profesionales que se ocupan de la atención a los trabajadores, con un protocolo específico para la atención de refugiados y solicitantes de asilo. El PARR es uno de los resultados de estos talleres.

Para el representante del ACNUR en Brasil, Andrés Ramírez, los refugiados pueden contribuir económicamente al desarrollo del país, ya que, además de ser trabajadores bilingües, siempre llevan consigo conocimientos, habilidades y experiencias. "No importa que salgan de su país sólo con la ropa que traen puesta. La gran mayoría de los refugiados tiene el potencial para conseguir un empleo y alcanzar la autosuficiencia", dijo el representante del ACNUR.

En Brasil viven alrededor de 4.500 refugiados de 77 nacionalidades distintas. En su mayoría son originarios de África (64%), seguidos por las Américas (22%) y Asia (10%). Entre los principales países de origen, se encuentran Angola (38%), Colombia (14%) y República Democrática del Congo (10%).

(*) Nombre cambiado a pedido de la refugiada.

Por Janaína Galvão, en São Paulo, Brasil