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"No sabía que significaba ser un apátrida"

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"No sabía que significaba ser un apátrida"

Topics to be discussed by an international meeting in Brazil include statelessness, which UNHCR is keen to eliminate in the region. [for translation]
11 Noviembre 2010 Disponible también en:
Miguel Kreiter, un apátrida que vive en Argentina. El ACNUR ha estimado en 118 el número de apátridas en las Américas en 2009, pero pueden ser más.

BRASILIA/ BUENOS AIRES, 10 de noviembre (ACNUR) – "No sabía que significaba ser un apátrida. Me enteré cuando empecé a hacer los trámites para renovar el pasaporte hace seis meses. No sabía sobre mis derechos, ni a quién podía recurrir", dijo Miguel Kreiter, apátrida que vive en Argentina.

¿Qué es lo central de la definición de apátrida? Acaso la referencia a la legislación de un país determinado, acaso el hecho de la inexistencia de un vínculo con algún Estado. Nada de todo esto. Lo central es comprender que el término apátrida se refiere a un niño, a una niña, a un hombre o a una mujer que, aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos les reconoce el derecho a una nacionalidad, por alguna razón legal o práctica, no cuentan siquiera con una.

No son pocas las personas que, en los hechos, han perdido su nacionalidad por muy diversos motivos. Tal como le sucedió a Miguel. Miguel nació en un campo de refugiados en territorio austriaco en 1945. Sus padres eran nacionales de la antigua URSS, donde permaneció hasta que finalizó la segunda guerra mundial y emigró a la Argentina en el año 1949. Desde entonces vivió en el país, donde obtuvo una residencia legal y un documento de identidad para extranjeros. Luego de muchos años, cuando quiso obtener un documento de viaje para visitar a sus hijos y nietos que viven en Canadá, se dio cuenta que la Federación Rusa y Austria no lo reconocían como nacional. De tal forma que no podía obtener un pasaporte argentino y tampoco un pasaporte austriaco o ruso.

La invisibilidad del problema en las Américas hace que la situación sea paradójicamente reveladora. En el año 2009, ACNUR contaba con información estadística que daba cuenta de un total 118 apátridas registrados para todo el continente. Lo insignificante de la cifra evidencia inversamente el problema y confronta abiertamente con una diversidad de situaciones que, tal vez a diario, originan situaciones de apatridia o impiden responder a ella.

La apatridia es uno de los temas que serán discutidos en el Encuentro Internacional sobre Protección de Refugiados, Apátridas y Movimientos Migratorios Mixtos en las Américas, que se tendrá en Brasilia, Brasil, el jueves 11 de noviembre. Promovido por el ACNUR y el Gobierno de Brasil, el encuentro reunirá a representantes de más de 20 países de la región.

"No era nadie y me sentía que no podía hacer nada", afirma Miguel, un apátrida que vive en Argentina quien tuvo que enfrentarse a una serie de dificultades debido a la falta de nacionalidad. "Tendría que haber viajado hace varios meses a ver a mis nietos y no pude viajar. A mi hermana le va a pasar lo mismo cuando quiera viajar porque ella está en la misma situación, ", dijo Miguel.

Aunque Argentina es parte de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954, a la fecha, no cuenta con un organismo y un procedimiento para determinar la condición de apátrida. Por tanto, aunque cuenta con una ley de nacionalidad amplia, así como con legislaciones migratorias y de documentación que contemplan la situación de los apátridas, es preciso que un organismo de gobierno lleve adelante el proceso de determinación del estatuto.

Finalmente, en vista de que había sido reconocido como refugiado por la Organización Internacional para los Refugiados, la Comisión de Refugiados otorgó a Miguel el estatuto de refugiado estatutario apátrida, como una solución práctica que le permitirá acceder a un documento de viaje. Asimismo, ha iniciado el trámite para obtener la nacionalidad argentina.

Como Miguel, muchas otras personas enfrentan esta realidad en las Américas. En efecto, no es poco común el nacimiento de niños en zonas fronterizas que no son registrados tras su nacimiento, no cuentan con documentación de identidad y difícilmente podrán llegar a obtenerla. También puede observarse la realidad de niños a quienes no se reconoce la nacionalidad del país donde físicamente nacieron y tampoco la nacionalidad del país de nacionalidad de sus padres.

Existen tratados internacionales orientados a prevenir y responder a este fenómeno. Lamentablemente muchos países de la región aún no son partes de ellos. Tampoco cuentan con legislaciones o mecanismos que les permitan lidiar en forma efectiva con el problema. Por otro lado, suele ocurrir que muchos países no están en condiciones de identificar, documentar ni garantizar los derechos fundamentales de los apátridas. Asimismo, las legislaciones sobre nacionalidad presentan vacíos susceptibles de generar nuevas situaciones de apatridia.

Por ello, es importante que los Estados redoblen los esfuerzos para prevenir y responder a la apatridia de modo que, tal como ha ocurrido con los sistemas de protección de los refugiados en años recientes, las acciones y respuestas se ven multiplicadas. "Si una persona nació en un país y tiene los papeles que dicen que nació en ese país y que no te reconozcan, es injusto" concluyó Miguel.

Por Francesca Fontanini, en Brasila, y Juan Ignacio Mondelli, en Buenos Aires