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La comunidad internacional se une para potenciar las oportunidades educativas de los refugiados

Historias

La comunidad internacional se une para potenciar las oportunidades educativas de los refugiados

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, los dirigentes nacionales y las organizaciones humanitarias aúnan sus esfuerzos para incluir la educación entre las prioridades en la respuesta a la crisis de los refugiados.
27 Septiembre 2018 Disponible también en:
Amelie Fabian, refugiada de Ruanda, pudo estudiar en una Universidad del Canadá gracias a un programa de educación para los refugiados.

NUEVA YORK – Cuando, en 2001, Amelie Fabian, que en ese entonces tenía 6 años, abandonó Ruanda con su familia y llegó a Malaui como refugiada, estaba decidida a continuar estudiando. En Malaui tuvo que rogar a sus padres que le permitieran ir a la escuela. Sufrió acoso por parte de sus compañeros y sus profesores por ser extranjera y tuvo que cambiar de escuela varias veces. “No pensé en abandonar ni por un momento”, dice.

Gracias a sus excelentes notas, Amelie formó parte de un grupo de 80 estudiantes refugiados que todos los años logran cursar estudios universitarios en Canadá en el marco del Programa SRP de este país. Tras graduarse en la Universidad McGill de Montreal, Amelie ha empezado a trabajar recientemente como contable en la empresa de consultoría Deloitte.

“Anhelo la llegada del día en que mi historia no sea una excepción sino la norma”, dice. “La comunidad internacional debe seguir luchando para proporcionar a los niños refugiados, especialmente a las niñas, la educación que merecen”.

“La educación nos da a los refugiados la facultad de determinar nuestro propio destino”.

Amelie contó su inspiradora historia ante un público constituido por trabajadores humanitarios, encargados de la formulación de políticas a nivel internacional y dirigentes nacionales en la Casa del UNICEF, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. La reunión sobre Action for Refugee Education tenía por objeto obtener apoyo para garantizar el derecho a la educación a los niños refugiados.

Actualmente, hay más de cuatro millones de niños refugiados sin escolarizar, es decir 500.000 más que en 2016, y solo un 61% de ellos asisten a la escuela primaria cuando el promedio a nivel mundial es del 92%. A medida que estos niños se van haciendo mayores, son mayores los obstáculos que deben superar para proseguir su educación. Solo un 23% de los niños refugiados están matriculados en la escuela secundaria y, de ellos, solo un 1% llega a la universidad.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que la historia de Amelie Fabian constituye un ejemplo de cómo la educación puede “ayudarnos a salir de una situación muy difícil”.

“Amelia es única por sus aptitudes, su inteligencia y su elocuencia pero no debe ser la única en recibir las oportunidades”, añadió el Sr. Grandi.

Dirigiéndose al público presente en la sala, Amelie subrayó que la educación es esencial para el futuro de las niñas refugiadas, quienes, al carecer de otras oportunidades, podrían correr el riesgo de contraer matrimonio a una edad demasiado prematura.

“La educación nos da a los refugiados la facultad de determinar nuestro propio destino”, añadió.

“La educación me enseñó a tener voz”.

La educación “es la llave que da acceso a los niños y los jóvenes a una vida mejor”, dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del UNICEF, quien señaló que de la educación para todos se derivan numerosos beneficios colectivos, como la mejora del crecimiento económico y la reducción de las probabilidades de conflicto.

Los dirigentes internacionales presentes en la sala estuvieron de acuerdo en la importancia de integrar a los niños refugiados en los sistemas escolares nacionales, garantizando con ello que las comunidades locales y las comunidades de desplazados puedan beneficiarse de un mayor nivel de desarrollo.

Los países de las regiones en desarrollo acogen a un 92% de los refugiados en edad escolar en todo el mundo. Muchos de ellos carecen de una infraestructura educativa adecuada y necesitan permanentemente la ayuda financiera de la comunidad internacional.

El Pacto Mundial sobre Refugiados, que será refrendado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a finales de 2018, movilizaría ayuda financiera más directa en las comunidades de acogida para responder a las necesidades concretas de los refugiados en materia de educación.

Además de facilitar textos escolares y personal docente, Helle Thorning-Schimdt, Directora Ejecutiva de Save the Children, señaló que también es fundamental prestar apoyo psicosocial a los niños refugiados. “A un niño traumatizado no le resultará nada fácil aprender,” explicó. “Tenemos que centrar nuestra atención en esos niños”.

“Cuando reciben una educación adecuada, los refugiados llegan a ser líderes”.

Foni Joyce Vuni es una refugiada de Sudán del Sur que reside en Kenia y también es copresidenta del Consejo Mundial Consultivo de la Juventud del ACNUR. Ha mantenido consultas con más de mil jóvenes refugiados para conocer sus necesidades y todos ellos consideran prioritario contar con más oportunidades educativas formales e informales.

“Cuando reciben una educación adecuada, los refugiados llegan a ser líderes”, dice.

Recientemente, Foni formó parte de una delegación de refugiados que participó en las negociaciones de paz en Sudán del Sur, algo que nunca habría logrado si no hubiera recibido educación.

“La educación me enseñó a tener voz”, dice Foni.

Los dirigentes internacionales expresaron su compromiso de reforzar las respuestas colectivas para garantizar que todos los niños refugiados tengan acceso a una educación de calidad.

“Hacer frente a esta crisis de refugiados es el desafío de nuestra generación”, explica Gordon Brown, Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial y Presidente del fondo La Educación No Puede Esperar. “Unidos podremos superar este desafío”.

 

Gracias a la Voluntaria En Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.