Refugiados afganos retornan a su país tras décadas en Pakistán
Refugiados afganos retornan a su país tras décadas en Pakistán
PESHAWAR, Pakistán, 23 de junio (ACNUR) – Las familias están sentadas calladas. Los niños pequeños exploran entre las sillas. Estas personas regresaban, algunas de ellas tras varias décadas. Y volvían de manera definitiva.
Eran refugiados afganos, y estaban en el Centro de Repatriación Voluntario del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en Peshawar.
Payenda Bibi Shahnaz estaba sentada en una silla de ruedas. Su marido, Shamamud, estaba sentado en otra. Han sido refugiados en Pakistán desde hace 33 años, pero también vuelven a Afganistán con sus dos hijos, que cuidarán de ellos.
ACNUR también les ayudará cuando retornen a su país.
Payenda Bibi Shahnaz declaró: "No puedo costearme el tratamiento para mi enfermedad aquí. No tenemos otra opción".
Los dos se reunieron con Filippo Grandi, Alto Comisario de la ONU para los Refugiados, que visitó el centro y les deseó buena suerte. ACNUR también proporciona a los refugiados que retornan $200 USD para los gastos iniciales del viaje y de la vivienda.
Ahora va a impulsarse un esfuerzo por parte del gobierno pakistaní para repatriar gran parte de los casi un millón de refugiados que viven en el distrito de Peshawar. ACNUR ha dispuesto fondos para que 60.000 personas puedan regresar.
Sin embargo, en lo que va de año solo 6.000 personas han conseguido cruzar la frontera de manera permanente.
Para muchos el momento de entregar su tarjeta de registro de refugiado es emotivo. Los colegiales lloran porque creen que no volverán a ver a sus amigos.
Lo que empuja a la mayoría a volver es la necesidad económica.
Qudsia tiene 40 y es madre de cuatro hijos. Llegó a Pakistán siendo niña, y ahora ella y su marido deciden volver.
"Decidimos volver porque todo es muy caro. Tenemos problemas. Mi marido es diabético y no hay trabajo aquí".
Pero muchos más deciden quedarse. Le dijeron a Grandi en una shura (o reunión de la comunidad) que las oportunidades educativas y económicas los habían llevado a quedarse en Pakistán. También temían la violencia en su país de origen. De las 34 provincias de Afganistán, 31 han sufrido escenas de conflicto en los últimos meses.
Otro miedo tiene que ver con sus tarjetas de registro de refugiados en Pakistán, que caducan el 30 de junio. Sin ellas, los refugiados pueden verse sometidos a arrestos e incluso ser deportados. Grandi declaró que había insistido fuertemente al gobierno de Pakistán para que prolongase su validez. La decisión será tomada por el gabinete de Pakistán.
Grandi les dijo que entendía sus miedos y sus preocupaciones sobre la insuficiencia de los $200 USD para cubrir su reubicación en un país con un futuro incierto.
Grandi declaró: "He escuchado a los representantes de la shura. Incrementaremos el paquete de repatriación muy pronto. Trabajaremos para crear mejores condiciones para los refugiados. He hablado sobre ello con los líderes del gobierno afgano".
Asimismo, habló sobre su reunión con el presidente afgano Ashraf Ghani. Ghani le dijo que había pedido que se realizase un inventario sobre el terreno estatal disponible. El objetivo sería poner en marcha un programa de reubicación para los refugiados similar al esquema piloto en Herat para desplazados internos.
Al igual que a los desplazados internos en Herat, a los refugiados se les daría terrenos para casas y se les proveería de agua y electricidad.
Grandi también se refirió al miedo que los refugiados tienen a ser chivos expiatorios tras ataques o incidentes violentos en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
"He escuchado su mensaje: los refugiados no son terroristas. Estoy de acuerdo con eso".
Grandi dijo que había enfatizado al los líderes del gobierno pakistaní que no debe acusarse o penalizar a toda la población refugiada por tales acciones.
Gracias a la Voluntaria en Línea Ana Ledesma Claros por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.