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El desplazamiento forzado va en aumento en las Américas, lo que exige cooperación, soluciones sostenibles y protección para grupos en situación de vulnerabilidad.
Una mujer con dos niños pequeños charla con un trabajador de ACNUR en Colombia.

Panorama regional

Dado que en las Américas hay 20,3 millones de personas desplazadas por la fuerza o apátridas, la región atraviesa una crisis de desplazamiento forzado sin precedentes por su complejidad y magnitud. La violencia, la inseguridad, las profundas desigualdades y los estragos del cambio climático continúan socavando los derechos humanos y las necesidades más esenciales.

En la región se siguen observando movimientos mixtos; de hecho, han aumentado los movimientos sucesivos hacia Centroamérica, México y Estados Unidos, cruzando por la selva del Darién.

Las personas refugiadas y migrantes están expuestas a amenazantes riesgos de protección a lo largo y ancho de las rutas. Por lo anterior, ACNUR procura satisfacer las necesidades más apremiantes de las poblaciones afectadas: les brinda asistencia vital, artículos básicos de ayuda y albergue de emergencia.

Para conocer todas las estadísticas, visita el sitio en inglés.

La región en los llamamientos mundiales:
2025 | 2024 | 2023

La región en el Informe global:
2024 | 20232022 | 2021

Emergencias actuales en las Américas

La labor de ACNUR en la región

La búsqueda de soluciones duraderas para las personas refugiadas y desplazadas internas sigue siendo una prioridad esencial para la organización, que prioriza intervenciones para brindar protección, ayuda humanitaria y soluciones a largo plazo, como la integración y el reasentamiento.

ACNUR colabora con los Estados para reforzar la protección de las personas refugiadas, el acceso al asilo y la integración local. Asimismo, responde a las necesidades más acuciantes brindando artículos básicos de ayuda y ayuda en efectivo. La organización también colabora con otros socios para empoderar a las comunidades y lograr que los sistemas nacionales incluyan a las personas refugiadas y solicitantes de asilo.

Para abonar a la resiliencia de las comunidades afectadas, las operaciones de ACNUR se centran en intervenciones comunitarias, lo que incluye apoyar a las redes de voluntarios. Por otra parte, la organización ha impulsado la creación y el uso de mecanismos de queja y retroalimentación en toda la región, lo cual ha facilitado la comunicación con las poblaciones afectadas para garantizar que cualquier medida que se tome se adapte a sus necesidades (sobre todo en otros entornos que son sumamente riesgosos, como las fronteras).

La presencia de ACNUR en el terreno sigue siendo esencial para coordinar acciones con las autoridades locales y nacionales para monitorear y responder rápidamente al desplazamiento.

Desplazamiento forzado y cambio climático

Esta región se ha visto muy afectada por huracanes, tormentas, inundaciones y sequías, que continúan provocando desplazamientos. Los estragos de estos fenómenos acentúan las desigualdades que prevalecen entre mujeres y hombres; también tienen repercusiones en el acceso a los recursos.

Por ello, ACNUR seguirá adelante con la ejecución del Plan regional para la acción climática, en congruencia con el Marco estratégico para la acción climática. En ese sentido, la organización fomenta la resiliencia y la protección de las personas en mayor situación de vulnerabilidad y de las comunidades de acogida mediante la reducción de los riesgos climáticos y la adecuación de mecanismos de respuesta operacional al desplazamiento en el contexto del cambio climático.

Acabar con la apatridia

ACNUR apoya a los Estados para que puedan cumplir con los compromisos que hayan adquirido para acabar con la apatridia; concretamente, les ofrece ayuda técnica para lograrlo y para acceder a documentación civil. Asimismo, procura garantizar que las personas en riesgo de apatridia reciban asistencia y asesoría jurídicas.