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Kemdra: historia de resiliencia y activismo de una mujer refugiada transexual

Historias

Kemdra: historia de resiliencia y activismo de una mujer refugiada transexual

Kemdra encontró la seguridad en España, donde fue reconocida como refugiada.
17 Mayo 2020
Kemdra (izquierda) y una compañera celebrando el Día de la Visibilidad Trans con la organización Kif Kif, en Madrid, en marzo de 2019.

Kemdra está pasando el confinamiento en su piso compartido de Getafe, Madrid. Mujer transexual refugiada, originaria de Honduras, ahora también es “superviviente del coronavirus”. Activista incansable, durante la cuarentena está trabajando en un libro autobiográfico. “Escribir es como una terapia para mí. A las personas que han sufrido persecución por su identidad sexual como yo, les diría que no están solas, existen oportunidades”.  


Inicios en Honduras

A los 18 años, Kemdra tuvo que marcharse de casa. Nacida en una región rural de Honduras, su madre y sus tres hermanos varones no la aceptaban. “Honduras es un país donde impera el machismo. Ser gay ya significa ser perseguido, imagínate nacer como hombre y sentirte mujer. Eso está considerado pecado capital”.

Nacer como hombre y sentirte mujer está considerado pecado capital

Cuando se mudó a la capital hondureña en búsqueda de libertad, todo cambió. “En Tegucigalpa empecé a estudiar enfermería en la universidad, conocí a gente nueva, empecé a sentir curiosidad por vestirme, de vez en cuando, de mujer”.

Con 24 años, Kemdra ya tenía su licenciatura en enfermería bajo el brazo, y trabajaba en un hospital de la ciudad.

Fue en esa época cuando adoptó el nombre de Kemdra, lleno de simbología: K de Kevin, E de Edgar, M de Mario, D de David, R de Rodrigo y A de Alexander. Las iniciales de seis chicos hondureños, grandes amigos, trabajadores y transexuales. La hermandad de las Kemdras. Creando el grupo intentaron visibilizar que era posible ser transexual y tener un trabajo “normal”. “Si eres trans en Honduras, o bien trabajas como peluquera o masajista, o bien ejerces la prostitución. Nosotras queríamos demostrar que eso no tenía por qué ser así”. Se encontraron por el camino con mucha presión social y con muchos retos, pero siguieron la lucha, hasta aquel fatídico día.

En octubre de 2017, un amigo suyo se presentó al concurso Miss Honduras Gay. “Todas estábamos allí para apoyarle. Aquel 10 de octubre, él ganó el concurso. Al acabar el certamen, un taxista se lo llevó. Lo secuestraron y lo mataron”.

Viaje hacia la protección

En aquel momento el grupo tomó conciencia de que no podían seguir en Honduras, temiendo por su seguridad y su vida. Algunas amigas decidieron embarcarse en un peligroso viaje hacia Estados Unidos, y Kemdra, que contaba con una tía en España, se subió a un avión rumbo a la península en noviembre de 2017.

Los primeros meses no fueron nada fáciles. Su tía la echó de casa cuando descubrió que guardaba maquillaje en su habitación. Pero entonces conoció a un compatriota al que le contó su historia, lo desprotegida que se sentía en su país, y con el que habló de la posibilidad de pedir asilo por la persecución sufrida por violencia sexual y de género.

Kemdra solicitó protección internacional y un año después fue reconocida por las autoridades españolas como refugiada. Ella está muy agradecida por ese reconocimiento y por la ayuda recibida en esa etapa por parte de varias organizaciones como Cruz Roja, Kif Kif y CEAR, desde los aspectos más materiales como tener alojamiento y manutención, al apoyo psicosocial.

ACNUR aboga por un entorno libre de discriminación y por el reconocimiento de la concesión de protección internacional a las personas LGBTI víctimas de violencia y persecución por su orientación sexual e identidad de género. Desde ACNUR también apoyamos la creación de espacios seguros: contar con la voz de las personas solicitantes y refugiadas LGTBI+ en los sistemas de asilo es clave.

Como solicitante de asilo, Kemdra pudo realizar cursos y formaciones. “Todavía no he conseguido homologar mi título de enfermera aquí, que es lo que me gustaría, pero yo soy muy versátil, así que me puse a estudiar cocina”.

En cuanto recibió su permiso de trabajo, Kemdra empezó a trabajar en un restaurante. Poco a poco, se fue integrando en la comunidad LGTBI, donde se sentía aceptada. Asistió a eventos y reuniones de trabajo para visibilizar al colectivo, de la mano de Kif Kif, e incluso estuvo en la radio para explicar su historia. Quería mostrar, con su testimonio, que hay opciones: “Yo volví a nacer en España. A las personas que están pasando por una historia parecida a la mía, les diría que no se sientan solas, que hay países de seguridad, inclusión y oportunidad”.

“Yo volví a nacer en España. Hay países de seguridad, inclusión y oportunidad”

Eso sí, su activismo por la comunidad trans no terminó en Honduras. Está convencida de que en España también hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en el campo laboral. “Faltan oportunidades para la comunidad trans. Nosotras sentimos, valemos, podemos desarrollar el trabajo igual de bien que cualquier otra persona”. ¿Uno de sus sueños? Que hubiera una bolsa de empleo para chicas trans. “Me encantaría ver a una chica trans trabajando en el supermercado, en el banco, en la farmacia”, dice riendo, “así me sentiría realizada”.

En España se siente segura, más aceptada. Y como planes de futuro, quiere seguir formándose y aportar a la comunidad que la acogió.

Desde ACNUR queremos dar las gracias a Kemdra por haber querido compartir su historia con nosotros.