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La boda vía WhatsApp

Historias

La boda vía WhatsApp

Separados por la guerra, dos jóvenes sirios echaron mano de sus smartphones y encontraron el amor a pesar de las dificultades.
3 Julio 2015 Disponible también en:
Apartados por la guerra, dos jóvenes sirios encontraron el amor contra viento y marea.

Con todo el sufrimiento humano sin fin provocado por la guerra de Siria, da la sensación de que nunca hay buenas noticias. Por eso, cuando un compañero de trabajo me contó el caso de una pareja de jóvenes sirios que se habían conocido, enamorado y comprometido a través de WhatsApp, aproveché la oportunidad de hablar con ellos.


Cuando llegué a la casita situada en la ciudad de Irbid, al norte de Jordania, donde Minear, de 30 años y Khoula, de 21, viven con sus familiares, recibí una generosa hospitalidad típica de los sirios. A pesar de tener pocos recursos, me invitaron a cenar con la madre, la abuela y el hermano de Minear, y después me sacié del dulce té de menta.

Más tarde, una vez que Minear y Khoula se habían acurrucado juntos en un gran cojín, empezaron a contarme su historia.

Habían crecido en el mismo barrio de la ciudad de Dara'a, al sur de Siria, pero no se conocieron hasta que sus madres los presentaron en abril de 2014.

"Desde los diferentes lados de la frontera, quedaron en mantener contacto por teléfono."

"Yo quería casarme, pero mi madre no conocía a muchas familias sirias aquí en Jordania", explica Minear. "Ella tenía una amiga con la que trabajaba en Dara'a y ésta tenía una hija. Me dijo que la hija era estudiante universitaria y guapa y dije 'Voy a preguntar por ella'".

En esa época Minear era un refugiado en Jordania y Khoula todavía se encontraba en Siria con su familia. Estando a ambos lados de la frontera, quedaron en mantener contacto por teléfono.

"Él se presentó y me preguntó, '¿alguien te está obligando a hablar conmigo?'" recuerda Khoula. "Le respondí, 'No, mi padre me ha dicho que soy libre de elegir lo que quiero hacer'".

Minear dice que se quedó fascinado inmediatamente con su voz, pero por culpa de los cortes constantes de las líneas telefónicas, tuvieron que utilizar principalmente mensajes de WhatsApp y Viber para seguir en contacto, con Khoula utilizando la red wifi de un vecino.

Charlaban sobre cualquier cosa, y también se mandaban fotos de las cosas que hacían, aunque a Khoula costó un poco convencerla. "Tardé días en convencerla de que me mandara una foto. La conexión era lenta, ¡pero ella fue más lenta todavía!" bromea Minear.

"Tardé días en convencerla de que me mandara una foto. La conexión era lenta, ¡pero ella fue más lenta todavía!."

Al preguntarle cómo era la experiencia de llevar un noviazgo a través de mensajes, Minear dice que se frustraba mucho cuando la conexión se cortaba, pero que la persistencia y la sinceridad fueron vitales para la relación. "Me daba igual si era por WhatsApp, Viber, Facebook o cualquier otra cosa; Sólo quería hablar con ella. Pero si estás intentando enamorarte y casarte sin siquiera haberte visto en persona, lo principal es ser sincero sobre tus sentimientos."

La preocupación principal de Khoula era más práctica. "Siempre tenía que estar pendiente de si me quedaba saldo para que él no se preocupara por mí si se cortaba la conversación en mitad de la noche", dice ella.

Al poco tiempo decidieron comprometerse, pero al estar separados por una zona en guerra no tenían ni idea de cómo iban a conseguir casarse. "No sabía cómo podía traerla a Jordania, así que hablamos de encontrarnos en Siria o Turquía" dice Minear. "Incluso consideramos la posibilidad de cancelar el compromiso. Pero si de verdad crees en ello y tienes paciencia, puedes conseguirlo".

Las cosas llegaron a su punto álgido cuando Khoula le dijo a Minear que estaba planeando trasladarse con su familia a Turquía. Preocupado porque nunca podrían estar juntos, Minear le pidió a su futuro suegro que redactara un contrato de matrimonio y empezara a organizar los preparativos para traer a Khoula a Jordania. Para negociar y aceptar el contrato, utilizaron sobre todo WhatsApp, dijo Minear.

Tras el fracaso del primer intento, Khoula finalmente consiguió llegar a Jordania en octubre de 2014, donde le recibió Minear muy entusiasmado. "Es la persona con la que vas a pasar tu vida, a la que amas aunque nunca la hayas conocido", dice. "Así que me sentí muy feliz".

Se casaron poco después en una pequeña ceremonia tradicional celebrada en la casa de Irbid, junto algunos familiares y amigos cercanos. Están esperando su primer hijo, una niña, que nacerá en un par de meses.

"Minear todavía no se termina de creer que lo consiguieran. Era algo imposible, pero ocurrió."

Mientras hablamos, Minear juega con un pequeño y colorido loro llamado "Bullbul", que él y Khoula encontraron abandonado en una jaula durante uno de sus paseos habituales al atardecer por el barrio. Les pregunté qué tipo de loro era y no puedo evitar preguntarme si me estaban tomando el pelo cuando me dijeron que se trata de una especie conocida como "el tortolito de Fisher" (una rápida búsqueda en Internet confirmó que era verdad).

En medio de la tragedia y los sueños rotos que el conflicto ha causado a millones de personas, me da la sensación de que su feliz historia es una pequeña gran victoria.

Mirando atrás, Minear todavía no se termina de creer que lo consiguieran. "Era algo imposible, pero ocurrió". Dijo. "Algunos días eran muy difíciles, pero si eres paciente y quieres algo de verdad, al final lo conseguirás. Quizás también es algo bonito en esta crisis".

Charlie Dunmore