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300.000 personas han perdido sus casas, sus ingresos, sus fuentes de alimentos y pertenencias por las inundaciones catastróficas en Yemen

Notas de prensa

300.000 personas han perdido sus casas, sus ingresos, sus fuentes de alimentos y pertenencias por las inundaciones catastróficas en Yemen

21 Agosto 2020 Disponible también en:
Un menor camina entre los charcos de agua estancada fruto de las inundaciones en un asentamiento para personas desplazadas internas en Adén, Yemen, en marzo de 2020.

Unas 300.000 personas en Yemen han perdido sus hogares, cosechas, ganado y efectos personales durante los últimos tres meses debido a lluvias torrenciales y a las graves inundaciones repentinas. Entre los nuevos desplazados hay personas que anteriormente se habían visto obligadas a huir de sus hogares por el conflicto y una vez más, tienen que reconstruir sus vidas y comunidades.

Entre las regiones más afectadas se encuentran las gobernaciones de Marib, Amran, Hajjah, Al Hudayda, Taiz, Lahj, Adén y Abyan, donde las inundaciones se han cobrado las vidas de, al menos, 148 personas solo en los últimos dos meses. En Hababa, una rotura repentina y catastrófica de la presa de Al-Roone provocó la liberación incontrolada de 250.000 metros cúbicos de agua, afectando a miles de personas en los campamentos para desplazados internos en Al-Tahseen y Souq al-Lill, entre otros lugares.

Muchas de las personas desplazadas internas que se han visto obligadas a trasladarse a causa de las inundaciones ya vivían en la pobreza extrema, a menudo en refugios improvisados y superpoblados, construidos a base de lonas de plástico o barro, que han sido arrastrados o han sufrido daños importantes. Las personas afectadas ahora se ven obligadas a buscar cobijo en mezquitas, escuelas o en casas de familiares, o incluso tiene que vivir al raso y en edificios abandonados, algunos de los cuales corren el riesgo de derrumbarse, o en lo que ha quedado de sus hogares tras los daños causados por el agua.

Muchos ya estaban luchando por sobrevivir, con pocas o casi nulas oportunidades de trabajo y apenas podían pagar una comida diaria para sus familias. Los niveles de desesperación y frustración van en aumento a medida que la peor crisis humanitaria del mundo se sigue agravando día a día.

ACNUR está profundamente preocupado ante el hecho de que las comunidades desplazadas son extremadamente vulnerables a la pandemia de COVID-19, y muchas de ellas no pueden practicar el distanciamiento social o físico, acceder al agua potable para lavarse las manos o adoptar otras medidas para prevenir la transmisión del virus. La infraestructura sanitaria del país ya está gravemente dañada por años de conflicto.

Es posible que miles de personas más se puedan ver afectadas ya que se prevé que continúe la temporada de lluvias y muchos embalses vean sobrepasada su capacidad. Algunos de estos embalses están en malas condiciones por la falta de mantenimiento durante los últimos años a causa del conflicto. En Marib, la presa ha alcanzado el nivel de desbordamiento y es altamente vulnerable a sufrir una rotura si se registran más precipitaciones intensas y prolongadas que hagan rebosar el embalse. Si se llega a producir esta situación, se destruirían las áreas de regadío que se encuentran aguas abajo, y donde se hallan los campamentos que acogen a miles de personas que se han convertido en desplazados internos a causa del conflicto, así como las zonas más bajas de la ciudad de Marib.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está haciendo todo lo posible para proporcionar refugios de emergencia y materiales de primera necesidad como mantas y colchones a miles de personas, así como un apoyo psicosocial a quienes hacen frente a la pérdida de sus hogares y seres queridos. En colaboración con sus socios, ACNUR está trabajando con las propias comunidades desplazadas para sensibilizar sobre las medidas de protección y prevención frente a la COVID-19.

Sin embargo, la capacidad de ACNUR se está viendo limitada por la grave falta de fondos. Las reservas de materiales de refugio y ayuda de emergencia se agotarán en cuestión de semanas, impidiendo cubrir algunas de las necesidades más básicas. Tras más de cinco años de conflicto, más del 80% de la población total del Yemen necesita asistencia humanitaria. Cerca de cuatro millones de desplazados internos, repatriados, refugiados y solicitantes de asilo dependen en estos momentos de la ayuda humanitaria regular para sobrevivir.

Para más información sobre este tema, puede contactar: