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Colombianos por fin tienen casa tras la legalización de su barrio

Historias

Colombianos por fin tienen casa tras la legalización de su barrio

Tras diez años de existencia, el barrio Las Delicias es reconocido legalmente por el gobierno de Cúcuta, Colombia, abriendo el camino para que los residentes reciban los servicios esenciales.
20 Enero 2016
Residentes del barrio informal Las Delicias en Cúcuta, Colombia, asisten a una ceremonia en la cual su asentamiento es incorporado a la ciudad.

CÚCUTA, Colombia, 20 de enero de 2016 (ACNUR) – Los aplausos hacen eco en todo el centro deportivo en Cúcuta, Colombia, a medida que se anuncian las noticias. Finalmente, después de diez años, la localidad de Las Delicias es reconocida legalmente por el gobierno de la ciudad, abriendo el camino para que los residentes reciban los servicios esenciales.

"Ahora no pedimos nuestros derechos", dice Luis Zabaleta, presidente de la Junta de Acción Comunal, que está celebrando en medio de la multitud. "Ahora los exigimos".

La reunión pública significa un gran vuelco en el destino de los 2500 residentes del que hasta ahora fuera un asentamiento informal, más de la mitad de los cuales habían sido forzados a abandonar sus hogares en otros lugares de Colombia por la violencia derivada de cinco décadas de conflicto interno del país.

Los primeros residentes empezaron a llegar hace casi 10 años a la zona que entonces era rural, en la periferia de Cúcuta, una ciudad de unas 850.000 personas, cerca de la frontera con Venezuela en el nororiente de Colombia. Los recién llegados construyeron casas improvisadas de madera y plástico, mientras luchaban por comenzar de nuevo, con frecuencia trabajando en la economía informal.

Personas que ya habían tenido una vida difícil encontraron otro obstáculo debido a que su creciente barrio no contaba con suministros de agua potable, alcantarillado, carreteras pavimentadas, transporte público y ni siquiera con escuelas, ya que formalmente no era parte de la ciudad. Además, sin un título de propiedad era más difícil que los residentes consiguieran préstamos y otros servicios.

Para Sonia Contreras, de 44 años, la vida ha sido particularmente difícil. Fue desplazada en 2006 de Tumaco, un pequeño puerto en la costa del Pacífico de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador, atravesó todo el país con sus cuatro hijos y su madre buscando seguridad. Al llegar a la periferia de Cúcuta, construyó un albergue con sus propias manos en las áreas que se convertirían en el asentamiento de Las Delicias.

"La legalización del barrio abrirá muchas posibilidades", dice ella alegremente. "Vamos a tener acceso a una vivienda adecuada y que sea nuestra, y podremos mejorar nuestras condiciones de vida. Me siento orgullosa de haber logrado esto".

La Junta de Acción Comunal ya tiene planes para el recién legalizado asentamiento de Las Delicias, y los residentes ya están empezando a imaginar un futuro más prometedor.

"De ahora en adelante vamos a poder soñar muchas cosas", dice uno de los miembros del grupo de jóvenes de la localidad Rumbos de Paz. "Un sistema de acueducto, el mejoramiento de las carreteras – ahora no tendremos que caminar hasta el barrio Belén para tomar el autobús. Deben construir una escuela para que podamos estudiar aquí".

La legalización de los asentamientos urbanos es fundamental para la integración local y el programa Construyendo Soluciones Sostenibles, llevado a cabo en los barrios de Las Delicias y Manuela Beltrán en Cúcuta desde 2013. Construyendo Soluciones Sostenibles es un programa conjunto liderado por la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, en 17 localidades en todo el país, con el apoyo de Canadá, Corea, Suecia, Estados Unidos y España, así como Colombia.

Diversos actores participaron en el proceso de legalización de Las Delicias. Los propietarios de los terrenos donde se asentó la comunidad, representados por la organización Promotora El Resumen, estaban dispuestos a facilitar tal proceso a través de la venta de sus tierras a precios más bajos y la financiación de las legalizaciones.

Contrataron a la organización Techo Mío – Hábitat Digno para apoyar a la comunidad durante el proceso. Por su parte, la Alcaldía, a través de la Secretaría de Planificación Municipal, apoyó el proceso, y el ACNUR proporcionó asesoramiento y el Comité Directivo proporcionó un espacio donde las autoridades locales, los propietarios de tierras y la comunidad se reunieron para la gestión del proceso.

El apoyo de socios como la Iglesia Católica ha sido crucial. Diana Colombia Ramírez, una de sus promotores, le dice a la multitud: "Hoy, Las Delicias tiene reconocimiento por el acto administrativo, pero son ustedes los que ponen la esencia, los que ponen las costumbres, la cultura, su dialecto, su forma de vestir. Son ustedes los que le ponen la esencia a este barrio. No dejen de soñar con sus carreteras, con sus vías, con sus viviendas, con sus unidades productivas. Sigan soñando, que los sueños se cumplen, se hacen realidad".

Y Hans Hartmark, jefe de la oficina de terreno del ACNUR en Cúcuta, está ahí para celebrar con la comunidad local. "Al igual que la comunidad de Las Delicias, muchos otros en el país esperan dar un paso hacia la legalización de sus asentamientos", dice. "De esta manera pueden avanzar con firmeza hacia la integración local urbana, como un camino hacia la paz y el pleno disfrute de sus derechos".

Por Rocío Castañeda en Cúcuta, Colombia