Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Sudán: Simposio aborda el tema de la nacionalidad, de cara al referendo

Historias

Sudán: Simposio aborda el tema de la nacionalidad, de cara al referendo

UNHCR Assistant High Commissioner for Protection Erika Feller addresses citizenship issues for Sudan at a Khartoum meeting; visits displaced people. [for translation]
9 Noviembre 2010 Disponible también en:
Niños sudaneses en el campamento de desplazados internos de Mayo, que fue visitado por Erika Fellner, Alta Comisionada Asistente para la Protección del ACNUR.

KHARTUM, Sudán, 9 de noviembre (ACNUR) – A medida que el referendo para decidir el futuro de Sudán se acerca, cada vez es mayor el número de personas que se preocupa acerca de su futuro, especialmente los desplazados internos, como Rose*, quien vive en Khartum, la capital del país.

Una vida llena de penurias puede observarse en el rostro de esta mujer de 50 años, quien ha estado viviendo en Mayo, un campamento para los desplazados interno ubicado en Khartum, desde que abandonara Kajo Keji, su ciudad natal, hace 20 años, para escapar del conflicto que en ese entonces devastaba el sur de Sudán.

Su esposo, con quien había contraído un matrimonio informal, era del norte, pero murió cuando sus hijos estaban pequeños. "Ahora mis hijos son adultos y tienen sus propios hijos, sin embargo, no poseen registros de nacimiento ni tarjetas de identidad nacional. No existen documentos que demuestren si son del norte o del sur", comentó Rose.

"Si Sudán del Sur llegara a independizarse del norte y se convirtiera en un nuevo país, ¿qué ocurriría con nosotros los sureños que estamos en el norte?", preguntó Rose. Este es uno de los problemas de los cuales se ha ocupado el ACNUR, especialmente la Alta Comisionada Asistente para la Protección, Erika Feller.

Feller visitó el campamento de Mayo el pasado fin de semana para escuchar de primera mano las preocupaciones de personas como Rose. En el próximo año, ACNUR lanzará importantes iniciativas para persuadir a más países a que accedan a la Convención para Reducir los Casos de Apatridia de 1961 y para disminuir el número de personas apátridas en el mundo, el cual se estima en 12 millones de personas.

Unos días antes de reunirse con los desplazados internos en Mayo, Feller participó como oradora principal en el Simposio sobre Nacionalidad en Sudán, en Khartum, en el que exhortó a Sudán a acceder a las Convenciones de 1954 y de 1961 relativas al estatus de las personas apátridas. El evento, organizado por ACNUR y por la Misión de las Naciones Unidas en Sudán, estuvo orientado a ayudar a los líderes del norte y del sur en la búsqueda de soluciones en tema de nacionalidad.

Se trata de un tema de vital importancia debido a que el extenso país, el cual se mantiene frágil luego de emerger de dos décadas de destructivas guerras civiles en 2005, se encuentra organizando un referendo a realizarse el próximo 9 de enero en el que se decidirá si el sur continuará formando parte de Sudán o independizarse.

Complicando aún más el asunto está el hecho de que años de guerras dejaron a millones de desplazados internos, incluyendo a cerca de 2 millones de sudaneses del sur que, como hizo Rose, escaparon hacia el norte y se mantuvieron allí. Muchos se han integrado bien en las comunidades norteñas y desempeñan diferentes oficios, desde comerciantes hasta funcionarios públicos. Estas personas están preocupadas por su futuro, como lo están los norteños que viven en el sur, por la eventualidad de que el país llegara a dividirse.

Existe un miedo real de que se reanuden los desplazamientos masivos de personas y de que la gente termine obteniendo una nacionalidad que no desea o que hasta se conviertan en apátridas, con todos los problemas que dichas situaciones conllevan. Muchas de las personas apátridas no tienen la posibilidad de registrar el nacimiento de los hijos, ir a la escuela, trabajar legalmente, transitar libremente, poseer propiedades u obtener documentos de identidad esenciales o pasaportes.

Rose tiene muchas preguntas: "¿Qué ocurrirá con nosotros después del referendo? ¿En dónde perteneceremos? ¿Qué ocurrirá con las parcelas de tierra que nos han dado aquí? ¿Qué haremos si tenemos que regresar al sur? ¿Serán mis hijos y mis nietos aceptados allí?", preguntas todas que dirigió a los funcionarios de ACNUR.

Ella comentó que la vida era difícil en Mayo pero al menos, era un mundo que conocían, una tierra en la que sus hijos habían crecido. "Algunas personas nos dicen que nos inscribamos para el referendo, otras nos dicen que deberíamos irnos al sur, otros que no. No sabemos qué hacer".

Su vecina Regina*, quiere quedarse en el campamento porque dice que los cristianos del sur no tienen "dignidad", en un norte dominado por los musulmanes. "Antes habían ONG que venían a ayudarnos. Ahora vienen pocas, desde que a las agencias les dijeron que se fueran", dijo. "Quizás la vida será mejor en el sur. Tal vez deberíamos regresar", añadió.

Si el sur llegara a independizarse, se tratará de una decisión que confrontará a muchas personas Por ejemplo, muchos de los ganaderos y nómadas podrían encontrarse en cualquiera de los lados de la nueva frontera internacional y los expatriados sudaneses, tanto refugiados como migrantes, podrían enfrentar problemas de nacionalidad, del mismo modo que podría sucederle a las parejas de matrimonios mixtos. Para colmar la situación, solamente un 20 por ciento de los sudaneses poseen certificados de nacimientos, los cuales podrían ser de vital importancia como pruebas de nacionalidad.

La Alta Comisionada Asistente para la Protección, Erika Feller, en su ponencia en el simposio de Khartum resaltó que para prevenir la apatridia es importante alcanzar acuerdos sobre la nacionalidad que sean sencillos, inclusivos, objetivos y no discriminatorios, con base en vínculos específicos con el Estado en cuestión, más que en el origen étnico.

Feller indicó la posibilidad de permitir la doble nacionalidad o la elección entre dos nacionalidades y destacó la importancia de proteger el derecho de residencia de las personas que, por diferentes razones, no pudieran adquirir la nacionalidad de un Estado, así como el derecho al empleo, a la educación y a la salud.

Mientras apreció los esfuerzos de Sudán por tomar acciones para eliminar la discriminación de género de su legislación nacional, Feller advirtió que "cuando ciertas personas son privadas de la nacionalidad, los costos son muy altos para todos". La Alta Comisionada Asistente estuvo en Sudán hasta el miércoles y también visitó Darfur.

*Los nombres han sido cambiados por motivos de protección

Por Maya Ameratunga en Khartum, Sudán