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Acceso a atención médica

Acceso a atención médica

La salud es un derecho humano fundamental para todos, incluidas las personas refugiadas. Hacer posible que las personas refugiadas tengan acceso a la atención de salud es una de las principales prioridades de ACNUR.

De acuerdo a la Convención de Refugiados de 1951, las personas refugiadas deben tener acceso a la misma o similar atención de salud que las poblaciones de acogida.

ACNUR trabaja en estrecha colaboración con los ministerios de salud nacionales y las organizaciones asociadas para que las personas refugiadas puedan obtener el apoyo sanitario y el tratamiento médico que necesitan, tanto en situaciones de emergencia como en situaciones estabilizadas y prolongadas.

La estrategia de salud pública de ACNUR tiene como objetivo fomentar las condiciones, las asociaciones, la colaboración y los enfoques que permitan a las personas refugiadas acceder a la atención de salud y a servicios de salud esenciales. Abogar por la inclusión de las personas refugiadas en los sistemas nacionales de salud a costos asequibles y con la calidad suficiente es una prioridad. Esta estrategia está en línea con el Pacto Mundial sobre los Refugiados y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

¿Cómo ayuda ACNUR a las personas refugiadas a obtener atención médica?

En todas las situaciones, ACNUR aboga por la inclusión de las personas refugiadas en los sistemas y planes nacionales de salud. Cuando y según corresponda, ACNUR proporciona orientación, infraestructura y creación de capacidad, y financia diagnósticos de laboratorio, medicamentos, equipo y suministros médicos.

A través de la promoción, la financiación y el apoyo de ACNUR, las personas refugiadas se benefician de un mayor acceso a la atención de salud en las áreas que se describen a continuación:

Atención primaria de salud y referencias para atención secundaria de salud

Los médicos de atención primaria de salud brindan apoyo en las áreas de salud sexual y reproductiva, nutrición, salud infantil, incluidas las vacunas, salud mental y el tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Los médicos de atención primaria de salud también hacen derivaciones a la atención secundaria de salud para un mayor nivel de atención clínica.

ACNUR mejora la atención primaria de la salud para las personas refugiadas abogando por su inclusión en los sistemas nacionales de salud, fortaleciendo la infraestructura de salud (por ejemplo, construyendo o renovando instalaciones, proporcionando medicamentos, equipos médicos y diagnósticos de laboratorio), financiando y capacitando a los trabajadores de la salud.

Salud de la comunidad

Ya sea en campamentos o en entornos urbanos, la salud en general de las comunidades de acogida y de las personas refugiadas afecta a cada individuo. Las iniciativas de salud comunitaria se llevan a cabo principalmente fuera de las instalaciones de salud y se centran en cómo los miembros de la comunidad pueden actuar juntos para mantener o mejorar su salud y prevenir enfermedades.

ACNUR capacita al personal de salud comunitario para que se reúnan con las personas refugiadas a fin de diagnosticar, tratar y hacer referencias para enfermedades comunes (por ejemplo: diarrea y malaria) y realizar un seguimiento de las mujeres embarazadas, los recién nacidos y las personas que viven con enfermedades crónicas (por ejemplo: diabetes e hipertensión). El personal comunitario de salud, que domina los idiomas y las culturas de las personas refugiadas, les enseñan a las personas refugiadas sobre salud, higiene y medidas de salud preventivas, como la vacunación desde la misma perspectiva, más fácilmente identificables.

Prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles (ENT)

Las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades del corazón, el cáncer, la diabetes, las enfermedades respiratorias crónicas y los problemas de salud mental, son la mayor fuente de enfermedades, discapacidades y mortalidad prevenibles en todo el mundo. El desplazamiento puede interrumpir el tratamiento de las personas refugiadas para estas enfermedades o retrasar el diagnóstico, poniéndolas en un riesgo aún mayor.

En 2014, ACNUR comenzó a mejorar el acceso a la atención de enfermedades no transmisibles asegurándose de que se integre de manera efectiva en la atención primaria de salud. A través de un proyecto de creación de capacidad, la adquisición de medicamentos esenciales rentables y basados ​​en pruebas científicas, y la recopilación y seguimiento de datos a través del Sistema Integrado de Información sobre la Salud de los Refugiados (iRHIS, por sus siglas en inglés), el acceso a la atención de salud para las enfermedades no transmisibles ahora está más al alcance de las personas refugiadas. ACNUR capacita al personal de salud en la atención de enfermedades no transmisibles, incluida la detección, el diagnóstico y el manejo de pacientes mediante protocolos clínicos (alineados con los protocolos del país de acogida). El desarrollo de capacidades incluye la formación del personal para brindar asesoría sobre cómo renunciar al hábito de fumar, el seguimiento del control de enfermedades y concientizar sobre las complicaciones.

Prevención y tratamiento de enfermedades transmisibles

Los conflictos y el desplazamiento que llevan a situaciones de personas refugiadas son un riesgo reconocido para la salud pública. Aumentan la vulnerabilidad de la población a las enfermedades transmisibles debido al debilitamiento de los sistemas de salud, el hacinamiento, las malas condiciones del agua y saneamiento, la interrupción de las actividades de vacunación y el retraso en los diagnósticos. La principal causa de muerte en muchas situaciones de conflicto y desplazamiento no es la violencia, sino la propagación de enfermedades transmisibles como el sarampión y la diarrea.

ACNUR aborda el control de las enfermedades transmisibles desde múltiples sectores aumentando la provisión o el acceso a las vacunas (especialmente contra el sarampión, la poliomielitis y el tétanos) y a las instalaciones de agua y saneamiento. Durante todas las etapas de las situaciones de refugiados, ACNUR se centra en las medidas para la prevención y el tratamiento del VIH. Además, utilizando el iRHIS, ACNUR realiza la vigilancia de las condiciones que tienen el potencial de conducir a brotes de enfermedades transmisibles.

Inmunización

Cuando las personas refugiadas huyen de sus hogares, la atención de salud se suspende, incluidas las vacunas. Como resultado, las personas refugiadas, especialmente las niñas y los niños, corren un mayor riesgo de contraer enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, como el sarampión, la poliomielitis, la hepatitis viral, la difteria y la tos ferina. Las niñas y los niños refugiados también corren un riesgo muy alto de recibir una “dosis cero” (sin inmunización) o de recibir una inmunización insuficiente. Las personas refugiadas adultas pueden enfrentar formas más graves de enfermedades infantiles si no fueron vacunados durante su niñez.

ACNUR promueve que todas las nuevas personas refugiadas menores de 15 años reciban inmediatamente vacunas contra el sarampión, la poliomielitis y el tétanos. Si bien las vacunas se obtienen y administran con mayor frecuencia a través de los ministerios de salud o de UNICEF, ACNUR a menudo financia actividades de vacunación para llegar a la mayor cantidad posible de personas refugiadas. Dependiendo de la situación, ACNUR también puede adquirir vacunas y brindar apoyo logístico para su importación, transporte (incluida la gestión de la cadena de frío) y almacenamiento. A través de una asociación de 2020 con GAVI, la Alianza para las Vacunas, ACNUR está identifica y aborda las necesidades de niñas y niños refugiados de dosis cero. La alianza está trabajando en estrecha colaboración con las comunidades y los socios locales para identificar y superar las barreras clave para la inmunización en las comunidades, incluidas las brechas de género y la disparidad en la demanda y el acceso.

Medicamentos esenciales, suministros y equipos médicos

Los medicamentos esenciales son los que se consideran más eficaces y seguros para satisfacer las necesidades de salud más importantes de un país. La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene una lista de medicamentos esenciales que sirve como guía para los estados e instituciones. Cada dos años, ACNUR revisa y adapta la lista de la OMS para contextos de personas refugiadas. Luego, ACNUR adquiere e importa medicamentos de la Lista de Medicamentos Esenciales y Suministros Médicos de ACNUR para situaciones de emergencia y de personas refugiadas en curso, teniendo en cuenta las listas nacionales de medicamentos esenciales. Estos medicamentos son distribuidos para su uso con personas refugiadas por socios (incluidos gobiernos, ONG nacionales e internacionales y socios de la Cruz Roja/Media Luna Roja).

Durante una emergencia, ACNUR adquiere, importa y distribuye medicamentos estandarizados y botiquines de suministros médicos (por ejemplo: kits de salud interinstitucional, kits de enfermedades no transmisibles, kits de cólera, kits de salud reproductiva interagencial, etc.). La adquisición e importación de medicamentos esenciales, suministros y equipos médicos es vital en los contextos de personas refugiadas. Garantizan el acceso oportuno a medicamentos seguros y salvan vidas al tratar afecciones agudas y garantizar la continuidad de la atención para las personas con afecciones crónicas.

Más información y documentos sobre el trabajo de ACNUR con relación a la atención de salud, disponibles en inglés.