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Foro de ACNUR analiza las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19

Historias

Foro de ACNUR analiza las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19

En el último período de sesiones del Diálogo del Alta Comisionado de este año se consideraron soluciones para responder a futuras emergencias mundiales.
10 Diciembre 2020 Disponible también en:
Un joven afgano refugiado en Pakistán hace sus tareas escolares.

La pandemia de COVID-19 ha demostrado lo importante que es incluir a las personas refugiadas y desplazadas en los planes y decisiones que afectan a sus vidas, explicó hoy el jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados en la sesión de clausura de un foro en línea.


El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, intervino en la última sesión del Diálogo del Alto Comisionado, una oportunidad anual para que diferentes actores intercambien opiniones sobre los nuevos desafíos en materia de protección humanitaria.

“La inclusión es clave porque la pandemia nos ha enseñado que a menos que todos estemos cubiertos por las respuestas, y en el futuro por las vacunas, seguirá existiendo una amenaza para todos nosotros”, dijo Grandi en el foro virtual.  

En cuatro sesiones celebradas en línea durante siete semanas, personas refugiadas, gobiernos, sociedad civil, sector privado, académicos y organizaciones internacionales han compartido algunas de las lecciones aprendidas, desde los beneficios de la inclusión de las personas refugiadas hasta la necesidad de combatir la desinformación y la xenofobia.

Convocado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, el diálogo de este año se centró en diferentes aspectos de la respuesta a la pandemia y su impacto en las poblaciones desplazadas, desde la protección, pasando por la resiliencia y la inclusión, hasta la preparación para responder a las crisis emergentes, como el cambio climático.

La sesión de clausura del miércoles se basó en los temas que surgieron de los debates anteriores para considerar cómo la comunidad internacional puede estar mejor preparada para ayudar a las poblaciones desplazadas atrapadas en crisis futuras.

En un amplio debate, varios participantes destacaron las desproporcionadas repercusiones sociales y económicas de la pandemia en las personas vulnerables, en particular las mujeres y las niñas refugiadas. Hablaron de la necesidad de ayudar a los jóvenes refugiados a volver a la escuela o a acceder a las tecnologías necesarias para la enseñanza a distancia.

Jutta Urpilainen, Comisionada Europea para las Asociaciones Internacionales, señaló que por lo menos el 31% de los niños y niñas en edad escolar de todo el mundo no están siendo atendidos por programas de aprendizaje a distancia, y que la niñez refugiada se encuentra entre los que corren un mayor riesgo de no recibir educación debido a la pandemia.

“Tomar en serio este [principio de] no dejar a nadie atrás significa que debemos centrar nuestros esfuerzos y recursos en los que corren más riesgo de que se interrumpa la educación, especialmente los estudiantes refugiados y desplazados”, señaló.

La refugiada ruandesa Bahati Ernestine explicó cómo la formación para convertirse en enfermera en Kenia la había capacitado para ayudar a otros.

“En la escuela de enfermería, era una estudiante, no una refugiada”, dijo. “Entendí que puedo contribuir a la sociedad en igualdad de condiciones que mis compañeros de clase”.

“Muchos refugiados prefieren aprender a pescar y compartir ese pescado con otros, que recibirlo”.

“Puedo decir que muchos refugiados prefieren aprender a pescar y compartir ese pescado con otros, que recibirlo y comérselo todo en un día”, añadió. “Sólo necesitamos que se creen más espacios para nosotros”.

Jayathma Wickramanayake, la Enviada del Secretario General de las Naciones Unidas para la Juventud, destacó que las organizaciones dirigidas por personas refugiadas, en particular las lideradas por jóvenes refugiados, han estado en la primera línea en la respuesta a la pandemia, llenando un vacío que se creó cuando los trabajadores humanitarios ya no podían visitar a las comunidades.

“Tenemos que recordar que cuando salgamos de la pandemia tendremos que respetar el liderazgo de los jóvenes refugiados y aprovechar su experiencia”, señaló.

A medida que diferentes vacunas prometedoras están abriendo un camino para salir de la pandemia de COVID-19, Grandi pidió que la respuesta a la crisis se despolitice.

“La respuesta a la pandemia, lo que nos ha enseñado de cara al futuro, no es politizar los refugiados, el desplazamiento forzoso y las cuestiones humanitarias en general”, afirmó.

“Si lo que hacemos para enfrentar la crisis no se fundamenta en un sentido de humanidad, fracasaremos”.