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Refugiada hace su sueño realidad: es pasante en la tienda IKEA de Croacia

Historias

Refugiada hace su sueño realidad: es pasante en la tienda IKEA de Croacia

A través de un programa de pasantías, bajo una alianza con ACNUR, la distribuidora de muebles IKEA ofrece la promesa de un nuevo comienzo para las personas refugiadas en Croacia.
23 Julio 2021 Disponible también en:
Lajan, de 32 años, se encuentra afuera de la tienda IKEA de Zagreb. Es una de las 15 personas refugiadas que llevan a cabo una pasantía en la tienda.

Algunas personas ven sus trabajos de oficina como una rutina diaria, pero, para Lajan, una refugiada de la región del Kurdistán de Irak, la posibilidad de un trabajo de oficina permanente en Croacia, su nuevo hogar, sería un sueño hecho realidad.


Antes de huir de Irak en 2016, Lajan, de 31 años, trabajaba en el departamento de contabilidad de un banco. Le siguieron cinco años de turbulencia. Ella y su esposo se instalaron en Croacia, pero vivieron en un centro de acogida para solicitantes de asilo durante dos años, mientras esperaban que se tramitara su solicitud.

“Fue una época muy dura”, recordó.

Lloró de felicidad cuando su abogado la llamó en 2019 para decirle que les habían concedido el asilo y, un par de semanas después, no pudo dormir de la emoción cuando ella y su pareja se mudaron a su propio departamento en la capital, Zagreb, con sus dos hijos, que ahora tienen nueve y tres años.

Luego, su atención se centró en encontrar trabajo. Consideró la posibilidad de trabajar como limpiadora o en una panadería, ya que le gustaba cocinar. Entonces, la Cruz Roja, socia de ACNUR en Croacia, le preguntó si estaba interesada en una pasantía remunerada en la tienda de muebles IKEA de la capital.

“No podía creerlo”.

Presentó su solicitud, la entrevistaron y, finalmente le, ofrecieron una pasantía de tres meses en el departamento de atención a clientes en línea de la tienda.

“No podía creerlo. Llamé a mi madre y le conté: '¡Mira, mamá, estoy trabajando en el mismo puesto que tenía en Irak! Estaba llorando; y ella, también”, compartió. “Fue como un sueño hecho realidad”.

Lajan consiguió la pasantía en el marco de una iniciativa mundial dirigida por el gigante sueco de los muebles con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y otros socios, para mejorar los medios de vida de las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares.

ACNUR se asoció con IKEA en Croacia desde 2015. Este año, IKEA remodeló un centro de acogida para la niñez no ha acompañada y separada de sus familias que ha llegado a Croacia. Además, la empresa ha donado diversos artículos que suele vender para ayudar a 500 personas refugiadas a mitigar los efectos sanitarios y económicos de la pandemia de la COVID-19.

IKEA en Croacia ha contratado a siete personas refugiadas, mientras que otras quince realizan una pasantía de tres meses. La mitad de estas personas son mujeres; entre ellas, Lajan.

Es difícil percatarse de cuán extraordinarias son sus historias personales o de lo lejos que han llegado para conseguir estos puestos.

“Estamos realmente orgullosos aquí”.

"Estamos realmente orgullosos aquí en IKEA Croacia porque nuestros compañeros de trabajo y nuestros colegas empezaron a comprometerse con las personas refugiadas. Somos una sola comunidad. Eso debería ser el verdadero poder de lo que hacemos”, señaló Nikolaos Migkianis, Director de IKEA Croacia.

La Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR, Gillian Triggs, visitó la tienda el 15 de julio durante su misión a Croacia para destacar su importancia como ejemplo de la manera en que las empresas pueden desempeñar un papel en la integración de las personas refugiadas y de las posibilidades que estas tienen para retribuir a sus nuevas sociedades.

“Las personas refugiadas y desplazadas de todo el mundo quieren un medio de vida de algún tipo que dé sentido a su vida y les permita integrarse mejor en la comunidad”, comentó Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR.

En su primer día de trabajo, en mayo, Lajan recibió una computadora, un nombre de usuario y una contraseña, pequeños símbolos de su nuevo estatus y de su posible nueva vida.

Desde su llegada en 2016, ha aprendido a hablar croata, pero también habla kurdo, árabe, turco e inglés, idiomas que pone en práctica en el entorno laboral internacional.

“Estoy trabajando duro. Quiero aprenderlo todo”.

Aun así, el trabajo fue difícil al principio. “Estaba muy asustada y nerviosa”, recuerda.

Marija Miholec, de Croacia, lleva dos años trabajando en IKEA Zagreb en el servicio de atención a clientes, y ha ayudado a Lajan y a los demás pasantes.

“Les acogimos muy bien para ayudarles en todo lo que necesitaban. Por supuesto, fue difícil para ellos llegar a un nuevo entorno. Con nuestro trabajo diario somos ya un equipo, pero creo que todos los compañeros dieron lo mejor de sí para que los pasantes se sintieran como en casa”, aseguró.

La idea de las pasantías de IKEA es permitir que las personas refugiadas adquieran habilidades y experiencia para que les resulte más sencillo encontrar trabajo en IKEA o en otros lugares. Lajan está agradecida por la oportunidad de brillar y espera que su duro trabajo dé frutos.

“Me gustaría mucho ser administradora en el programa en línea, tener un trabajo permanente… Estoy trabajando duro... Quiero aprenderlo todo”, señaló.