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Inundaciones recrudecen miseria para las personas refugiadas rohingyas en los campamentos de Bangladesh

Historias

Inundaciones recrudecen miseria para las personas refugiadas rohingyas en los campamentos de Bangladesh

Miles de personas se han quedado sin hogar a causa de las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas que han inundado los lugares de alojamiento en el sur de Bangladesh.
30 Julio 2021 Disponible también en:
Personas refugiadas voluntarias trabajan día y noche bajo una intensa lluvia para rescatar a las personas refugiadas que se vieron afectadas por las graves inundaciones en los campamentos.

Las fuertes lluvias monzónicas caían intensamente durante días cuando Meher Khatun, de 60 años, notó que el agua empezaba a entrar en el alojamiento de bambú y lona que comparte con su hijo, su nuera y su nieto en un campamento de refugiados del distrito bengalí de Cox's Bazar.

Aunque el alojamiento se había construido al pie de una colina, Meher no había visto una inundación de este tipo en los casi cuatro años que llevaba viviendo ahí luego de huir a Bangladesh desde Myanmar.

En pocas horas, el agua les llegaba al pecho, y huyeron solo con su estufa, el tanque de gas y un panel solar.

“El agua subía tan rápido que no podíamos regresar”.

“Me sentí impotente, no sabía a dónde ir”, recordó Meher. “El agua subía tan rápido que no podíamos regresar. La mayoría de nuestras pertenencias fueron arrastradas por la corriente”.

Más de 21.000 personas refugiadas rohingyas que viven en los extensos campamentos de refugiados de Cox's Bazar se han visto afectadas por inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en los últimos días. Entre lunes y martes, cayeron más de 300 mm de lluvia en solo 24 horas, lo cual supone casi la mitad de la media mensual de lluvias de julio en un solo día. Las fuertes lluvias siguieron durante miércoles y jueves. Seis personas refugiadas murieron, mientras que otras miles, como Meher, han visto cómo sus casas han sido arrasadas o han quedado inundadas.

Ahora, ella y la familia de su hijo se alojan en un centro de aprendizaje a poca distancia de su alojamiento inundado, junto con otras 20 familias desplazadas por las inundaciones. Incluso aquí, la lluvia gotea a través del techo de paja y las condiciones son apenas habitables.

Meher Khatun en el centro de aprendizaje donde se aloja tras la inundación del alojamiento de su familia.

Otras personas desplazadas por las inundaciones se han apiñado en alojamientos de familiares o se quedan en instalaciones comunales como el centro de aprendizaje.

Las inundaciones se han producido en medio de un estricto confinamiento nacional mientras Bangladesh lucha contra el aumento de contagios y muertes causadas por COVID-19. Estos hechos se producen después de enormes incendios que arrasaron los campamentos en marzo, causando la muerte de 11 personas y destruyendo miles de alojamientos. Por medio de un comunicado este martes, ACNUR señaló que el “clima adverso, los últimos deslizamientos de tierra y las inundaciones exacerban aún más el sufrimiento y las necesidades humanitarias masivas de las personas refugiadas rohingyas en Bangladesh”.

Desde 2017, cuando más de 700.000 personas refugiadas rohingyas llegaron a Cox's Bazar desde Myanmar, se han realizado esfuerzos de reforestación para estabilizar las laderas y reducir el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra en los campamentos. ACNUR y sus socios también han capacitado a personas refugiadas voluntarias y de la comunidad de acogida para que entren en acción cuando se produzca una catástrofe. Esta semana, las personas voluntarias han trabajado día y noche para ayudar a trasladar a la gente a un lugar seguro desde los alojamientos inundados o aquellos que están por derrumbarse. Sin embargo, Bangladesh es uno de los países más propensos al cambio climático y las tormentas tropicales que siempre han acompañado a la estación de los monzones y que son cada vez más frecuentes e intensas.

“Nunca había visto una inundación así”, comentó Meher. “En Myanmar, vivía en un lugar donde la tierra era uniforme, y no se inundaba en el monzón”.

Está preocupada por su alojamiento “y por todo lo que dejamos bajo el agua”.

“No estamos seguros de cuándo dejará de llover ni cuándo podremos volver a nuestras casas”.