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ACNUR: Australia debe prevenir la inminente emergencia humanitaria en Papúa Nueva Guinea

Comunicados de prensa

ACNUR: Australia debe prevenir la inminente emergencia humanitaria en Papúa Nueva Guinea

18 Octubre 2017 Disponible también en:
"Centro Regional de Procesamiento" en Lombrum, Papua Nueva Guinea.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, insta a Australia a asumir la responsabilidad y abordar la inminente crisis humanitaria para los refugiados y solicitantes de asilo en Papúa Nueva Guinea. ACNUR está profundamente preocupado por los crecientes riesgos de las disposiciones para la "tramitación extraterritorial" y su extraordinario coste a nivel humano, ya que Australia busca disminuir abruptamente su apoyo para finales de octubre.

ACNUR no ha cesado de subrayar la necesidad de contar con servicios esenciales permanentes para los refugiados y solicitantes de asilo a los gobiernos de Australia y Papua Nueva Guinea. A pesar de esto, no se han adoptado las medidas necesarias para evitar nuevas tragedias y daños a las personas vulnerables.

Las misiones exhaustivas más recientes de ACNUR a Papua Nueva Guinea realizadas entre mayo y septiembre de 2017 han hecho que se agravaran aún más las preocupaciones de ACNUR por el estado de salud y el bienestar de los refugiados y solicitantes de asilo allí. Los servicios médicos de emergencia locales están sobrecargados y no pueden hacer frente a las necesidades adicionales de la población transferida. La interrupción de los servicios especializados en tortura y trauma también es especialmente preocupante en un contexto en el que las personas que buscan protección han sufrido los efectos negativos de la detención prolongada y por tiempo indeterminado.

La falta de una planificación adecuada para el cierre de las instalaciones existentes, las consultas insuficientes con la comunidad manusiana y la ausencia de soluciones a largo plazo para quienes no están incluidos en el acuerdo de reubicación en los Estados Unidos, han aumentado un riesgo ya de por sí crítico de generar inestabilidad y daños.

"Habiendo creado la crisis actual, sería intolerable abandonar ahora a estos mismos seres humanos extremadamente vulnerables", declaró Thomas Albrecht, Representante Regional de ACNUR en Canberra. "Legal y moralmente, Australia no puede dar la espalda a todos aquellos que ha transferido por la fuerza a Papúa Nueva Guinea y Nauru".

ACNUR reitera su llamamiento para que Australia cumpla con sus obligaciones con aquellos que han buscado su protección y particularmente para que proporcione una atención continua y adecuada y soluciones a largo plazo. ACNUR alienta no solo al Gobierno de Australia, sino a todos los parlamentarios y líderes australianos a prevenir esta inminente emergencia humanitaria.

Antecedentes

Desde introducción de la política actual en 2013, aproximadamente 3.000 refugiados y solicitantes de asilo han sido trasladados por la fuerza desde Australia a instalaciones de "tramitación extraterritorial" en Papúa Nueva Guinea y Nauru. De estos, unos 1.200 permanecen en Nauru y 900 en Papúa Nueva Guinea.

Tras el acuerdo de reubicación entre Australia y los Estados Unidos, ACNUR ha remitido a más de 1.200 refugiados a los Estados Unidos durante los últimos nueve meses. Otras 500 personas todavía están esperando el resultado del proceso de determinación del estatuto de refugiado, llevado a cabo por las autoridades en Papúa Nueva Guinea y Nauru, según el acuerdo australiano. Sigue siendo necesario encontrar soluciones a largo plazo para todas las personas que han sido transferidas por Australia a Papúa Nueva Guinea y Nauru.

Ni Papúa Nueva Guinea ni Nauru son lugares apropiados, ni siquiera de integración temporal, para estos refugiados y solicitantes de asilo, en particular dadas sus graves necesidades como resultado de una detención prolongada e indefinida.

ACNUR ha expresado serias preocupaciones a los Gobiernos de Australia y Papúa Nueva Guinea, respectivamente, desde el anuncio en abril de 2017 de que el "Centro de Tramitación Regional" de la isla de Manus cerraría a fines de octubre. Dichas preocupaciones afectan a aspectos relativos a la salud, seguridad física, servicios de alojamiento y bienestar.

Con los servicios de salud ya drásticamente reducidos, no se dispone de servicios de atención sanitaria para situaciones de emergencia y crisis para la población de refugiados y solicitantes de asilo que se encuentra fuera del "Centro de tramitación regional". Solo les queda acudir al Hospital General local, que ni siquiera cuenta con la capacidad necesaria para atender la población de Papúa Nueva Guinea. Las consultas prestadas dos veces por semana por el IHMS (por sus siglas en inglés) en el "Centro de Tránsito" East Lorengau son insuficientes.

Los servicios especializados en torturas y trauma se han suspendido debido a la salida el 8 de octubre de 2017 del proveedor en la isla de Manus. Una de las principales preocupaciones es la grave falta de médicos especializados en psiquiatría en la comunidad de Papúa Nueva Guinea.

También hay una preocupante falta de continuidad del resto de servicios, incluida la seguridad y el bienestar básico. Hoy por hoy, no hay una clara previsión de cuando entrarán en vigor los nuevos contratos. Los proveedores actuales de servicios han aconsejado al ACNUR que se necesitaría un mínimo de 4 semanas para llevar a cabo el traspaso de los servicios. Dadas las condiciones punitivas y perjudiciales que sufren los refugiados y los solicitantes de asilo, se requiere una experiencia especializada. ACNUR está muy preocupado por el hecho de que no se mantenga un nivel suficiente de experiencia y conocimiento.

A pesar de los reiterados llamamientos que ACNUR ha venido efectuando desde abril de 2016 para que los refugiados y solicitantes de asilo sean trasladados a lugares con condiciones humanas que cuenten con servicios adecuados a sus necesidades, cuatro refugiados han muerto trágicamente en Papúa Nueva Guinea.