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Agua, saneamiento e higiene

Agua, saneamiento e higiene

El agua, el saneamiento y la higiene (WASH, por sus siglas en inglés) se encuentran en el núcleo de la vida de cualquier persona.

Las poblaciones refugiadas suelen vivir en entornos donde se dificulta el acceso a estos tres elementos. La falta de agua potable, de saneamiento y de higiene ponen en riesgo la salud, la educación y los medios de vida de las personas refugiadas.

Los programas WASH de ACNUR buscan crear un entorno más saludable para las poblaciones refugiadas y para las comunidades de acogida en emergencias y en situaciones que se hayan estabilizado o que sean de larga duración.
Agua, saneamiento e higiene

WASH, por sus siglas en inglés, es el acrónimo de agua, saneamiento e higiene. Aunque cada palabra representa un área de trabajo independiente, las tres se interrelacionan y ayudan a que las personas refugiadas se mantengan saludables. La falta de sanitarios puede contaminar las fuentes de agua para beber y cocinar. La falta de agua potable expone a las poblaciones refugiadas a enfermedades e infecciones. La falta de jabón y de otros productos de higiene, con inclusión de los productos de higiene femenina, puede derivar en la propagación de patógenos en los hogares y en las comunidades.

Debido a que cuentan con recursos limitados, las personas refugiadas suelen vivir en zonas densamente pobladas, donde el acceso al agua, al saneamiento y a la higiene tiende a encontrarse por debajo de los estándares esenciales. Al mismo tiempo, la densidad poblacional puede reducir la cantidad de agua potable por persona y aumentar la propagación de enfermedades y patógenos. En algunos contextos, las familias refugiadas comparten un sanitario común, que suelen utilizar hasta cincuenta personas. En vista de que las instalaciones de saneamiento suelen ser compartidas, este hecho puede obstaculizar una higiene adecuada, así como exponer a las personas refugiadas en mayor situación de vulnerabilidad a acoso, hostigamiento, y violencia sexual y de género.

Además, día con día, las personas refugiadas pasan horas recorriendo grandes distancias o haciendo fila en bombas o pozos para recolectar agua, una tarea de la que suelen hacerse cargo las mujeres y las niñas, lo cual limita el tiempo que pueden dedicar a su educación, medios de vida u otras actividades. Aunado a ello, el camino puede ser peligroso en vista de que las mujeres y las niñas corren el riesgo de sufrir lesiones (por cargar el agua sobre sus cabezas) y se exponen a sufrir violencia sexual, psicológica o física.

¿Qué está haciendo ACNUR para ampliar el acceso de las personas refugiadas a agua, saneamiento e higiene?

Durante las emergencias, las iniciativas WASH de ACNUR garantizan la supervivencia inmediata, la dignidad y la prevención de la propagación de enfermedades. Conforme la situación se estabiliza o se prolonga, ACNUR se centra en soluciones sostenibles mediante la formación, la infraestructura y las actividades en favor de la higiene dirigidas por las propias personas refugiadas. En congruencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ACNUR promueve el acceso universal y equitativo al agua, saneamiento e higiene para personas refugiadas y comunidades de acogida.

ACNUR aboga, frente a los gobiernos, por la inclusión de las poblaciones refugiadas en los sistemas WASH, lo cual incluye planes, presupuestos y seguimiento. En caso de que un gobierno no cuente con sistemas de monitoreo o en el supuesto de que, de contar con ellos, estos no consideren a las personas refugiadas, el sistema de monitoreo WASH de ACNUR recaba datos de hogares y comunidades (con inclusión de escuelas e instalaciones sanitarias). ACNUR, los gobiernos y sus socios utilizan datos para adaptar los programas con el propósito de hacer lo posible por cumplir con normas y objetivos que tienen relevancia en emergencias de refugiados y en situaciones prolongadas.

En caso de que requieran apoyo los países que han dado acogida a poblaciones refugiadas, ACNUR ofrece formación, guía, mejora de la infraestructura, apoyo operativo, mantenimiento y financiamiento. Para impedir la propagación de una enfermedad o para garantizar que las personas refugiadas tengan suficiente agua potable, ACNUR puede transportar, almacenar y tratar agua en zonas donde sea escasa la infraestructura para su suministro. Del mismo modo, ACNUR puede construir o proporcionar sanitarios, así como apoyar en el desecho de residuos, al tiempo que amplía el acceso a jabones, productos de limpieza y artículos de higiene. Mediante la gestión adecuada de residuos sólidos, ACNUR ayuda en el control o la eliminación de enfermedades transmitidas por vectores, como mosquitos, moscas y otras alimañas.

Las campañas, la formación y las iniciativas comunitarias de ACNUR buscan generar conciencia, proporcionar artículos de higiene y suscitar los cambios conductuales que se requieren para mejorar las condiciones de higiene. Los programas de educación pueden abordar desde el lavado de manos hasta la gestión de la menstruación en contextos carentes de recursos. La menstruación en situaciones de refugiados puede suponer muchos retos debido a los tabús, el secretismo y la vergüenza. En específico, durante las emergencias, las mujeres y niñas refugiadas enfrentan aún más barreras cuando menstrúan debido a que no tienen privacidad ni seguridad; además, no siempre cuentan con artículos de higiene femenina.

Mediante la formación, las actividades de promoción de higiene a cargo de las personas refugiadas y la creación de un comité WASH, ACNUR también trabaja para garantizar que las personas refugiadas participen en los servicios de agua, saneamiento e higiene. Las poblaciones refugiadas pueden participar en el diseño y la ubicación de letrinas y puntos de acceso al agua, así como en la operación y mantenimiento de las instalaciones y los servicios.

Para obtener más información sobre los programas WASH de ACNUR, visite https://wash.unhcr.org/.