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Salud sexual y reproductiva

Salud sexual y reproductiva

Las necesidades en materia de salud sexual y reproductiva no se detienen cuando se presenta una emergencia que provoca desplazamientos.

La violencia de género, el riesgo de contraer VIH u otras enfermedades de transmisión sexual, y las complicaciones durante el embarazo o el parto son algunas de las amenazas que atentan desproporcionadamente contra la salud y el bienestar de las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza.

ACNUR ayuda a brindar servicios de salud sexual y reproductiva para que estas personas tengan acceso a atención médica vital y puedan vivir con dignidad.
Salud sexual y reproductiva

Prestar servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y con oportunidad puede salvar vidas. Tales servicios incluyen cuidado materno-infantil, salud adolescente, servicios clínicos y psicosociales para sobrevivientes de violencia de género, así como prevención y tratamiento del VIH. Estos servicios, que son esenciales, promueven derechos individuales y permiten que las personas desplazadas tengan la libertad de elegir no solo si desean o no tener relaciones sexuales o concebir, sino también en qué momento y cómo hacerlo.

A pesar de los logros alcanzados, no obstante, los servicios de salud sexual y reproductiva no siempre están disponibles cuando emerge una crisis de refugiados; de igual forma, no siempre se tiene acceso a servicios integrales en otras fases del ciclo de desplazamiento.

¿Qué hace ACNUR para que las personas refugiadas tengan acceso a servicios de salud sexual y reproductiva?

ACNUR colabora estrechamente con socios y gobiernos de acogida para mejorar la calidad de los servicios de salud sexual y reproductiva, así como garantizar que las personas refugiadas tengan acceso a ellos.

Asimismo, ACNUR no solo adquiere medicamentos vitales y esenciales, anticonceptivos y equipo médico, sino que también capacita y apoya al personal sanitarios – tanto del gobierno como de los socios – para impulsar el acceso de las personas refugiadas a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y en condiciones de igualdad. Los trabajadores de la salud comunitarios que han sido capacitados por ACNUR y que cuentan con su apoyo (la mayoría son personas refugiadas) también proporcionan información cultural y lingüísticamente pertinente, hacen remisiones y ofrecen apoyo para que las comunidades sepan cómo mejorar el bienestar propio y de sus familias.

Si bien las mujeres – niñas, jóvenes y adultas –están en el centro de las estrategias en materia de salud sexual y reproductiva, los hombres – niños, jóvenes y adultos – también tienen necesidades que requieren de respuestas inclusivas. Los programas que ACNUR ha desarrollado en materia de salud sexual y reproductiva consideran el contexto cultural y promueven la inclusión y la igualdad de género. El propósito de ACNUR es garantizar la disponibilidad de cuidados de calidad y servicios integrales que incorporen las normas de derechos humanos universalmente reconocidas.

Cuidado materno-infantil

La mayor parte de las muertes maternas y neonatales pueden prevenirse contando con atención especializada antes, durante y después del parto. Existen tratamientos para afecciones que ponen en riesgo la vida, como la hemorragia postparto (sangrado grave que suele presentarse después del alumbramiento), eclampsia (complicaciones por presión sanguínea alta durante el embarazo), infecciones o complicaciones del aborto no seguro. Algunas discapacidades graves, como la fístula obstétrica (un orificio entre la vagina y la vejiga o el recto que provoca incontinencia de orina o de heces), también pueden recibir tratamiento.

Para satisfacer necesidades de este tipo, ACNUR proporciona o financia suministros, medicamentos o equipo esencial, servicios de ambulancia y de estudios clínicos, infraestructura y sueldos del personal médico. Además, capacita a asistentes de parto (comadronas, por ejemplo) en obstetricia de emergencia, cuidados perinatales y cuidados postnatales.

Métodos anticonceptivos y planificación familiar

Tener acceso a anticonceptivos y planificación familiar es un derecho humano. Teniendo acceso a la planificación familiar y a métodos anticonceptivos, las personas refugiadas podrán prevenir embarazos no deseados, discapacidades, abortos no seguros, y muertes maternas y perinatales. Algunos métodos anticonceptivos de barrera, como los preservativos, también reducen el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.

ACNUR ha desarrollado guías y ofrece capacitación – en materia de métodos anticonceptivos, planificación familiar, y salud sexual y reproductiva para todas las personas – a personal médico tanto de socios como de gobiernos, trabajadores de salud comunitarios y personal de vinculación con refugiados. Por otra parte, ACNUR facilita el acceso a métodos anticonceptivos por medio de servicios sanitarios (incluidos los preservativos femeninos y masculinos), y brinda información para usarlos adecuadamente.

Control y prevención del VIH

La experiencia de cada persona refugiada es distinta; por tanto, aunque el control y la prevención del VIH son necesarios, deben adecuarse a las necesidades específicas de cada caso. Es posible que, en su país de origen, muchas personas refugiadas y desplazadas no tengan acceso a información sobre el VIH ni sobre el diagnóstico o el tratamiento; o bien, cabe la posibilidad de que el tratamiento de muchas de estas personas haya sido interrumpido por la necesidad de huir. En los países de acogida, los servicios informativos, educativos y de prevención del VIH no siempre están al alcance de todas las personas debido a barreras lingüísticas y culturales.

ACNUR colabora con gobiernos, socios y donantes (como el Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria) para facilitar el acceso de las personas refugiadas a prevención, tratamiento y cuidados por VIH, proporcionando medicamentos (incluidos los fármacos antirretrovirales), preservativos, pruebas de laboratorio, asesoría y tratamiento médico.

La incidencia, la capacitación y la labor comunitaria de cuidados que ACNUR lleva a cabo favorecen la inclusión de las personas refugiadas en los sistemas, las políticas y los programas nacionales de salud; asimismo, permiten que los refugiados tengan conocimiento de los servicios que tienen a su disposición. ACNUR y el Programa Mundial de Alimentos copatrocinan el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (UNAIDS); además, son co-convocantes del grupo de trabajo interagencial sobre servicios relacionados con el VIH en emergencias humanitarias.

Necesidades específicas de comunidades distintas

Aun con la incertidumbre que opaca la vida de muchas personas refugiadas, existen poblaciones en grave situación de vulnerabilidad, como los adolescentes, las personas con discapacidad, las personas LGBTIQ+, y las personas que venden o intercambian sexo.

Salud sexual y reproductiva en la adolescencia

Los adolescentes en contextos humanitarios o de refugiados corren mayor riesgo de sufrir abuso o explotación sexual, de dañar su salud reproductiva o, incluso, de morir. De hecho, las complicaciones en embarazos y partos son algunas de las causas de muerte más frecuentes en la adolescencia. El riesgo de morir es mucho más alto para los bebés de madres adolescentes que para aquellos de mujeres adultas. Además, en la adolescencia, mujeres y hombres son más susceptibles a contraer enfermedades de transmisión sexual.

Para atender esta problemática, ACNUR y Save the Children publicaron Salud sexual y reproductiva en la adolescencia en situaciones de refugiados: una guía práctica para intervenciones mediante programas de salud pública (disponible en inglés). El propósito de esta caja de herramientas es crear y fortalecer los servicios de salud sexual y reproductiva, así como empoderar a las personas jóvenes para que conozcan y ejerzan sus derechos, lo que incluye prevenir embarazos precoces o no deseados, explotación y violencia sexual, así como matrimonios infantiles, precoces o forzados.

Personas que venden o intercambian sexo

Las duras condiciones en que viven las personas refugiadas pueden llevar a la venta o el intercambio de sexo para obtener alimentos, abrigo, dinero, bienes o servicios. Las personas que venden o intercambian sexo tienen necesidades sanitarias y de protección especiales que, con frecuencia, no se satisfacen.

En respuesta, la directriz operativa Dar respuesta a las necesidades sanitarias y de protección de las personas que venden o intercambian sexo en contextos humanitarios (disponible en inglés) busca mejorar el acceso a servicios esenciales de salud y de protección, reducir la transmisión del VIH y de otras enfermedades, prevenir embarazos no deseados, promover la seguridad, fortalecer las respuestas comunitarias, impulsar el empoderamiento económico, y luchar contra los estigmas y la discriminación.

Personas LGBTIQ+

El acceso de las personas que se identifican como LGBTIQ+ a la atención médica – incluida la salud sexual y reproductiva, el apoyo integral a sobrevivientes de violencia de género, la profilaxis previa a la exposición para quienes tienen mayor riesgo de contraer VIH, y la terapia hormonal para personas transgénero – debe ser equitativo.

La guía de ACNUR sobre El trabajo con personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer durante el desplazamiento forzado hace énfasis en la intersección entre las necesidades sanitarias y de protección de esta población.

Estudios, evaluaciones, experiencias en el terreno y lecciones aprendidas
Salud materna y perinatal: Recursos para capacitación I

Webinario sobre la mejora de la salud perinatal en contextos de refugiados: Parte I – Parte II

Webinario sobre la mejora de la salud materna en contextos de refugiados: Parte I – Parte II

Salud materna y perinatal: Recursos para capacitación II
Anticonceptivos y planificación familiar

Recursos para capacitación
Webinario sobre anticonceptivos y planificación familiar en contextos de refugiados: Parte I

Recursos externos