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Adaptación y resiliencia climática

Desplazamiento y cambio climático

Adaptación y resiliencia climática

Con frecuencia, las personas desplazadas por la fuerza se encuentran en la primera línea de la crisis climática. ACNUR trabaja para garantizar que las personas refugiadas y desplazadas internas, así como las comunidades de acogida, puedan prepararse, resistir y recuperarse de los efectos de los choques y perturbaciones climáticos, que incluyen aún más desplazamientos.
Un trabajador de ACNUR charla con otro hombre en un sitio afectado por inundaciones
Sin importar la razón por la que huyen, las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza a menudo residen en lugares propensos a fenómenos meteorológicos peligrosos, o bien donde las condiciones ambientales son duras.

Los choques y las perturbaciones que provoca el cambio climático – como las inundaciones, los ciclones, los incendios forestales y las sequías – suponen un riesgo significativo para las personas refugiadas y desplazadas internas. Muchas de ellas viven en sitios que son vulnerables al cambio climático; con frecuencia, en viviendas improvisadas que no cuentan con los recursos, los medios ni la capacidad para que las personas puedan adaptarse a condiciones climáticas cada vez más extremas e impredecibles.

Los efectos de estos peligrosos fenómenos climáticos también obstruyen el acceso a medios de vida y oportunidades laborales. De manera similar, la sobrecarga de los limitados recursos naturales – como el agua o la tierra cultivable – pueden alimentar las tensiones entre las poblaciones desplazadas y las comunidades de acogida.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, colabora con los Estados y otros socios para garantizar que las personas forzadas a huir y las comunidades de acogida que viven en condiciones muy vulnerables al clima puedan resistir, recuperarse y protegerse de amenazas nuevas o crecientes que se deben al cambio climático y ponen en riesgo vidas y medios de subsistencia.

ACNUR tiene el compromiso de impulsar la adaptación y la resiliencia – tanto de las personas refugiadas y desplazadas internas como de las comunidades de acogida – frente a los riesgos que supone el cambio climático; esa es la piedra angular de la acción climática de la organización.

Reforzar la preparación y la respuesta a los choques climáticos y a las crisis de lenta aparición

ACNUR colabora con los gobiernos y los apoya en la protección de las personas refugiadas y otras desplazadas por la fuerza que se han visto afectadas por choques climáticos, como ciclones, inundaciones, incendios forestales, tormentas y desastres de lenta evolución (por ejemplo, crisis alimentarias provocadas por sequías o falta de medios de vida). La organización pretende complementar los esfuerzos de actores gubernamentales locales para garantizar que las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas, así como las comunidades de acogida, reciban protección y asistencia humanitaria, que son vitales, de manera oportuna y efectiva.

Siempre que se requiera, ACNUR proporcionará artículos de ayuda no alimentaria, que incluyen mantas y lonas; asimismo, ofrecerá alojamiento sostenible y resiliente al clima para que las personas desplazadas puedan protegerse de las fuertes lluvias o de otros riesgos meteorológicos. Además, brindará ayuda en efectivo para que las comunidades afectadas puedan comprar lo que necesitan tras una situación de emergencia (por ejemplo, artículos de higiene). 

Conocer más detalles: Consulta la Política de preparación y respuesta ante situaciones de emergencia de ACNUR

Abogar por la inclusión de las personas desplazadas por la fuerza en las políticas y planes de adaptación al clima y de gestión y reducción de riesgos de desastre

ACNUR no solo aboga por la creación o ampliación de servicios nacionales de gestión de riesgos de desastres que incluyan a las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza, sino que también apoya a los gobiernos y a otros socios humanitarios y para el desarrollo en estos esfuerzos. En una crisis de desplazamiento, cuando las personas desplazadas llegan a áreas en las que no residen oficial ni habitualmente, o bien a países en los que no tienen la ciudadanía, su arribo supone un desafío para la comunidad, ya que esta puede no estar contemplada en los planes de gestión de riesgo de desastre del gobierno de acogida.

En un contexto así, la Agencia de la ONU para los Refugiados trabaja con sus socios para apoyar a los gobiernos y a otros actores locales en la creación o ampliación de los sistemas de alarma o de las medidas de preparación en zonas en las que se han instalado las personas desplazadas. Asimismo, ACNUR se esfuerza por garantizar que se incluya a las comunidades retornadas en las políticas, planes y programas nacionales y locales para la reducción de riesgos de desastres y para la adaptación al cambio climático.

Colaborar con las personas desplazadas por la fuerza para preservar y rehabilitar el ambiente

ACNUR colabora con las comunidades desplazadas por la fuerza en la preservación y rehabilitación del ambiente en los campamentos y asentamientos informales, lo que incluye apoyar la siembra de árboles, la agricultura sostenible y los esfuerzos por lograr que los campamentos sean más ecológicos. ACNUR procura garantizar que las personas desplazadas por la fuerza tengan acceso a servicios que promuevan un uso sostenible de los recursos naturales y que preserven la limpieza y el bienestar ambiental.

Asimismo, la organización ha estado liderando la transición a las energías renovables; por ejemplo, incorporando sistemas solares en pozos, escuelas y demás instalaciones que benefician a las personas desplazadas y a las comunidades de acogida. Al ampliar el acceso de las personas desplazadas por la fuerza a servicios resilientes al clima, ACNUR ayuda a reducir la dependencia de recursos naturales limitados o escasos, al tiempo que disminuyen las tensiones con las comunidades de acogida. Siempre que le es posible, la organización insta a los gobiernos y a los socios a invertir en servicios públicos sostenibles y respetuosos del entorno para las comunidades que han dado acogida a personas desplazadas y apátridas.

Además, ayuda a las poblaciones desplazadas por la fuerza a encontrar empleo y medios de vida que sean sostenibles y resilientes al clima; por ejemplo, gestionar una estación de energía solar en una comunidad o campamento de refugiados, crear un pequeño negocio que produzca o venda artesanías hechas con materiales reciclados, o bien diseñar proyectos de agricultura sustentable para cultivar vegetales.

¿En qué lugares se han tomado acciones climáticas?

La Agencia de la ONU para los Refugiados trabaja en una visión a largo plazo en la sede, las oficinas regionales y las más de 130 operaciones de país. En particular, se está enfocando en 22 países que han dado acogida a un gran número de personas desplazadas por la fuerza y apátridas a pesar de ser altamente vulnerables al cambio climático.

Por otro lado, como parte de la respuesta humanitaria en Sudán del Sur, ACNUR colaborará con personas refugiadas y comunidades de acogida para que las zonas inundadas produzcan alimentos, lo cual impulsará la resiliencia climática de las comunidades.

Dos personas caminan sobre sacos de arena para cruzar una zona inundada en Sudán

En la aldea de Nhier viven 160 personas. La aldea está rodeada de sacos de arena, pues sus residentes han tratado de contener el agua que les rodea, cuyo nivel sube poco a poco. Sin embargo, dado que la temporada de lluvias se aproxima, quizás tengan que trasladarse al asentamiento de desplazados internos que está cerca de Bentiu.

En Pakistán, con apoyo de socios para el desarrollo, ACNUR ha estado suministrando energías limpias a más de 250.000 personas refugiadas y de las comunidades de acogida. En consecuencia, se ha ampliado el acceso de los refugiados a los medios de vida y, por tanto, a la autosuficiencia.

En Uganda, la organización ha apoyado el diseño de un plan gubernamental para llevar agua y cuidar del ambiente en zonas que han dado acogida a las personas refugiadas; asimismo, ha obtenido financiación para el desarrollo en beneficio de las personas refugiadas y de las comunidades de acogida.

Un grupo de mujeres llena bidones con agua

Junto con sus vecinas, Tumusifu Marcelina y Shimiyimana Charlotte, Nikuze Rachel (izquierda) recolecta agua en una toma en su vecindario en Rubondo, en el asentamiento de refugiados de Nakivale. Como integrante de la Comisión de Uso del Agua, Nikuze Rachel ayuda a proteger y a cuidar la fuente de agua de la comunidad.

En Malawi, ACNUR está buscando una alianza con la Unión Africana para ofrecer a las poblaciones desplazadas un seguro paramétrico de riesgo climático que les permita contar con fondos predecibles en caso de choques climáticos. Esto fortalece la resiliencia económica frente al cambio climático.