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Gobierno angoleño visita Brasil para intercambiar experiencias sobre asilo

Historias

Gobierno angoleño visita Brasil para intercambiar experiencias sobre asilo

Con 35 años de independencia, Angola se encuentra en la fase de "intercambiar experiencias, examinar políticas y volver a organizarse".
16 Diciembre 2010
Representantes del COREDA y del ACNUR en Angola visitan las instalaciones del SESC (Servicio Social de Comercio) Carmo, en São Paulo, una de las instituciones socias para la integración de los refugiados.

SÃO PAULO, Brasil, 16 de diciembre (ACNUR) – Con 35 años de independencia, Angola se encuentra en la fase de "intercambiar experiencias, examinar políticas y volver a organizarse", afirma la jefa del Departamento de Refugiados del gobierno angoleño Teresa Silva, que acaba de liderar una misión a Brasil para conocer mejor cómo se trata la cuestión del asilo en el país.

La misión reunió a representantes del Comité para el Reconocimiento del Derecho de Asilo (COREDA) de Angola y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en este país africano. El COREDA está reformulando la ley angoleña sobre asilo y desea, cuando llegue el momento adecuado, incorporar elementos de la legislación en vigor en materia en países lusófonos. Los primeros destinos de esta misión fueron Portugal y Brasil.

En São Paulo, los representantes del COREDA y del ACNUR en Angola realizaron una visita al Centro de Acogida para Refugiados de Cáritas de la Archidiócesis de São Paulo, socio implementador del ACNUR en Brasil, y a instituciones que proporcionan amparo y un buen conocimiento de la lengua portuguesa a los solicitantes de refugio y refugiados en proceso de integración.

En Brasilia, el grupo participó en una reunión entre el Comité Nacional para los Refugiados (CONARE), órgano ligado al Ministerio de Justicia que valora las solicitudes de asilo, y la oficina del ACNUR en el país.

"Brasil es pionero en políticas para extranjeros víctimas de persecuciones y conflictos. Lo que nos llama la atención es la solidaridad del brasileño, además de la firme articulación que existe entre la sociedad civil, el gobierno y el ACNUR en la conservación de las estructuras creadas para ayudar a los refugiados en el país", afirmó el presidente del COREDA, Gilberto Major.

Creado legalmente en 1990 y fundado en 1996, el COREDA reúne los ministerios de Justicia, Asuntos Exteriores, Asistencia y Reintegración Social, además del Ministerio del Interior (éste último representado doblemente para agregar el Comité al Servicio de Migración y Extranjeros). Su misión consiste en manejar todo el proceso de reconocimiento de la condición de refugiado, llamado proceso de elegibilidad.

Al principio, los esfuerzos del COREDA se centraban en reconocer a los refugiados que llegaban en grandes grupos, como resultado de conflictos en los países vecinos de Angola. Hoy, su actividad se concentra en el análisis de casos individuales.

En la actualidad, en Angola hay 14 mil refugiados y 4 mil solicitantes de asilo. La mayoría viene de la República Democrática del Congo, después de Costa de Marfil, Congo y otros países como Chad, Ruanda, Burundi, Uganda, Sierra Leona, Guinea, Guinea-Bissau, Burkina Faso y República Centroafricana.

"Estas personas huyen, principalmente, de conflictos políticos y étnicos", afirmó el presidente del COREDA. Se dirigen hacia Angola porque el país es signatario de las convenciones internacionales y, por lo tanto, ofrece buenas condiciones de protección legal y solidaridad", añadió Major.

Promover la integración efectiva de estas personas es un desafío importante. Para Zelmira Sinclair, Representante Adjunta del ACNUR en el país africano, es necesario avanzar, proporcionando apoyo legal para que los refugiados sean económicamente activos y participen en la construcción de la sociedad.

"En Angola, las personas reconocidas como refugiados no pueden cambiar su estatus migratorio. La legislación actual no permite reconocer la residencia después de cierto tiempo viviendo en el país, a diferencia de Brasil", explica Sinclair. "Si, legalmente, las personas siguen siendo refugiados, se encuentran con dificultades a la hora de alcanzar su autonomía, lo que presenta muchos obstáculos para su integración. Los catangueses que llegaron hace 30 años, por ejemplo, no cuentan con una residencia permanente. Para ellos es muy difícil alquilar una casa, abrir un negocio o ingresar en el mercado laboral. En resumidas cuentas, llevar una vida como la de cualquier otro ciudadano", afirma.

De los 14 mil refugiados en Angola, 12 mil son de la República Democrática del Congo, en su mayoría de Katanga. "Su integración crearía un escenario completamente diferente, muchas menos personas vivirían como refugiados", afirma Sinclair.

Además del paso por Portugal y Brasil, la misión conjunta del COREDA y el ACNUR pretende visitar Namibia y Zambia, que acogen a refugiados angoleños. Su intención es debatir y estimular políticas comparativas, creando así una reciprocidad entre los países que acogen a poblaciones vecinas.

Karin de Pecsi e Fusaro, São Paulo