ACNUR pide mayor seguridad en Sudán del Sur ante el desplazamiento de su personal humanitario
ACNUR pide mayor seguridad en Sudán del Sur ante el desplazamiento de su personal humanitario
ACNUR está extremadamente preocupado por las decenas de miles de personas atrapadas o desplazadas por los combates en Sudán del Sur. Desde que el pasado 15 de diciembre estallaron en Juba los violentos enfrentamientos entre facciones rivales en el seno del Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán y el Ejército para la Liberación del Pueblo de Sudán (conocidos bajo las siglas en inglés SPLM y SPLA, respectivamente), más de 180.000 sursudaneses han huido de sus casas y unos 10.000 han cruzado la frontera hacia países vecinos. Los continuos combates y la inseguridad dificultan el acceso a estas personas, y en algunos casos, lo convierten en un reto imposible.
El conflicto, que ahora se ha extendido a siete de los diez estados de Sudán del Sur, también ha dificultado las condiciones de los trabajadores humanitarios. Como consecuencia, ACNUR ha reducido sus operaciones en algunas regiones aunque, a pesar del peligro y las dificultades, más de 200 trabajadores nacionales e internacionales de la Agencia siguen en el país evaluando las necesidades humanitarias y enviando ayuda junto a los socios de ACNUR a los nuevos desplazados internos y refugiados en Sudán del Sur.
"La distribución ininterrumpida de ayuda es crucial", declaró el responsable de ACNUR para las operaciones en África, Oscar Mundia. "La seguridad de nuestro personal y de las personas a la que servimos es lo primero, por supuesto, pero también podemos utilizar nuestras redes nacionales y de refugiados para buscar alternativas a la hora de ofrecer asistencia cuando sea absolutamente necesario", añadió.
Dentro del país, ACNUR está trabajando, en particular, con la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS por sus siglas en inglés) y la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) para asistir a la población desplazada. Los esfuerzos de ACNUR incluyen la colaboración para ayudar a más de 75.000 personas que están refugiadas en las bases de la UNMISS en Juba, Bor, Pibor, Malakal y Bentiu. ACNUR y su socio Africa Humanitarian Action han enviado lonas de plástico, esteras y otros materiales de ayuda humanitaria a 244 personas que se han refugiado en la Iglesia Católica de Santa Teresa, en el distrito de Kaor, en Juba, y a unas 250 que están en la estación de Juba. En coordinación con otras agencias en el terreno, el personal de ACNUR también está trabajando para identificar lagunas en la asistencia, de modo que se puedan mandar suministros no alimentarios adicionales desde Juba cuando se necesite y sea posible.
ACNUR ha designado un planificador de campamentos para trabajar conjuntamente con UNMISS y levantar campos para las personas desplazadas en las bases de UNMISS en Juba. Esta ayuda podrá ser ampliada a otros lugares en caso necesario. ACNUR también está ayudando a liderar los esfuerzos de varias agencias en la coordinación de campamentos y gestión en general, así como en el suministro de refugios de emergencia y materiales no alimentarios.
La Agencia de la ONU para los Refugiados también lidera el grupo de trabajo especializado en protección, que tiene por objetivo garantizar la seguridad de las personas vulnerables desplazadas en Sudán del Sur. El personal de la Agencia participa en misiones de evaluación y respuesta a las necesidades de estas personas.
ACNUR también sigue apoyando a los 210.000 refugiados que viven en Sudán del Sur, procedentes principalmente de Sudán y residentes sobre todo en el norte del país. En los campos de refugiados de Yida y Ajoung Thok, en el estado de Unity, por ejemplo, la Agencia ofrece servicios básicos como el suministro de comida y agua a más de 75.000 personas con la ayuda de personal nacional y socios como Samaritan's Purse, el Comité Internacional de Rescate y el Consejo danés para los Refugiados. Los trabajadores y voluntarios de las comunidades locales y de refugiados también juegan un papel importante a la hora de facilitar servicios. Los servicios sanitarios se ofrecen en forma de hospitalización o atención ambulatoria, así como de asistencia en el parto y cuidado para los bebés.
Los campos de refugiados en el condado de Maban, en el estado de Alto Nilo, también siguen operativos.
Por ejemplo, unos 20 trabajadores de ACNUR, junto al de otras contrapartes, han podido hasta ahora llevar a cabo la distribución de alimentos para 122.532 personas en los campos de refugiados de Doro (47.422), Yusuf Batil (39.033), Kaya (18.788) y Gendrossa (17.289).
Desde que comenzaron los combates, el personal de ACNUR en los países vecinos se ha estado preparando para la llegada de nuevos refugiados. A fecha de 30 de diciembre, un total de 4.693 sursudaneses han llegado a Etiopía, 3.563 a Uganda, 950 a Kenia y varios centenares a Sudán. Los combates y la inseguridad implican que en algunos casos el personal de ACNUR y sus socios tienen acceso limitado e incluso nulo a zonas fronterizas, como por ejemplo entre Sudán del Sur y Sudán.
"Por eso trabajar con socios es fundamental", señala Oscar Mundia. "Podemos monitorear una situación muy cambiante y confirmar o descartar las noticias que recibimos acerca de desplazamientos. También estamos trabajando con los gobiernos nacionales para estar preparados para recibir y asistir a nuevos refugiados, ofreciéndoles seguridad y protección".
Un elemento especialmente importante del trabajo de ACNUR es la protección de los niños. Las familias a veces quedan separadas y algunos menores se pierden cuando tienen que huir de repente de los combates. Por eso, entre las actividades que lleva a cabo el personal de ACNUR, se incluyen la creación de espacios adaptados para los niños en los campos y la asistencia para la identificación y reunificación de familias.
En general, la situación sigue siendo crítica en Sudán del Sur, apenas dos años después de la independencia del país. Junto con la comunidad internacional, la Agencia de la ONU para los Refugiados aboga por un fin pacífico y político de las hostilidades. Hasta entonces, ACNUR exige una mayor seguridad y protección para las personas desplazadas, los refugiados y los trabajadores humanitarios.