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Los donantes comprometen 1.200 millones al ACNUR para la protección de refugiados y los programas humanitarios

Comunicados de prensa

Los donantes comprometen 1.200 millones al ACNUR para la protección de refugiados y los programas humanitarios

5 Diciembre 2019 Disponible también en:
El personal del ACNUR habla con los estudiantes el primer día del trimestre en la escuela Tal Estabel en Alepo, Siria, septiembre de 2019.

Hoy, en una conferencia anual de compromisos en Ginebra, los gobiernos donantes comprometieron 1.200 millones de dólares al ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para proporcionar asistencia humanitaria y salvaguardar los derechos de decenas de millones de personas desplazadas forzosas y apátridas para 2020 y más adelante.

Los compromisos incluyen una suma inicial de 884,4 millones de dólares para 2020 para proporcionar alojamiento, alimentos, agua limpia y saneamiento, atención médica, educación y protección legal a las personas refugiadas y desplazadas internas, y ayudar a las personas apátridas a obtener una nacionalidad. Esto representa alrededor del 9 por ciento de los 8.700 millones de dólares que ACNUR estima necesarios para sus programas del próximo año.

Además, se han comprometido unos 310 millones de dólares para la programación multianual, una demostración de confianza en la organización que permite al ACNUR ser más eficiente y eficaz en su planificación y apoyo a largo plazo de una manera más sostenible.

“Después de una década en la que el desplazamiento forzado alcanzó niveles récord año tras año, las necesidades humanitarias de los afectados por la guerra y la persecución son ahora mayores que nunca”, dijo la Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, Kelly T. Clements. “Este apoyo es un gran comienzo para este año. Con contribuciones tempranas, flexibles y generosas, podemos aliviar el sufrimiento de las personas y sus anfitriones afectados y ayudarlos a hacer frente a las presiones a largo plazo”.

La puntualidad de estos compromisos permitirá la continuidad de las actividades que salvan vidas, incluidas algunas de las operaciones más grandes del mundo que responden a las crisis en Siria, Irak, Yemen, Sudán del Sur, Bangladesh, Venezuela, la República Democrática del Congo y en todo el Sahel.

Sin embargo, la brecha entre las necesidades y los fondos disponibles continúa creciendo. Múltiples conflictos siguen sin resolverse, más personas se ven desarraigadas de sus hogares, en parte alimentadas por los efectos del cambio climático, la pobreza y la desigualdad.

“La ayuda humanitaria debe complementar, no sustituir, la acción política” dijo Clements. “Debe ir de la mano con más ambición para negociar la paz, fomentar el desarrollo y abordar las causas fundamentales de por qué las personas se ven obligadas a moverse en primer lugar”.

Esta visión se refleja en los objetivos del Foro Mundial sobre los Refugiados, que tendrá lugar en Ginebra del 17 al 18 de diciembre de 2019. Los donantes han manifestado su intención de comprometer apoyo financiero adicional durante el Foro.

Se espera que los Estados, las empresas, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y los propios refugiados establezcan nuevas medidas audaces para aliviar las presiones sobre los países y las comunidades de acogida, ayudar a los refugiados a ser más autosuficientes al incluir inversiones en desarrollo desde el inicio de las respuestas de emergencia y avanzar busca soluciones a largo plazo.

Las contribuciones voluntarias de gobiernos, instituciones intergubernamentales, empresas privadas e individuos constituyen casi la totalidad de los fondos del ACNUR. Además de los compromisos de los gobiernos donantes de hoy, representantes de los ocho socios nacionales del sector privado del ACNUR asistieron a la conferencia por primera vez y anunciaron un compromiso inicial de 250 millones de dólares para 2020.

ACNUR agradece todas las contribuciones recibidas, en particular las que brindan financiación flexible y apoyo multianual, que son esenciales para que la organización conserve la flexibilidad y el dinamismo necesarios para responder rápidamente cuando estallan nuevas crisis y que ofrecen beneficios a más largo plazo para las personas refugiadas, desplazadas forzosas y quienes les acogen.