Un espacio de alojamiento y protección para proyectar el futuro de los jovenes embera
Un espacio de alojamiento y protección para proyectar el futuro de los jovenes embera
BOJAYÁ, Chocó, marzo 4 de 2016 (ACNUR) – "Aquí antes vivíamos separados y pagábamos cuarticos en arriendo y a veces no teníamos para el arriendo ni para la comida . . . Ahora nos gusta tener la Casa del Pensamiento de los Jóvenes Embera", con estas palabras Alenio Ibamiá, joven indígena desplazado y estudiante de 17 años, expresa su satisfacción de poder contar con un espacio seguro que garantice no solo su derecho a la educación sino su protección frente a diferentes riesgos que se presentan en el contexto. El municipio de Bojayá ha sido fuertemente afectado por el desplazamiento forzado; a la fecha, registros oficiales hablan de más de 31 mil víctimas de desplazamiento.
Alenio se refiere a la construcción e inauguración de la Casa Estudiantil para Jóvenes Indígenas llamada "Pensamiento de los Jóvenes Embera", un espacio de alojamiento facilitado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y que se inauguró hace unos días con la presencia del Alcalde municipal y autoridades indígenas de las organizaciones Asocamaibo, Drwandra, Acirup y la Asorewa.
La Casa Estudiantil, ubicada en el departamento del Chocó, beneficia a 48 jóvenes, hombres y mujeres de diferentes comunidades indígenas asentadas en los ríos Bojayá, Cuía y Pogue de la etnia Embera, pueblo señalado por la Corte Constitucional, junto a otros 34 pueblos, en peligro de extinción por causa del conflicto armado y el desplazamiento y es parte de la estrategia de soluciones que ACNUR implementa en el municipio de Bojayá.
Todos los jóvenes que ahora viven en la Casa son víctimas de desplazamiento forzado por los hechos ocurridos el 2 de mayo de 2002, cuando un cilindro bomba cayó dentro de la iglesia de Bojayá donde los habitantes se resguardaban de los enfrentamientos entre la guerrilla y un grupo paramilitar. 119 personas murieron en esta masacre y se desplazaron cerca de 6.OOO civiles. Algunos de los jóvenes de la Casa Estudiantil también son víctimas de otros hechos ocurridos en 2008 y 2013, cuando un grupo armado ilegal atacó las comunidades de Playa Blanca, Chanó y Mojaudó ubicadas en la misma cuenca del río Bojayá generando el desplazamiento de todos sus habitantes.
La Casa Estudiantil, diseñada con el apoyo de los mismos beneficiarios, permite que estudiantes indígenas que viven a más de 5 horas y otros a días de camino en bote río arriba, tengan la posibilidad de contar con un sitio de alojamiento, elemento clave para acceder a la educación secundaria en el único colegio de esta extensa región, contando con un lugar propio para desarrollar sus actividades académicas y comunitarias a la vez que se consolida una red de protección frente al reclutamiento, la utilización y las violencias basadas en género.
"Yo vivía muy mal en la habitación que tenía que alquilar antes, le faltaban algunas tablas y a veces se mojaba, no teníamos colchón ni cobijas y a veces pasábamos frío, dormíamos en las tablas. Me aburría y pensaba que no quería estudiar más, que quería tener una mujer y salirme de estudiar. No tenía tantos amigos como ahora que estamos juntos en nuestra Casa de los Jóvenes Indígenas. Ahora quiero seguir estudiando y seguir adelante hasta la universidad. Me nombraron en el gobierno estudiantil de la Casa con otros compañeros, queremos trabajar para cumplir el reglamento y mejorar así nuestra convivencia"; Arnelio Sausa Tapi relata así los nuevos sueños que posibilita para él la Casa Estudiantil.
Junto con el desarrollo de este espacio de protección, ACNUR viene desarrollando actividades de fortalecimiento de la gobernabilidad de las organizaciones indígenas en Bojayá, a través de la formación en liderazgo y empoderamiento sobre los derechos como víctimas de desplazamiento y como pueblos indígenas. Además la alcaldía se comprometió a continuar apoyando la Casa Estudiantil con acciones complementarias en infraestructura y seguridad alimentaria para los jóvenes indígenas.
De los 6.7 millones de personas desplazadas en el país, según fuentes oficiales, el 3% por ciento pertenecen a pueblos indígenas y el 10% a comunidades afrodescendientes.
Por Raúl Pineda, en Bojayá, Chocó, Colombia