ACNUR lamenta el fallecimiento de su distinguida exfuncionaria Belela Herrera
ACNUR lamenta el fallecimiento de su distinguida exfuncionaria Belela Herrera

En 2023, ACNUR homenajeó a Belela Herrera en el Parlamento de Uruguay.
BUENOS AIRES – ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, lamenta profundamente el fallecimiento de Belela Herrera y hace llegar a sus familiares y amigos su más sentido pésame. Profesora de Inglés y presentadora de televisión, María Bernabela Herrera Sanguinetti comenzó su carrera en Chile, en 1973. El golpe de Estado y las dramáticas horas que se vivieron a partir de ese acontecimiento llevaron a Belela a buscar salvar vidas por todos los medios posibles.
A esa tarea se volcó de lleno con una pasión y una determinación a prueba de todo. No midió costos personales ni materiales. Puso todo de sí –hasta su propio automóvil, un pequeño y con los años emblemático Fiat 600 de color rojo– para lo que entendía era “lo que había que hacer”: proteger a las personas frente a la barbarie. Si hubiese un instante que determinara la vida de las personas, quizás ese fue el momento en el que Belela conectó con su verdadera vocación: los derechos humanos.
En 1974, y tras una gestión de Enrique Iglesias, por entonces secretario ejecutivo de la CEPAL, ingresó al ACNUR, donde pudo continuar su tarea con credenciales diplomáticas. Tras desempeñarse por más de siete años en Santiago de Chile, Belela fue destinada a la Oficina Regional de ACNUR para el Sur de América Latina, con sede en Buenos Aires. Desde allí, Belela trabajó para que miles de personas de nacionalidad argentina, chilena y uruguaya encontraran protección en otros países para salvar sus vidas. La apertura de la Oficina de ACNUR en Río de Janeiro y más tarde en Madrid, marcaron un hito en esa tarea que desempeñó, otra vez, con enorme sacrificio y una vocación incansable.
Junto a otros dos ex funcionarios de ACNUR, el checo Oldrich Hasselman, Representante de ACNUR en Buenos Aires, el francés Guy Prim, Representante adjunto en Buenos Aires, y Leonardo Franco, por entonces Jefe de ACNUR para América Latina, Belela completó un trabajo que logró poner a salvo a miles de personas. Muy delicada en las formas pero contundente en el fondo, llevaba a cabo su tarea con un gran compromiso y una enorme determinación. En un reportaje realizado por ACNUR en 2023, explicaba sobre el arrojo con el que actuó en circunstancias tan difíciles: “Simplemente me importa lo que pasa al lado mío, al frente, porque lo siento. Yo no fui valiente, fui audaz”.
Belela forjó la apertura de la Oficina de ACNUR en Madrid, puerta de entrada para las personas refugiadas que llegaban a Europa escapando de la persecución ideológica y política en el Cono Sur. En la segunda mitad de los ochenta, y con la democracia de regreso en los países del Cono Sur, trabajó intensamente en el regreso de miles de personas de Argentina, Chile y Uruguay. Repetía, con orgullo, que “el exilio uruguayo fue un exilio ejemplar”.
En 2007, durante el Seminario “Testimonios de la Solidaridad Internacional”, organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Belela repasó aquellos años difíciles. “Las grandes conmociones dejan heridas profundas en los pueblos y requieren tiempo para cerrar. Pero también requieren valentía por parte de la sociedad para asumirlas y afrontarlas. No es posible construir el futuro sobre heridas abiertas; no es posible construir el futuro sobre el olvido”, enfatizó.
Sobre la importancia de hacer valer los convenios y tratados internacionales, como la la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y la Declaración de Cartagena de 1984, remarcó: “Debemos tratar de que sean puestos en práctica siempre, porque es lo que va a salvaguardar nuestras vidas y las vidas de los que nos siguen. Yo ya soy muy vieja, pero para los que vengan después. Gracias a ACNUR por haberme permitido desempeñar esta labor lo mejor que pude”.
En ACNUR también se desempeñó en la Oficina en Costa Rica y Madrid, pero quizás su contribución más importante fue su participación en el desarrollo de mecanismos regionales e instrumentos legales para la protección de las personas refugiadas en América Latina, en particular, la Declaración de Cartagena sobre Refugiados de 1984.
La estela de los derechos humanos la acompañó siempre. Su participación en los acuerdos de paz de El Salvador y en las primeras elecciones libres en Sudráfica tras el fin del Apertheid fueron dos hitos de una carrera que no encontraba descanso. En 1995 pasó a desempeñarse al frente de la Dirección de Relaciones Internacionales de la ciudad de Montevideo. Y en 2005 fue designada vicecanciller del Uruguay. Fue la primera mujer en desempeñar ese rol.
En 2022, ACNUR designó a su Oficina en Montevideo con el nombre de “Sala Belela Herrera”. “Todo lo que hice lo inspiró Perico Pérez Aguirre, cuando decía aquello de sentir el dolor del prójimo como propio”, expresó en aquella oportunidad. Un año después, la Agencia reconoció la trayectoria de Belela en un acto realizado en el Parlamento de Uruguay. Fue un merecido reconocimiento en vida a una mujer y una funcionaria ejemplar, de una estatura ética y moral descollante.
La Oficina Regional para el Sur de América Latina y el personal de ACNUR en todo el mundo ofrecen a la familia de Belela sus más sentidas condolencias.
En estos tiempos difíciles, continuaremos su legado, inspirados en su vocación, coraje y sensibilidad. No la olvidaremos nunca.