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Una madre ucraniana y su hijo reciben protección y educación en Polonia

Historias

Una madre ucraniana y su hijo reciben protección y educación en Polonia

En busca de una escuela segura y una educación estable para su hijo, una madre ucraniana con discapacidad huye a Polonia.
22 Febrero 2024
Tetyana, refugiada ucraniana de 58 años, recibe ayuda en efectivo de ACNUR en Polonia.

Tetyana, refugiada ucraniana de 58 años, recibe ayuda en efectivo de ACNUR en Polonia.

Tras más de año y medio sufriendo constantes bombardeos en Ucrania, Tetyana, de 58 años, decidió que por fin era momento de dejar su hogar y buscar un lugar seguro.

“Nuestra ciudad era bombardeada continuamente, y en la escuela de mi hijo no había un refugio en el que protegerse de los ataques aéreos. Los niños sencillamente tenían que correr a casa cada vez que había un ataque. Me di cuenta de que lo mejor para mi hijo era irnos”, dice Tetyana.

Desde muy joven, Tetyana había trabajado arduamente, dedicando largas horas a las labores domésticas y a servicios de limpieza para mantener a sus ocho hijos. Sin embargo, en los últimos años, la fiebre reumática había afectado gradualmente su capacidad para caminar, obligándola a usar una silla de ruedas y dejándola sin posibilidad de trabajar.

“Me ingresaron en el hospital en Ucrania con la esperanza de someterme a una cirugía debido al deterioro continuo de mis articulaciones. Sin embargo, resultó que había una lista de espera de cinco años para esa operación”, cuenta.

Cuando hace dos años tuvo lugar la invasión a gran escala de Ucrania, la mayoría de sus hijos, ya adultos, vivían en Bucha, a las afueras de Kiev. La ciudad fue gravemente afectada por los bombardeos y las casas quedaron reducidas a escombros, pero sus hijos lograron escapar de la ciudad justo antes de que muchos civiles fueran asesinados.

Seis de ellos encontraron protección en otros países europeos, pero Tetyana y su marido estaban decididos a permanecer en Ucrania, con la esperanza de que la guerra terminara pronto. Soportaron un duro invierno, a veces sin electricidad ni calefacción, y días de constantes bombardeos y preocupación, sin saber cuánto tiempo duraría la guerra.

Sin embargo, a pesar de su discapacidad, Tetyana decidió huir a Polonia con su hijo Oleg en agosto de 2023, antes del comienzo del curso escolar, dejando atrás a su marido y a una hija casada.

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Inmediatamente después de encontrar alojamiento en un albergue colectivo en la capital polaca, Varsovia, Tetyana inscribió a su hijo en sexto grado en una escuela local, donde Oleg no tardó en hacer amigos polacos y ucranianos.

“La escuela organiza un curso especial para los niños y niñas ucranianos, donde primero aprenden polaco y luego pueden unirse gradualmente a sus compañeros que estudian el currículo polaco”, explica Tetyana. “Esto es un gran apoyo para nuestros hijos, que de lo contrario podrían sentirse abrumados”.

Aunque todavía viven en un albergue, Tetyana tiene la esperanza de encontrar una vivienda adecuada para ella y para su hijo, y sentir que cuenta con estabilidad en su nuevo país de acogida. También planea buscar asistencia médica para recuperar la movilidad, de modo que pueda trabajar y mantenerse a sí misma y a su hijo.

“Fui al médico y, después de un primer chequeo, me remitió a un reumatólogo. Estoy segura de que en Polonia podrán ayudarme a recuperar la movilidad”, dijo.

Como parte de un programa recientemente concluido que tiene como objetivo llegar a los refugiados más vulnerables de Ucrania en Polonia, ACNUR proporcionó a Tetyana asistencia económica durante tres meses para ayudarla a ella y a su hijo a adquirir productos de primera necesidad, como medicamentos, alimentos y ropa, así como materiales escolares para la educación de Oleg.

“Estamos agradecidos por todo el apoyo que estamos recibiendo, pero nuestros pensamientos están con nuestras familias, y será una alegría inmensa si la guerra se acaba. Entonces, todos podremos reunirnos con nuestros seres queridos”, añade.