Sembrando entendimiento en Chile: Huerto comunitario en Alto Hospicio fomenta la integración y el aprendizaje colectivo
Sembrando entendimiento en Chile: Huerto comunitario en Alto Hospicio fomenta la integración y el aprendizaje colectivo

El proyecto “Huerto Comunitario: Seguridad Alimentaria y Derecho Humanitario en contexto de movilidad humana”, se enmarca en los 75 años de los Convenios de Ginebra, que establecen normas que protegen la vida de los civiles en los conflictos armados, entre las que se cuenta la prohibición de usar el hambre como arma.
Gracias al apoyo de la Embajada de Suiza en Chile, ACNUR y FAO, el Liceo Bicentenario Kronos, en el norte de Chile, verá crecer un huerto que, desde el enfoque del Derecho Humanitario para las personas en movilidad, promoverá la seguridad alimentaria y el aprendizaje sobre el medio ambiente, fortalecerá el tejido social entre estudiantes chilenos, personas refugiadas y migrantes, consolidando una comunidad más empática y solidaria.
ALTO HOSPICIO - En el Liceo Bicentenario Kronos, ubicado en Alto Hospicio en el norte de Chile, crecerán algo más que frutas y verduras. Gracias a un proyecto impulsado por la Embajada de Suiza en Chile, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se está cultivando un espacio de encuentro, aprendizaje y convivencia que une a estudiantes chilenos, refugiados y migrantes en torno a un propósito común: la conformación de un huerto.
Anahí de 8° básico se visualiza cosechando tomates y menta, entre muchos otros alimentos y espera cuidar el espacio, tal como lo hace con las plantas de su casa. Pero Anahí también sabe que no es solo sembrar y cosechar, sino que es este huerto será un espacio de encuentro y de integración que fomente la sana convivencia entre las y los estudiantes.
“La huerta de nuestro liceo siembra mucho más que verduras y frutas, también cultiva valores como la colaboración, la empatía, la responsabilidad y el respeto por la naturaleza. Nos conecta como comunidad y nos enseña la importancia de ayudarnos mutuamente”, destaca Anahí.
Es ese espíritu el que quiere potenciar el proyecto “Huerto Comunitario: Seguridad Alimentaria y Derecho Humanitario en contexto de movilidad humana”, iniciativa que se enmarca en los 75 años de los Convenios de Ginebra, que establece normas que protegen la vida de los civiles en los conflictos armados, entre las que se cuenta la prohibición de usar el hambre como arma.
El proyecto no solo ofrece una oportunidad para trabajar la tierra, sino que también sirve como un lugar de encuentro y colaboración, fortaleciendo los lazos entre estudiantes, docentes y la comunidad educativa, que en un 30% está compuesta por personas refugiadas y migrantes.
Desde la Embajada de Suiza en Chile, Benjamín Müller, Jefe de Misión Adjunto de la Embajada Suiza, destacó que “este huerto es un símbolo para el trabajo en equipo, para el cuidado de la naturaleza y el respeto de los derechos de todas las personas. En Chile también hay personas que han tenido que dejar sus hogares y buscar acceso a servicios básicos. El derecho a la alimentación es un derecho fundamental y con este huerto podemos contribuir desde nuestras comunidades a construir un mundo en el que nadie tenga que sufrir el hambre. Este huerto es una forma de decir que estamos sembrando paz, justicia y solidaridad”.
La iniciativa busca que las actividades en torno al huerto se conviertan en un motor de aprendizaje, donde toda la comunidad educativa se acerque a través de talleres al derecho humanitario, a la seguridad alimentaria y a conocer un poco más de cerca la realidad que viven millones de personas que han tenido que dejar sus hogares por distintas razones para formar una nueva vida en otros países.
Para el director del establecimiento, Danilo Carrasco, la importancia del proyecto va más allá del aula: “A través del huerto comunitario, las y los estudiantes desarrollan aprendizajes significativos no solo escolares, sino también para su vida. Este espacio nos permite fomentar la integración escolar y enseñar el valor de convivir en diversidad”.
En la ceremonia de entrega de las donaciones para el huerto, Sergio Castilla, Oficial de Operaciones de ACNUR, subrayó: “No se trata solo de herramientas y materiales, sino de un gesto profundo de confianza en el potencial de las comunidades para convivir, colaborar y construir juntas. Es un símbolo de lo que ocurre cuando las comunidades se encuentran, trabajan juntas. Cuidarnos entre todos, independientemente de si somos chilenos o extranjeros. Es una oportunidad para mostrar nuestros talentos, nuestras capacidades y potencial para formar un gran equipo”.
El proyecto, implementado por ACNUR, busca beneficiar no solamente a las personas refugiadas o migrantes, sino a toda la comunidad, brindándoles herramientas para fortalecerse, aprender y crecer.
Como dijo Anahí, “cuando pasen por la huerta, recuerden que están viendo un espacio donde florecen no solo las plantas, sino también los corazones. Cuidémosla y aprovechemos todos sus beneficios para nuestra comunidad”.