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Difícil situación en la República Centroafricana, donde ya 200.000 personas se han visto obligadas a desplazarse

Notas de prensa

Difícil situación en la República Centroafricana, donde ya 200.000 personas se han visto obligadas a desplazarse

29 Enero 2021 Disponible también en:
Una madre refugiada de la República Centroafricana con sus hijos en un refugio improvisado en el pueblo de Ndu, en la República Democrática del Congo.

La inseguridad en la República Centroafricana (RCA) ha provocado el desplazamiento de más de 200.000 personas dentro del país y en los Estados vecinos en menos de dos meses y decenas de miles de personas se encuentran en condiciones extremas, advierte ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Según las autoridades locales, ya han llegado a la República Democrática del Congo (RDC) 92.000 personas refugiadas desde que estalló la violencia preelectoral en la RCA, en diciembre de 2020, mientras unas 13.240 personas han cruzado a Camerún, Chad y la República del Congo. Y los refugiados siguen llegando.

Asimismo, unas 100.000 personas permanecen desplazadas dentro de la RCA, según los datos recopilados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).

La situación en el país sigue siendo volátil y eso ha dificultado la respuesta humanitaria y obstaculizado el acceso a los desplazados internos. También se ha impuesto el cierre de la principal carretera utilizada para despachar suministros.

Se ha informado de la presencia de grupos armados en las localidades de Batangafo y Bria donde se refugian las comunidades desplazadas, lo que constituye una violación del carácter humanitario y civil de esos sitios. Dicha presencia supone graves riesgos de protección para las personas desplazadas, desde el riesgo de reclutamiento forzoso hasta la restricción de movimientos, pasando por la extorsión o las amenazas.

En la RDC, las personas recién llegadas han cruzado los ríos Ubangi, Mbomou y Uele, que forman la frontera natural del país con la RCA, y se han asentado en 40 localidades de las provincias de Ubangi del Norte, Ubangi del Sur y Bajo Uele.

Los refugiados han relatado al personal de ACNUR que huyeron presas del pánico al oír los disparos, dejando todas sus pertenencias.

La mayoría de los refugiados viven en condiciones extremas en zonas aisladas y de difícil acceso, cerca de los ríos, sin tener donde cobijarse y enfrentándose a una grave escasez de alimentos. Para alimentarse dependen de lo que logran pescar y de la ayuda de la población local. Desgraciadamente, las comunidades de acogida de estas zonas aisladas cuentan con recursos extremadamente limitados.

Para muchos, el río es también la única fuente de agua para beber, lavarse y cocinar. El paludismo, las infecciones de las vías respiratorias y la diarrea se han vuelto comunes entre los refugiados. Los socios de ACNUR están tratando a las personas enfermas y distribuyendo medicamentos, pero las necesidades son cada vez mayores.

Las enormes distancias y el pésimo estado de las carreteras hacen que la ayuda humanitaria tarde en llegar a las personas necesitadas. ACNUR ya está distribuyendo suministros de emergencia a las familias más vulnerables en la provincia de Ubangi del Sur y la semana pasada llegaron suministros adicionales a las provincias de Ubangi del Norte y Bajo Uele.

Los refugiados necesitan urgentemente comida, albergue, agua potable, artículos de ayuda esenciales, saneamiento y atención sanitaria para evitar la propagación de la COVID-19 y otras enfermedades. También necesitan documentación.

ACNUR está realizando el registro biométrico de hasta 1.000 personas recién llegadas al día, lo que permite la identificación temprana de personas con vulnerabilidades. En estrecha colaboración con el gobierno, ACNUR está ampliando las actividades de registro y actualizará los datos poblacionales de acuerdo con los registros reales.

ACNUR está preparando para su envío suministros de ayuda de emergencia en Yakoma, en provincia de Ubangi del Norte, antes de que vastas zonas se vuelvan inaccesibles por carretera con la inminente temporada de lluvias. Dentro de seis semanas, las lluvias impedirán la entrega de asistencia a los refugiados en Bajo Uele y Ubangi del Norte, a menos que los suministros se envíen por aire, con un coste considerable, para el cual ACNUR debe recaudar fondos.

La financiación de la respuesta humanitaria de ACNUR ya se encuentra en niveles críticamente bajos y está sujeta a mucha presión, ya que el número de las personas refugiadas y sus necesidades han seguido aumentando. Nuestras necesidades de financiación para la situación de la República Centroafricana en 2021 ascienden a 151,5 millones de dólares (USD) y sólo están cubiertas en un dos por ciento. Además, es probable que estas necesidades aumenten debido a nuevos desplazamientos.

ACNUR hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que movilice fondos, de modo que las organizaciones humanitarias puedan prestar asistencia vital a los refugiados centroafricanos y a sus comunidades de acogida.

Video b-roll disponible en este enlace.

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