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Inundaciones en Sudán del Sur causan estragos en comunidades vulnerables

Notas de prensa

Inundaciones en Sudán del Sur causan estragos en comunidades vulnerables

19 Octubre 2021 Disponible también en:
A pesar de las inundaciones, muchas familias siguen viviendo en las zonas afectadas en el estado de Jonglei, en Sudán del Sur, almacenando en andamios improvisados artículos perecederos, como los alimentos.

Mientras la peor inundación en décadas afecta a más de 700.000 personas en todo Sudán del Sur, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) está alarmada por las necesidades críticas a las que se enfrentan los más vulnerables. Junto con el equipo humanitario de país y el Gobierno de Sudán del Sur, ACNUR está entregando la ayuda que necesitan urgentemente las personas más afectadas, incluidos artículos de higiene, alimentos, alojamientos de emergencia y linternas solares.

Las incesantes inundaciones provocadas por semanas de fuertes lluvias han arrasado casas y han inundado tierras de cultivo. Las familias se han visto forzadas a buscar seguridad en terrenos más altos y en las ciudades vecinas. El ganado también se tuvo que poner a salvo.

Solo en el estado del Alto Nilo, los equipos de ACNUR se encontraron con unas 1.000 personas que habían caminado durante siete días para llegar a la ciudad de Malakal. Mujeres, niñas niños y adultos mayores llegaron exhaustos y hambrientos. Algunos no habían comido en días. Otros están abandonados en islas rodeadas de agua, albergados bajo los árboles y sin poder cruzar a un lugar seguro. Las mujeres están muy preocupadas por la salud de sus hijos, ante el aumento del riesgo de infecciones por enfermedades mortales transmitidas por el agua.

Los efectos de la emergencia climática se están sintiendo en todos los continentes y en todas las regiones, pero sus impactos se sienten profundamente en África Oriental. Comunidades que ya están luchando por mantener sus medios de vida se enfrentan a inundaciones y tormentas sin precedentes, a lluvias poco imprevisibles y a la angustia de unas condiciones más calurosas y secas, mientras sus necesidades básicas y su derecho al agua, a la seguridad alimentaria, a los medios de vida, a la tierra y a un medio ambiente sano se ven muy afectados.

Las recientes inundaciones afectan principalmente a cuatro estados de Sudán del Sur. En algunas zonas, las comunidades no habían visto inundaciones de esta magnitud desde 1962. Otras siguen experimentando el impacto de estos fenómenos meteorológicos adversos, luego de que tres años consecutivos de inundaciones han mermado la capacidad de la población de hacer frente a la situación y sobrevivir.

Se espera que las lluvias en Sudán del Sur continúen durante el resto del año, y se prevé que aumente el número de personas que necesitan ayuda humanitaria. Además, eventos climáticos extremos como inundaciones y sequías, que a veces tienen lugar en el mismo año, han desencadenado conflictos intercomunitarios, ya que las comunidades se ven forzadas a buscar y compartir alojamiento en parcelas cada vez más reducidas de terreno y tratan de compensar desesperadamente la pérdida de ingresos. El diálogo entre las comunidades de acogida y desplazadas que comparten recursos limitados seguirá siendo esencial.

Un hecho alentador es que el Gobierno de Sudán del Sur, una de las naciones más pobres del mundo, ya ha destinado 10 millones de dólares (USD) a los esfuerzos de respuesta a las inundaciones. Las autoridades locales también están trabajando para aliviar el sufrimiento de las comunidades, entre otros, construyendo diques, instalando sistemas para bombear el agua acumulado en las inundaciones y abriendo canales para su drenaje. En esta situación, tanto las comunidades de acogida como las personas desplazados siguen mostrando una increíble resiliencia y generosidad.

Las actuales inundaciones se producen en un momento en el que la población ya se enfrenta a la triple amenaza del conflicto, la COVID-19 y el hambre.

Las inundaciones no solo desencadenan crisis humanitarias inmediatas, sino que repercutirán a lo largo del próximo año, ya que se perdieron temporadas enteras de siembra y se ahogaron hatos de ganado. Las agencias humanitarias y las autoridades locales sursudanesas están apilando sacos de arena y bombeando agua en un intento urgente de proteger a la población de lo peor de las inundaciones, pero para que la nación se recupere, es imperativo un esfuerzo más concertado para ayudar a las familias y a sus medios de vida a adaptarse a los efectos implacables e intensos del cambio climático.

Ante la previsión de que las devastadoras inundaciones continúen a medida que se intensifica la crisis climática, ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para que ayude urgentemente a las comunidades afectadas a reconstruir y proteger la vida y los medios de subsistencia de las personas.

Para más información sobre este tema, favor de contactar: