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Personas de Côte d'Ivoire regresan a casa a medida que se acerca la cesación de su condición de refugiado

Historias

Personas de Côte d'Ivoire regresan a casa a medida que se acerca la cesación de su condición de refugiado

Los retornos se aceleran mientras ACNUR recomienda la cesación de la condición de refugiado para la gran mayoría de los refugiados de Côte d'Ivoire.
7 Octubre 2021 Disponible también en:
Brice y su esposa llegando a su pueblo natal, Klobli, en Côte d'Ivoire.

Brice Kouewon, de 34 años, ha pasado un tercio de su vida como refugiado en Liberia. Primero abandonó Côte d’Ivoire durante más de una década con sus padres y luego volvió a huir a Liberia, esta vez con sus hijos.


Ahora, el padre de cuatro hijos está en la parte trasera del camión que lo llevará a casa.

“No tengo palabras para describir lo que siento”, comentó. “Los niños también están muy contentos porque encontrarán a sus abuelos al otro lado”.

Brice y su familia forman parte de las 5.000 personas refugiadas de Côte d’Ivoire que han recibido asistencia por parte de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para regresar voluntariamente a casa desde varios lugares de Liberia desde finales de agosto.

Cada semana, tres convoyes que transportan entre 150 y 200 refugiados de Côte d’Ivoire salen de Toe Town, Liberia, donde Brice cobijo, hacia Toulepleu, la ciudad marfileña más cercana.

La campaña de retorno voluntario asistido forma parte de un proceso que pondrá fin a la condición de refugiado para la gran mayoría de las personas de Côte d’Ivoire que han huido de los disturbios políticos en su país durante los últimos 20 años.

Côte d’Ivoire atravesó dos guerras civiles entre 2002 y 2007 y entre 2011 y 2012, que obligaron a unas 340.000 personas a huir de su país. Aunque otros 34.000 huyeron desde mediados de 2020 hasta principios de 2021 por temor a la violencia relacionada con las elecciones presidenciales y parlamentarias, la situación política en Côte d’Ivoire se ha estabilizado en gran medida durante la última década, lo que ha provocado que unas 290.000 personas refugiadas marfileñas que viven en África Occidental, principalmente en las vecinas Liberia y Ghana, regresen voluntariamente a su país.

Augustine Blo, de 33 años, era una de ellas. Nacida con una discapacidad, huyó de Côte d’Ivoire en 2011. Su esposo murió en Liberia y ella regresó a Côte d’Ivoire como madre soltera de cuatro hijos en 2016. Su situación era muy precaria, pero en 2018 recibió ayuda – incluyendo una casa y dinero suficiente para iniciar un pequeño negocio – a través de un programa de reintegración gestionado por ACNUR.

“Todo lo que vendo me ayuda a criar a mis hijos”, compartió. “Comemos y dormimos bien. Los niños van a la escuela y si uno de ellos se enferma, puedo llevarlo al hospital”.

ACNUR proporciona a todas las personas retornadas, incluidos los niños, que se fueron debido a las guerras civiles entre 2002 y 2012, 305.000 CFA (540 USD). Los que se fueron entre 2020 y 2021 reciben 75.000 CFA (130 USD).

ACNUR también ha financiado la apertura de cooperativas de cría de pollos, cerdos y peces que benefician tanto a las personas retornadas como a los miembros de sus comunidades de acogida.

Paul Bah (al centro), de 71 años, pasó por nueve años de procedimientos legales para recuperar sus cultivos de cacao de 1.000 hectáreas de las personas que la ocuparon mientras él estaba en el exilio.

Sin embargo, la reintegración no está exenta de problemas. En su ausencia, las tierras de muchas personas refugiadas han sido ocupadas por otras familias.

Paul Bah, de 71 años, se marchó a Liberia en 2010, pero regresó en 2012 para intentar recuperar sus cultivos de cacao de 1.000 hectáreas. Quienes la ocupaban atacaron a sus familiares con machetes, hiriendo gravemente a varios de ellos, y secuestraron a sus empleados.

“Tomé medidas legales”, explicó. “Tuvimos una audiencia tras otra durante años. Nuestro caso estuvo siete años en los tribunales hasta que se decidió a nuestro favor. Pero los defensores fueron al Tribunal de Apelación. Duró dos años más hasta que el tribunal volvió a fallar a nuestro favor”.

Las dos familias llegaron finalmente a un acuerdo. Los propietarios legales, la familia de Paul, alquilan ahora la mitad de sus tierras a quienes las ocuparon.

Basándose en un análisis de la situación en Côte d’Ivoire, y en consultas con el gobierno y con los gobiernos de los países de acogida, ACNUR ha determinado que las circunstancias que llevaron a la población de Côte d’Ivoire a huir de su país han dejado de existir y está aconsejando el fin de la condición de refugiado para la mayoría de los marfileños.

La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 establece las condiciones en las que la condición de refugiado debe terminar bajo las llamadas cláusulas de cesación.

En su intervención al inicio de la reunión del Comité Ejecutivo anual de ACNUR, el 4 de octubre, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, recomendó que el fin de la condición de refugiado para las personas de Côte d’Ivoire entre en vigor el 30 de junio de 2022.

Expresó su agradecimiento a los gobiernos de Côte d’Ivoire, así como a los de Ghana, Guinea, Liberia, Mali, Mauritania y Togo, por demostrar la voluntad política de aplicar soluciones para las personas refugiadas de Côte d’Ivoire.

“Este esfuerzo regional merece el aplauso de toda la comunidad internacional”, expresó, y añadió que ACNUR está dispuesto a reforzar su apoyo a los Estados de la región en la aplicación de la cláusula de cesación, en particular ayudando a garantizar que los ciudadanos de Côte d’Ivoire tengan la documentación que necesitan para volver a casa o permanecer en su país de acogida. 

Actualmente quedan 91.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo de Côte d’Ivoire. Unas 51.000 viven en África Occidental – la mayoría en Liberia – y 22.000 están en Europa.

Una encuesta realizada en la región muestra que el 60 por ciento de los refugiados planea regresar, el 30 por ciento aún está indeciso y el 10 por ciento quiere quedarse en su país de acogida y solicitar la residencia permanente o la naturalización.

Quienes aún se consideran en peligro si regresan pueden solicitar una exención del procedimiento de cesación.

Brice y su familia son recibidos con gritos de alegría al llegar a Klobli, su pueblo natal. Ni siquiera la noticia de que un tercio de sus cultivos de cacao está ahora ocupado por otra familia empaña su felicidad.

“Podemos recurrir a las autoridades: el jefe del pueblo y el subprefecto. Podemos acudir a presentar una denuncia”, mencionó Brice.

“Aunque nuestra casa no esté en buen estado, gracias a la ayuda económica que he recibido, podré arreglarla”.