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Los afganos luchan por buscar seguridad mientras las fronteras siguen cerradas para la mayoría

Comunicados de prensa

Los afganos luchan por buscar seguridad mientras las fronteras siguen cerradas para la mayoría

Declaraciones de Indrika Ratwatte, director de la Oficina regional de ACNUR para Asia y el Pacífico.
1 Diciembre 2021 Disponible también en:
Un padre afgano desplazado y tres de sus hijos en su hogar temporal en Kariz-e-Meer, a las afueras de Kabul. La familia huyó del norte de Kunduz en mayo de 2021 después de que su casa fuera destruida por los combates.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está muy preocupada por el incremento de los riesgos a los que se enfrentan las personas afganas que intentan huir hacia países vecinos a medida que la situación en Afganistán continúa deteriorándose.

A día de hoy, las fronteras terrestres de Afganistán con Pakistán e Irán están casi exclusivamente abiertas para quienes tienen los pasaportes y visados requeridos aunque, de forma excepcional, se está permitiendo entrar en Pakistán sin documentación a algunas personas por cuestiones médicas. Las fronteras terrestres de Tayikistán y Uzbekistán están cerradas por completo a los afganos.

Los riesgos a los que se exponen los solicitantes de asilo que no pueden huir de Afganistán son graves, y en algunos casos ponen en peligro su vida. En todo el mundo, muchas personas que se han visto forzadas a huir no suelen disponer de los permisos y documentos de viaje necesarios que normalmente se exigen. Aunque todos los países tienen el derecho de regular sus fronteras, se deben hacer excepciones para quienes salen en busca de seguridad. Permitirles la entrada en un país, incluso sin la documentación requerida, precisamente para evitar esos peligros, es un gesto humanitario que salva vidas y es la piedra angular del sistema internacional de asilo.

Incluso antes de la actual crisis humanitaria, miles de afganos cruzaban diariamente a Pakistán e Irán, principalmente para comerciar, recibir atención médica o para ver a sus familiares. La mayoría de los desplazamientos eran temporales, y las personas regresaban a Afganistán tras un breve periodo.

Sin embargo, desde agosto, ACNUR ha recibido cada vez más peticiones de afganos en los países vecinos que se han puesto en contacto con nuestras oficinas y socios para expresar su intención de solicitar asilo. Otros que permanecen en Afganistán informan de que confían en poder cruzar hacia los países vecinos para acceder a la protección internacional.

Las continuas barreras que se interponen para la educación de las niñas, las restricciones a la circulación de las mujeres y a su capacidad de trabajo siguen obstaculizando la vida cotidiana de cerca de la mitad de la población afgana, y dificultan la asistencia humanitaria. La persecución de minorías religiosas y étnicas, así como la intimidación y el asesinato de activistas de derechos humanos, ponen de manifiesto los riesgos que amenazan la vida de muchas personas afganas. El deterioro económico y el hambre generalizada en Afganistán podrían forzar a miles de personas más a abandonar el país para sobrevivir.

Aunque las fronteras oficiales permanecen cerradas para la gran mayoría de los afganos, ACNUR tiene conocimiento de solicitantes de asilo que cruzan hacia los países vecinos por vías no oficiales. Muchos de los que llegan a Irán explican que lo hicieron a través de traficantes. La mayoría de ellos han explicado a los equipos de ACNUR y a sus socios que se han visto expuestos a graves riesgos de protección durante el viaje, como extorsiones, palizas y otros tipos de violencia, especialmente contra mujeres y niñas.

Las deportaciones de afganos también se han intensificado desde Pakistán, Irán y Tayikistán desde agosto, contraviniendo la recomendación realizada por la Agencia de la ONU para los Refugiados de no devolución. Los medios de comunicación locales, que citan a las autoridades iraníes, informan que llegan a diario unos 5.000 afganos a Irán, mientras que desde ACNUR se calcula que una media de 3.000 personas afganas han sido deportadas diariamente desde Irán a Afganistán entre agosto y noviembre.

En Pakistán, se ha informado del retorno forzoso de unos 1.800 afganos durante septiembre y octubre. ACNUR también está muy preocupado por la deportación de 23 solicitantes de asilo afganos, entre ellos mujeres y niños, desde Tayikistán durante el mes de noviembre. Hacemos un llamamiento a las autoridades de todos los países para que cesen inmediatamente las devoluciones forzosas de afganos, muchos de los cuales pueden necesitar protección como refugiados

Evaluar si los afganos que llegan a los países vecinos tienen o no necesidades de protección internacional sólo puede realizarse mediante un estudio y valoración de la condición de refugiado justa y eficaz. Las autoridades nacionales competentes aún no han puesto en marcha un sistema de asilo accesible para los afganos recién llegados. Por ello, no se puede valorar si las personas retornadas tienen temor de persecución o de que se violen sus derechos humanos en Afganistán. Los retornos forzados en estas circunstancias pueden contravenir el principio de no devolución y constituir una grave violación del derecho internacional.

ACNUR insta a todos los países que reciben a los afganos recién llegados a que mantengan sus fronteras abiertas para quienes necesitan protección internacional. La imposibilidad de buscar refugio puede poner en riesgo muchas vidas de civiles. ACNUR está dispuesto a ayudar a las autoridades nacionales a incrementar la asistencia humanitaria y a apoyar unos sistemas de asilo que sean accesibles y eficientes.

Antecedentes

En este contexto, se define como “recién llegados” a aquellas personas afganas que llegaron después del 1 de enero de 2021. El número total de afganos recién llegados que necesitan protección internacional en los países vecinos se calcula a partir de varias fuentes de datos disponibles en cada país. Estos datos incluyen las estimaciones oficiales de nuevas llegadas que facilitan las autoridades nacionales, así como el número de afganos recién llegados que contactan o se registran con ACNUR, sus socios o con el Gobierno. Es probable que el número total de afganos que se encuentran fuera del país y que necesitan protección internacional sea realmente mucho mayor.

En Afganistán, ACNUR ha introducido una nueva herramienta que permite a las contrapartes que gestionan la vigilancia de las fronteras, el realizar entrevistas con personas presentes en varios puntos de entrada, que cuentan con conocimientos sobre los movimientos irregulares de afganos hacia Pakistán e Irán.

La gran mayoría de los entrevistados afirman haber abandonado Afganistán por motivos relacionados con la seguridad. Las cifras de nuevas llegadas que proporcionan los respectivos países de asilo no reflejan específicamente la fecha de desplazamiento, sino la fecha de notificación. Las últimas cifras recogidas están a disposición en https://data2.unhcr.org/en/situations/afghanistan