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Desplazados yemeníes esperan estabilidad para regresar a sus casas

Historias

Desplazados yemeníes esperan estabilidad para regresar a sus casas

The situation remains volatile since a ceasefire began in February in north Yemen, with only about a third of the displaced able to return home. [for translation]
7 October 2010
Nabat, Abeer y su tía. Todavía esperan para regresar a su casa, en el norte de Yemen.

AMRAN, Yemen, 7 de octubre (ACNUR). Nabat, de once años de edad, juega con su hermana en la ciudad de Amran, en el norte de Yemen. Esta ciudad ha sido su hogar desde que ella y su familia huyeron de los enfrentamientos en la provincia de Sa'ada, hace ya casi un año.

La lona de plástico del ACNUR que está en una esquina de su casa ordenada y austera, y los sacos del Programa Mundial de Alimentos en la entrada, muestran que la familia confía en la ayuda internacional como suplemento a sus cada vez más escasos ahorros mientras esperan para regresar a su hogar en la región de Razeh.

Aunque las tropas del gobierno y las fuerzas de la milicia de Al Houthi pactaron un alto el fuego en febrero, todavía no es suficientemente seguro regresar a Sa'ada ni para ellos ni para otros miles de yemeníes desplazados internamente.

El ACNUR calcula que solamente una tercera parte de los más de 300.000 desplazados internos en el norte han regresado desde febrero. Algunas de estas personas huyeron de sus hogares en 2004, cuando surgió el conflicto en la provincia de Sa'ada. Sin embargo, más de 150.000 huyeron tras el estallido del conflicto en agosto del año pasado.

A personas como Awad, padre de Nabat, les gustaría regresar a casa pero están preocupados por la inseguridad, los continuos enfrentamientos, las minas terrestres y la falta de alojamiento en las ciudades donde muchas casas han sido destruidas o dañadas. Muchos de los desplazados forzosos están seguros de que el conflicto resurgirá.

"Queremos volver, pero queremos asegurarnos de que allí haya seguridad. No iremos hasta que no sea completamente seguro", dijo Awad a los visitantes del ACNUR. "Nabat tiene miedo. Cuando hablo con mi mujer sobre el retorno a casa, Nabat sufre fuertes dolores en el estómago", añade él.

Sin embargo, la situación se va a poner peor a medida que perdure el desplazamiento. Awad tiene a su cargo una tienda de repuestos en Razeh, pero ha gastado casi todos sus ahorros en Amran.

"He tenido que pedirles a mi hija y a su hermana que vendan sus joyas. Incluso he vendido los pendientes de mi hija pequeña, Abeer, para poder tener algo más de dinero", dijo él añadiendo que cree que es difícil encontrar un trabajo en la zona. "En dos meses, quizá tres no tendré dinero para mantenerlos".

Awad huyó a Amran el año pasado cuando la zona de Razeh, en la provincia de Sa'ada, cerca de la frontera con Arabia Saudí, fue atacada. "Estaba jugando en las calles cuando llegaron los aviones", recuerda Nabat jugando nerviosamente con su cabello. "Cuando escuché el sonido de los misiles corrí a casa", añadió la pequeña.

"Podíamos oír los enfrentamientos todos los días, Nabat estaba asustada". Dijo Awad, mientras su hija susurraba: "Estaba llorando: escuché a personas hablar sobre gente muerta. Solo quería irme".

Awad decidió escapar a la provincia vecina de Amran. Pagó a un vecino una cantidad equivalente a 165 euros, o más de dos meses de sueldo para la mayoría de los yemeníes, para llevar a su familia al sur en su camión.

Hasta ahora, Nabat y sus hermanos y primos pequeños son felices en Amran, donde pueden ir a la escuela y vivir con seguridad. "Puedo jugar con mis amigos y hacer lo que quiero. No oigo los aviones", dijo ella.

Sin embargo, la vida se hará más difícil cuanto más tiempo esperen. El ACNUR, junto con otras organizaciones humanitarias, ha trabajado con todas las partes para garantizar la seguridad de las personas que regresan y proporcionar acceso a las áreas afectadas por el conflicto.

"Si es seguro, iremos directamente, sin pensarlo dos veces", reiteró Awad, cuyo hermano permanece en Razeh para cuidar del negocio.

Por Marie Marullaz en Amran, Yemen