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Madre de 13 hijos recuerda el horror que vivió al huir de Telafar

Historias

Madre de 13 hijos recuerda el horror que vivió al huir de Telafar

La familia soportó un arduo viaje de tres días para escapar de la batalla por el control de la ciudad iraquí, mientras miles de personas continúan atrapadas por las luchas.
28 agosto 2017
Los hijos de una familia recién desplazada de las cercanías de Telafar, Irak, reciben vacunación en el punto de reunión antes de ser transportados a a un campamento.

BADUSH, Irak – Hafiza Ismail*, de 43 años, se sienta mareada y exhausta en el centro de reunión de Badoush, a casi 10 kilómetros al noroeste de Mosul, después de haber guiado a su gran familia en un viaje infernal de tres días a pie para escapar de las luchas por el control de la ciudad iraquí de Telafar.

Ella tuvo que cargar y persuadir a sus 13 hijos, el mayor, de 17 años, y el menor, un bebé que apenas camina. La familia caminó por días, obligados a dormir poco, tomar agua insalubre y a depender de la bondad de personas extrañas para tener comida para sobrevivir.

"En el camino le pedíamos a las personas las direcciones. Algunas nos daban pan", dice Hafiza, luchando para recordar los detalles, en medio de la fatiga. "Después seguimos el Río Tigris. No teníamos comida. Bebíamos agua del río. Les di a mis hijos agua del río porque no teníamos nada más con nosotros".

Ella recuerda el horror de encontrar cuerpos que yacían a la intemperie en la ruta, sin saber quién era o cómo había muerto, y guiando a sus hijos para que pasaran rápidamente. "Las personas simplemente yacían ahí, mujeres y hombres", dice ella en voz baja, con su cabeza inclinada.

La semana anterior, mientras ellos escapaban desde la aldea Abu Maria, justo al este de Telafar, el sonido de los aviones y helicópteros que sobrevolaban marcaron el inicio de la batalla para retomar el área de los grupos armados que han controlado el distrito desde 2014.

"No teníamos comida. Bebíamos agua del río. Les di a mis hijos agua del río porque no teníamos nada más con nosotros.."

"Había mucho bullicio y temíamos que la casa colapsara sobre nosotros, así que huimos con lo que teníamos puesto", dice ella. A pesar de que quienes huyen de las áreas controladas por los grupos armados enfrentan severos castigos o incluso ejecución, Hafiza cree que el hecho de que ellos no tenían nada y que había tantos niños, significaba que no eran un blanco de ataque.

La batalla por el control de Telafar, a casi 65 kilómetros de Mosul, inició el 20 de agosto. Con una población estimada de 200.000 personas antes del conflicto, desde abril de este año más de 40.000 personas han huido del área, con muchas de estas personas en campamentos albergando a familias desplazadas, principalmente de Mosul.

Las personas que huyen de Telafar reportan haber caminado largas distancias bajo un calor abrasador para llegar a la seguridad, a menudo sin comida o agua y corriendo un gran riesgo. Quienes llegan a los puntos de reunión como Badush, están físicamente exhaustos y deshidratados, con muchos de ellos con heridas causadas por los francotiradores y las minas explosivas.

A pesar de que las agencias humanitarias han estado sin acceso a Telafar desde 2014, se estima que miles de personas podrían continuar atrapadas en la ciudad. Se reporta que las condiciones son precarias, con escasez de comida y agua, falta de electricidad e instalaciones de salud en condiciones que empeoran.

"¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a sobrevivir? Ni siquiera tenemos un hogar al cual volver."

El esposo de Hafiza fue asesinado por francotiradores tres meses antes de que ellos huyeran, y ellos lucharon para sobrevivir con solo pan y 250 litros de agua para dos meses. "Era desastroso. Nadie cocinaba con aceite porque era muy caro, y no había frutas ni vegetales", dice ella.

"Había algunos servicios de salud, pero no teníamos dinero para las medicinas. Las medicinas y las consultas médicas solo eran gratuitas para las familias de los extremistas", añadió.

Hafiza y sus hijos pasarán la noche en el centro de tránsito Hammam Al-Alil donde, solo la semana anterior, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, dio albergue y otros esenciales a cerca de 9.000 desplazados iraquíes por los recientes combates en Telafar.

Desde allí, muchas personas se albergarán en campamentos recién abiertos, como Nimrud, que abrió el sábado. Este fue construido por el Gobierno y es gestionado por el ACNUR, y está abastecido con comida y artículos para el hogar.

Aún en shock por su reciente tragedia, los eventos de los meses pasados parecen que la abruman mientras piensa en su esposo y sostiene su cara entre sus manos. "¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a sobrevivir? Ni siquiera tenemos un hogar al cual volver".

*Los nombres fueron cambiados por razones de protección.

Por Amira Abd El-Khalek