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Una madre congoleña espera poder dar a luz en su país

Historias

Una madre congoleña espera poder dar a luz en su país

Parece una adolescente, pero a sus 25 años, Odette ya tiene cinco hijos propios. El sexto llegará el próximo mes, y ella espera que no nazca en un campamento de refugiados.
16 February 2012
Los hijos de Odette han crecido en el campamento de refugiados

BETOU, República del Congo, 16 de febrero (ACNUR) – Parece una adolescente, pero a sus 25 años, Odette ya tiene cinco hijos. El sexto llegará el próximo mes, y ella espera que no nazca en un campamento de refugiados.

Desde hace dos años, Odette y su familia han estado viviendo en el campamento de refugiados "15 de Abril" en Betou, en el noreste de la República del Congo. Dejaron atrás una buena vida en Dongo, situada al otro lado del río Oubangui, en el noroeste de la República Democrática del Congo. Ella solía comprar pescado fresco junto al río, y lo vendía en el mercado de la ciudad. Su esposo, un enfermero, era dueño de su propia clínica. También poseían algo de tierra agrícola para complementar los ingresos de la familia.

En 2010, estallaron las luchas entre dos grupos étnicos locales, los Bobas y los Lobalas. De la noche a la mañana, la familia de Odette se vio obligada a huir sin comida, pertenencias o documentos. Embarazada de varios meses, se unió a su marido, hijos, y otras personas junto al río, que cruzaron en piraguas en medio de la oscuridad. Cuando llegaron a Betou, se registraron como refugiados en la oficina de ACNUR.

La vida es dura en el campamento "15 de Abril", que alberga a más de 3.000 refugiados congoleños como Odette. ACNUR les ofrece ayuda alimentaria y otros artículos de primera necesidad, como mantas y jabón, que es crucial en la lucha contra enfermedades en esta selva tropical asolada por el cólera.

"Estamos sobreviviendo porque ACNUR nos está ayudando, pero Dios sabe que esta vida es muy difícil para nosotros", dijo Odette. "Soy el hombre de la casa ahora, porque mi esposo no puede conseguir ningún trabajo aquí sin documentos".

Para sobrevivir, Odette trabaja en granjas locales cuando puede, pero el trabajo escasea y la competencia es abundante. Con ocho meses de embarazo, el trabajo agrícola está poniendo en riesgo su salud. Su médico de Médicos sin Fronteras le ha advertido que su cérvix está abierta, y que puede perder al bebé. Pero Odette no tiene opción: sin trabajo no hay comida para la familia. De hecho, su hijo de 5 años ya está mostrando signos de desnutrición.

A pesar de las luchas diarias, Odette tiene un motivo para sonreír: ACNUR pronto comenzará la repatriación voluntaria a Dongo. "Estoy a punto de dar a luz, pero quiero volver a ser madre en mi propio país".

Y agregó: "he oido que nuestra casa ya no existe. Es muy poco realista decir que la vida será fácil una vez de vuelta en Dongo, pero allí al menos tendremos más opciones, viviremos mejor y también nuestros hijos, en especial si conseguimos recuperar nuestra tierra. Mi marido también quiere que nos vayamos; se trata de su dignidad como hombre, sin trabajo aquí. Solo estamos esperando que ACNUR comience el proceso de repatriación. Estamos listos".

Más de 11.000 congoleños refugiados ya han regresado a la RDC por sus medios. Alrededor de 130.000 permanecen en la República del Congo, en su mayoría mujeres. ACNUR estima que más de 80.000 podrán regresar en los próximos meses.

Por Daniela Livia Biciu, en Betou, República del Congo