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ACNUR advierte sobre el terrible impacto de las inundaciones en Sudán del Sur ante la temporada de lluvias que se avecina

Notas de prensa

ACNUR advierte sobre el terrible impacto de las inundaciones en Sudán del Sur ante la temporada de lluvias que se avecina

29 March 2022
Las canoas se han convertido en el único medio de transporte para los habitantes de Old Fangak, en Sudán del Sur, tras las inundaciones nunca antes vistas.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte de que se espera que las inundaciones prolongadas y los desplazamientos de población en Sudán del Sur se agraven con la llegada de la época de lluvias en mayo. Por ello, se necesita una acción urgente para proteger a las poblaciones ya vulnerables.

Sudán del Sur – un país frágil que, desde que obtuvo su independencia en 2011, lucha por superar los desafíos políticos y económicos – sufrió en 2021 las peores inundaciones de su historia. Más de 835.000 personas resultaron afectadas según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Las precipitaciones récord de los últimos tres años y el desbordamiento de ríos han inundado miles de hectáreas de tierras de cultivo en ocho estados y han impedido que la población pueda cultivar. Cerca de 800.000 cabezas de ganado habrían perecido. Esta situación ha hecho que se reduzca la agricultura de subsistencia, de la que depende la mayoría de las comunidades, y ha agravado sustancialmente la inseguridad alimentaria.

Treinta y tres de los 79 condados se han visto gravemente afectados por las inundaciones, que no han remitido significativamente desde la última temporada de lluvias. El impacto es especialmente grave en los estados de Junqali, Unity y Alto Nilo, donde miles de personas se han desplazado, mientras que otras se encuentran aisladas en zonas rodeadas de diques, y tratan de retener la crecida de las aguas con barro, palos y plásticos.

La próxima temporada de lluvias amenaza con inundar comunidades extremadamente remotas cuyos residentes ya están rodeados por las inundaciones.

Estos fenómenos meteorológicos empeorarán en el futuro, cuando las situaciones extremas sean la norma y no la excepción. Globalmente, inundaciones y sequías están siendo cada vez más frecuentes e intensas. Los países en desarrollo, como Sudán del Sur, son los que menos contribuyen a las emisiones de carbono; pero se ven afectados de forma desproporcionada.

Durante una visita de cinco días a principios de este mes, visité Old Fangak, Malakal, Jamjang y Bentiu, y pude constatar el impacto de estas inundaciones en la población. También visité el campo de refugiados de Yida que, en el polo opuesto, está asolado por la sequía.

La dificultad para acceder a las poblaciones más vulnerables es el mayor impedimento para la ayuda humanitaria. La pobre o inexistente infraestructura de carreteras dificulta que la ayuda exterior llegue a los lugares remotos como Old Fangak, donde la antigua pista de aterrizaje está completamente sumergida y actualmente es inutilizable para el aterrizaje.

A pesar de los múltiples desafíos, los residentes han sido extremadamente generosos con las personas desplazadas por la violencia o por factores meteorológicos extremos, compartiendo frecuentemente los escasos recursos de que disponen. No obstante, necesitan un apoyo continuado para evitar consecuencias devastadoras.

En Old Fangak, conocí a una mujer de unos 70 años desplazada en dos ocasiones, que pasaba sus días sumergida entre agua fangosa de las inundaciones, tratando desesperadamente de taponar un dique de tierra porosa con palos y barro, para evitar que el agua invadiera la pequeña casa que alojaba a su familia. Era realmente desgarrador verla.

De cara a la llegada de las lluvias, los residentes de Old Fangkak, que ya se encuentran aislados, señalaban que necesitaban bombas de agua para evacuar el agua de sus propiedades. También se necesitan equipos pesados para construir barreras resistentes contra las inundaciones y montículos para mantener su ganado por encima del nivel de las aguas.

ACNUR ha proporcionado lonas plásticas, azadas, palas y sacos de arena para ayudar a reforzar sus medios de defensa contra las inundaciones y está proporcionando apoyo a las familias desplazadas a Malakal y otras ciudades.

Si no reforzamos nuestro apoyo a la población de Sudán del Sur, la crisis climática y la inseguridad persistente provocarán una reducción aún mayor de los recursos, dejando a las personas sin medios para subsistir.

Somos conscientes de que, si no actuamos ahora, el coste será muy elevado y las consecuencias humanas devastadoras. Es necesaria una acción inmediata para evitar mayores pérdidas, asegurar una mejor preparación y garantizar un futuro viable y sostenible para todos.

Para más información sobre este tema, por favor contacte con: