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Desesperación lleva a civiles centroafricanos a cruzar la frontera en busca de seguridad

Historias

Desesperación lleva a civiles centroafricanos a cruzar la frontera en busca de seguridad

Aunque la frontera del río Oubangui está oficialmente cerrada, la gente todavía arriesga sus vidas para cruzar desde Bangui en la República Centroafricana hasta la República Democrática del Congo.
17 December 2013
La gente sigue poniendo su vida en riesgo para cruzar en bote a Zongo, ciudad situada en la República Democrática del Congo. Aquí un grupo se prepara para trasladarse de Zongo al campo de refugiados de Mole.

ZONGO, República Democrática del Congo, 17 de diciembre (ACNUR) – A orillas del río Oubangui, un agente de aduana congoleño mira hacia el otro lado, probablemente a la espera de ver cruzar un nuevo bote de refugiados proveniente de la República Centroafricana.

A pesar de que la frontera fluvial entre la República Centroafricana y la República Democrática del Congo lleve cerrada desde el 8 de diciembre, un elevado número de personas arriesgan su vida a diario al cruzar los dos 2 km desde Bangui. Allí el pánico causado por la violencia y los asesinatos no deja de aumentar.

El lunes se registraron las 1.815 personas que fueron llegando desde el viernes a Zongo, ciudad situada en la orilla perteneciente a la República Democrática del Congo. El martes se registraron otras 175 personas. La mayoría eran mujeres y niños y dijeron que habían huido a la RDC después de ver hombres armados agredir y asesinar a los civiles. La escasez de alimentos también incitó a la gente a huir.

Bangui está muy cerca; desde Zongo se distingue claramente la iglesia de San Pablo, donde miles de personas se refugian de la violencia, y el trayecto en lancha hasta la otra orilla es de 5 minutos. No obstante, pese a la llegada de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en Bangui, la mayoría de ciudadanos no se atreven a hacer ese viaje por miedo a ser tiroteados.

Desire* de 23 años es una de las personas que ha cruzado el río. "Llegué esta mañana a las nueve", declaró a ACNUR el fin de semana. "Crucé en piragua. Me tumbé en ella porque tenía miedo a que me disparasen", añadió.

Tenía razones para estar preocupado. Louise* hizo la misma travesía el fin de semana con sus familiares y contó que los combatientes de la coalición Seleka que habían tomado Bangui en marzo estaban intentando matar a la gente que quería atravesar el río. "Los vimos disparar a la gente ayer por la tarde alrededor de las 3 cuando tratamos de cruzar por primera vez", afirmó la mujer de 26 años, cuyo marido y hermano fueron asesinados en Bangui la semana anterior.

Los refugiados que han llegado a Zongo recientemente han declarado que la situación en Bangui cuando partieron era muy peligrosa, la gente decidió abandonar su hogar en un acto de desesperación por motivo de los enfrentamientos y asesinatos. "Esta mañana hubo un enfrentamiento. Seleka vino a nuestro barrio. Torturaron a la gente y la mataron", contaba Mario. "Yo huí. Mi familia huyó, todos huimos, pero no sé dónde se encuentran. Llegué solo, aquí no tengo a nadie".

Anna* cruzó el río con un bebé tres días antes de que cerrasen la frontera. Según sus palabras, huyó porque la situación en Bangui se había vuelto insufrible. Tanto ella como sus vecinos empezaron a correr cuando hombres armados aparecieron de improviso en su barrio y empezaron a matar gente.

"Me escabullí con los vecinos. Nos dirigimos al río y lo cruzamos en una piragua", recordó Ana, y añadió que se encontraba preocupada por su marido empresario y sus otros dos hijos. "Cuando huimos, los niños estaban en el colegio. Ahora no sé dónde están".

Muchos de los refugiados con los que ACNUR habló en Zongo declararon que la República Democrática del Congo era el único lugar en el que podían sentirse seguros. "Sé que aquí, en Zongo, estoy seguro", dijo Desire. Muchos temen un aumento de violencia sectaria.

Tras su llegada a la República Democrática del Congo, los refugiados se registran en la Comisión Nacional para los Refugiados y se trasladan al campamento de Mole, lugar que acoge alrededor de 5.200 refugiados, a dos horas de Zongo en autobús.

En Mole los refugiados reciben asistencia médica urgente, además de cobijo, mantas, esterillas, bidones de gasolina, utensilios de cocina, jabón y alimentos. Otros prefieren quedarse con familias anfitrionas en Zongo mientras aguardan mejores tiempos en Bangui, pero finalmente muchos deciden ir al campamento de refugiados.

Esperan que mejore la situación y que el río se reabra dando comienzo a un periodo de paz. "Cuando se calmen los conflictos en Bangui, volveré. No sé si regresaremos pronto a los tiempos de paz", decía Anna.

Desde el comienzo del conflicto hace un año, más de 48.000 refugiados han cruzado hacia el norte de la República Democrática del Congo. ACNUR ha abierto cuatro campamentos de refugiados; tres en la provincia de Equateur y uno en la provincia de Orientale. Hasta la fecha, se han trasladado casi 20.000 refugiados a los campamentos.

*Nombres modificados por razones de protección.

Por Céline Schmitt en Zongo, República Democrática del Congo

Gracias a la Voluntaria en Línea June García Zuluaga por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.